Tazones será la primera parada de un certamen integrado por diecinueve concursos, con otros dos aún pendientes de confirmación, al que se incorpora Gozón y que incluirá el novedoso premio ‘Mejor Sidrería’
La gran cita anual de los profesionales del escanciado está a punto de comenzar. En sólo dos días, este sábado, dará comienzo en Tazones la XXXI edición del Campeonato Oficial de Escanciadores de Asturias, un evento ya plenamente consolidado, cierto, pero que llegará con notables novedades. Y la más destacada de ellas es la incorporación de Gozón a los diecinueve concursos fechados hasta el momento, que concluirán en el Festival de la Castaña de Parres el 10 de noviembre, y que esta mañana ha sido presentado en la sede del Consejo Regulador de la DOP Sidra de Asturias, en Villaviciosa.
El gerente de dicha entidad, Daniel Ruiz, ha sido el responsable de presentar el contenido del certamen, acompañado por el presidente de la Asociación de Escanciadores (AESA), Saúl Moro; por el alcalde de Villaviciosa, Alejandro Vega; por el presidente del jurado, Abraham Castellanos, y por el director de la oficina de Caja Rural en esa localidad, José Luis Frieyro. Como en ediciones anteriores, las pruebas discurrirán por distintos festivales de la región, incluyendo paradas en lugares tan dispares como Tapia, Nava, Llanes o Gijón, donde la prueba está fechada para agosto; del mismo modo, aún se trabaja en añadir otras dos localizaciones, incluyendo la recuperación de la ‘prueba grande’ en Oviedo, coincidente con el Martes de Campo. No obstante, en esta ocasión las medidas no van a ser tan importantes; de hecho, Gascona, Lugones, Llanera y Siero conforman los cuatro concursos en los que variará el vaso del escanciado, así como el número de culetes a servir. Finalmente, se ha incluido un nuevo galardón: el que se concederá a la ‘Mejor Sidrería’.
De ponderar la calidad de los establecimientos y escanciadores se encargará un jurado presidido por Castellanos e integrado por cuatro campeones de Asturias. Toda una promesa para un evento que, tal como Ruiz reconocía esta mañana, «significa una apuesta por el escanciado, por la sidra con manzana asturiana y por los chigres. En definitiva, por temas que nos hacen diferentes del resto de territorios sidreros, y que protegen la cultura sidrera asturiana, esperando que sea reconocida por la UNESCO en noviembre como Patrimonio Mundial Inmaterial».