La sociedad gastronómica Lagun- Onak, de la que en estos momentos es presidente Ignacio Martínez, en euskera significa buenos amigos, y surge de la necesidad de un buen puñado de vascos, sobre todo de la provincia de Vizcaya, de reunirse a “echar una partida” o a comer, en lo que más se pareciera a un txoko, pero aquí en Gijón
“En nuestra sociedad recreativa los que no cocinan deben de ser buenos pinches y los que no hacen nada, tienen que tener una tripa agradecida”. Con esta premisa presentamos a otra de las sociedades gastronómicas que se encuentran en nuestra ciudad. Lagun- Onak, de la que en estos momentos es presidente Ignacio Martínez, en euskera significa buenos amigos, surge de la necesidad de un buen puñado de vascos, sobre todo de la provincia de Vizcaya, de reunirse a “echar una partida” o a comer, en lo que más se pareciera a un txoko, pero aquí en Gijón.
Eso sucedía a mediados de los años cincuenta con motivo del proyecto impulsado por la Unión de Siderúrgicas Asturianas S.A, Uninsa. De aquella fueron muchos los ingenieros del País Vasco que trasladaron su residencia por trabajo aquí y poner en marcha la planta siderúrgica de Veriña. Así pues, Lagun-Onak queda constituida en noviembre del año 1959 y a día de hoy espera con la emoción y el buen rollo del primer día, que las obras de su nueva ubicación, un local en la calle Perlora propiedad de la sociedad recreativa, esté a punto.
Anteriormente pisos en la calle San Bernardo y más tarde en Cabrales fueron las localizaciones de estos casi cincuenta socios que cada jueves se reúnen en torno a una mesa repleta de sabrosos platos, porque para todos ellos, es importante mantener esa denominada “cena social”. Los vínculos de amistad, casi fraternal, es un punto de suma relevancia en ellos. Lo más importante. Y a día de hoy parece que lo siguen consiguiendo porque el relevo generacional, está asegurado, con la incorporación de hijos, sobrinos, yernos…
De echo el nuevo local que estará a pie de calle permitirá realizar más actividades. Una de ellas es intentar recuperar los antiguos “vermuts” donde las familias de los socios, al completo, podrán participar al igual que lo hacen en la fecha más señalada de este grupo, el 31 de julio. Ese día es San Ignacio de Loyola, patrono de Vizcaya y después de celebrar una misa, que años antes se oficiaba en la capilla de Deva, y ahora es en la Quinta San Eutiquio, se prepara una gran sardinada estilo Santurce.
Pero esas no son las únicas actividades. Los viajes a visitar bodegas o a alguna localización gastronómica o cultural interesante, también están dentro del calendario anual, que es elaborado por el presidente, lehendakari en este caso, y los socios. Y esto es de lo más remarcado en esta gran familia. Todo es consensuado. Todo de todos para disfrutar con respeto y que siempre luzca en “perfecto estado de revista”.