Desde el área de Medio Ambiente justifican los episodios recientes de desprendimientos en algún árbol en «las nuevas políticas de renaturalización» que evitan la poda y aseguran que el Servicio de Parques y Jardines lleva a cabo un seguimiento de «todos los árboles de la ciudad»
Esta misma mañana un grupo de operarios de Emulsa ha iniciado los trabajos de recogida, limpieza y retirada de los restos del castaño de indias que se desplomó ayer en la plazuela San Miguel. El gran árbol ubicado en una zona central de la plaza se ha quebrado por el peso de alguna de sus grandes ramas y terminó por partirse impactando en un pequeño tilo ubicado en la parcela ajardinada de enfrente.
Los trabajadores de la empresa municipal de servicios de medio ambiente explican que los trabajos planeados para hoy consisten en recortar el árbol caído ayudándose de una grúa con la que poder ocuparse de las zonas más altas y también limpiar toda la zona de ramas, pero no tienen orden de llevar a cabo futuras podas próximamente. El concejal de Medio Ambiente y Sostenibilidad y presidente de Emulsa, Rodrigo Pintueles también prefirió no concretar si se iban a acometer trabajos de poda y recorte de los ejemplares en San Miguel u otros espacios verdes de la ciudad, aunque aseguró que «sí que se hace cuando es necesario reducir el tamaño del árbol, porque su peso pueda ser excesivo».
Habló de lo ocurrió ayer en declaraciones a los medios durante el acto de ‘Clear Cities’ el proyecto europeo a la «promoción de políticas de gestión de residuos urbanos sin emisiones de carbono para ciudades sostenibles» liderado por Emulsa. El responsable popular destacó que caídas recientes como la del castaño de indias tienen que ver con lo que se conoce como ‘efecto vela’ en el argot de jardinería y que «hace que las raíces a veces no puedan resistir el peso de esos árboles». Pintueles admite que estos incidentes se han producido con más frecuencia últimamente, pero ello tiene explicación en «las nuevas políticas de renaturalización que defienden que no se poden los árboles y dejar que crezcan en porte libre». Esto hace que las copas tengan «un mayor tamaño, mayor peso y cuando hay episodios de viento» se produzcan estos incidentes. Desde la empresa municipal, los operarios secundan esa misma explicación a partir de los cambios en la normativa europea.
Sin embargo, Pintueles ha llamado a la tranquilidad ciudadana y asegura que los especialistas de Arboricultura del Servicio de Parques y Jardines «tienen geolocalizados todos los árboles de la ciudad» y cuentan con una ficha en la que actualizan los aspectos relevantes de cada ejemplar. «Están absolutamente controlados y hay un seguimiento». El responsable del área de Medio Ambiente se defendía así de la denuncia que algunos partidos como Izquierda Unida realizaron tras el incidente pidiendo «mayor responsabilidad» en el cuidado de los parques y jardines de Gijón por parte del Gobierno. «No hay falta de mantenimiento, ni muchísimo menos», contestaba este, quien mencionaba el «incremento presupuestario en un 10%» que se produjo este año para la conservación de las zonas verdes y que llevó a cabo el Ejecutivo de Carmen Moriyón.
El partido de Javier Suárez Llana se ha comprometido a proponer una iniciativa destinada a poner en marcha «de inmediato medidas que garanticen la seguridad» de los espacios verdes en Gijón «ante el previsible empeoramiento de las condiciones meteorológicas» para los meses de otoño e invierno durante la próxima Comisión de Urbanismo, Obras Públicas y Medio Ambiente que se celebrará este mismo jueves.
De otro modo, desde el área de Medio Ambiente han explicado que sí se producirá una tala de ejemplares pronto en Gijón. En concreto, se trata de 25 olmos de elevada edad que «por motivos de seguridad» serán talados seguramente a partir de octubre. Así lo ha explicado el gerente de Emulsa, Ramón Cañal, garantizando el inicio de los trabajos pronto después de que se haya producido la adjudicación del contrato con el que se llevará a cabo la tala.