No ha sido un camino sencillo, pero este equipo es capaz de todo con poca ayuda. ¿Qué lograrían si tuvieran el respaldo económico y social que merecen?

Lo han vuelto a hacer. Las chicas del Telecable se han traído la sexta copa de Europa para Asturias. No ha sido un camino sencillo, pero este equipo es capaz de todo con poca ayuda. ¿Qué lograrían si tuvieran el respaldo económico y social que merecen? Por supuesto que este éxito tiene nombre y apellidos, todas las jugadoras de la plantilla, el equipo técnico encabezado por el entrenador Ramón Peralta y su director deportivo, Fernando Sierra, alma máter de este magnífico club. Y es que, como en casi todos los deportes minoritarios en nacimiento de un club depende casi siempre del empeño de una persona o, a lo sumo, de un pequeño grupo. En este caso todo comienza con las actividades extraescolares que Fernando Sierra organiza en distintos colegios de Gijón y, muy concretamente, en el barrio de El Llano. Allí, Fernando, exjugador del Algodonera 81 y que había sido preparador físico del Xuntanza gallego y de la selección española cuando era dirigida por el asturiano Andrés Caramés, comienza a reunir y a aficionar a un grupo de chavales que serán el germen del Club Patín Gijón Solimar, hoy, por razones de patrocinio, conocido como Telecable Gijón Hockey Club y anteriormente Biesca Gijón H.C. y Hostelcur Gijón H.C. Fernando Sierra contó con la ayuda de un grupo de incondicionales, entre ellos su hermano Daniel, para fundar un club al servicio del deporte desde el prisma de la igualdad de género, de dotar a niños y niñas de los mismos medios y oportunidades para que se animaran en algún momento a formar parte de la familia del Solimar.
Constituye un acto de justicia reconocer el enorme mérito de Fernando Sierra y el trabajo de aquellos que a lo largo de estos años hicieron posible que este pequeño club en recursos económicos, y grande en corazón y éxitos deportivos, pasara de lanzar chiquillos por una pequeña cuesta del gijonés barrio de El Llano a levantar copas de Europa. Y no una ni dos, sino seis.
Fernando Sierra, verdadero alma de este club, crecido deportivamente a la sombra de los mierenses Rufino Ballesteros y de Andrés Caramés y que contó con la inestimable ayuda y colaboración de personas como el ex presidente, hoy presidente de honor, Xuan Ramón Naves, del actual presidente José Luis Souto “Puskas”, de Manolita Suárez, durante muchos años delegada y madre de la gran estrella del hockey nacional, Natasha Lee, de Pedro Abal, de su hermano Dani Sierra y del gran trabajo de distintas jugadoras, entrenadoras y directivos que pasaron por el club. Entre ellas, muy especialmente Natasha Lee, Marta Soler, artífice junto con Fernando del nacimiento de la OK Liga femenina y de la Copa de Europa, y de María Fernández “Pulgui” crecida como jugadora y entrenadora a las espaldas de Fernando, y que llegó a dirigir la primera plantilla femenina del club durante cuatro temporadas y media. Y por supuesto de la familia Lolo, hermanas y madre, hoy en día con la internacional Sara en el equipo convertida en una de las figuras del mismo, de la mano de esa enorme goleadora que es Sara Roces y de la jugadora más laureada de todos los tiempos en el hockey sobre patines mundial, la malaya de Gijón, la inmensa Natasha Lee, enorme dentro y fuera de la pista.En definitiva, también a todas las grandísimas jugadoras que están hoy en día en este equipo de lujo, desde la internacional española Marta Piquero hasta la guardameta chilena Fernanda Hidalgo, pasando por el resto del plantel del mejor equipo asturiano de la historia en cualquiera de las disciplinas deportivas existentes.
Y es que Fernando Sierra no sólo es un nombre importante en el hockey asturiano. Él, y el actual Telecable, son los inventores de esta competición europea que ya lograron en seis ocasiones (convirtiéndose junto con el Voltregá en el equipo que más entorchados europeos tiene)
Todo comenzó en el año 2007, la competición organizada por el Comité Europeo de Hockey sobre Patines, a instancias del Solimar, y muy particularmente de las personas de Fernando Sierra y Marta Soler, y con el necesario apoyo de la asociación internacional de jugadoras presidida por Carla Giudici, se organiza la primera edición de la Copa de Europa. Se envía información para inscribirse en la misma a las diferentes federaciones nacionales. Sorprendemente, solo una había inscrito equipos, el resto no había cursado la información a sus clubes, por lo que se tuvo que contactar directamente con ellos, logrando, finalmente, que esta primera edición fuera todo un éxito. Se celebró en Sant Hipólit de Voltregà y la disputaron catorce equipos representando a las seis ligas más potentes del continente. Tres españoles (Voltregà, Arenys de Munt y Solimar), tres franceses (Noisy le Grand, Coutras y Beaujoais), tres alemanes (Cronenberg, Herrigen y Düsseldorf), dos portugueses (Mealhada y Afea), un italiano (Breganze) y un inglés (Bury). La competición fue un éxito, en todos los aspectos y el club gijonés no sólo consiguió su primer título, sino que allanó un camino para que los clubes de hockey femenino tuvieran una competición de ámbito continental que, sin duda, precisan. Ahí empezó todo.