“Es una suerte que mi novia sea ciclista porque compartimos momentos y me ayuda mucho en los entrenamientos”

Iván García Cortina (Gijón, 1995) sobrepasa sus seis primeros meses en el Movistar. Junto a Alejandro Valverde o Enric Mas, el gijonés busca seguir labrándose una carrera en el complicado mundo del ciclismo. Tras el Tour de Francia tiene varias citas por delante. El descanso en casa ha llegado a su fin, aunque el corredor ya tiene las pilas cargadas para el primero de los retos: la Vuelta a Polonia.
¿Cómo está tras el Tour de Francia?
Empezando a recuperar un poco las sensaciones, la verdad. Los primeros días estaba fatal, mucha fatiga, incluso a principios de la semana pasada empecé a entrenar y se notaba el cansancio, pero ahora ya muy bien. Por ejemplo ya estoy con entrenamientos de seis horas, metiendo más intensidad.
A punto estuvo de hacerse con el triunfo en la cuarta etapa. ¿Le ha dado muchas vueltas?
No, tampoco. Son oportunidades que salen y no es que haya cometido fallos, los otros fueron mejores y punto. Ya llegaran otras oportunidades y hay que aprovecharlas lo mejor posible.
¿Le preocupan las victorias o usted es más un ciclista centrado en trabajar por el beneficio del equipo?
Sí que me preocupan los triunfos. Es cierto que en el Tour de Francia iba a trabajar para el equipo, pero en el resto de carreras el objetivo es ir a buscar triunfos en etapas o clásicas. Este año falta esa victoria, pero todavía no se ha terminado y esperemos que llegue.

“El Mundial y la París-Roubaix son dos carreras que he preparado a conciencia”
La ronda gala de 2021 ¿ha sido especialmente dura? Estuvo a punto de abandonar.
Sin duda, fue la más dura con diferencia y también fue el Tour más rápido de la historia. Todo esto quiere decir algo. Normalmente, cada día había alguna etapa de 200 kilómetros sin tanta intensidad y este año no hubo casi ninguna de relax, todas era rock and roll.
¿Qué cree que le ha faltado?
Una victoria estaría bien (risas). Iba con el objetivo de trabajar para Enric Mas, no tenían ninguna opción personal por parte del equipo, al menos en las dos primeras semanas. La etapa en la que quedé cuarto fue un poco regalo porque había estado trabajando y las fuerzas no eran las mejores. La última semana me llegaron un par de oportunidades, pero iba muerto. A Suiza, la carrera previa al Tour, llegué muy bien y en Francia igual estaba un poco mejor de forma sobre lo esperado, pero el pico se me vino un poco abajo en la última semana.
¿Pogacar juega en otra liga? Sentenció rápido y luego cada vez que le veíamos en la montaña parecía hasta fácil.
Es muy bueno. Creo que es muy joven, con una fortaleza increíble y además, pese a su juventud, sabe correr muy bien porque tiene buen equipo, pero tampoco es el Ineos. Le esperan buenos años por delante porque además se defiende muy bien.

Una de las imágenes del Tour han sido las caídas. ¿Hasta que punto un ciclista corre peligro?
Por suerte libré bastante y no me llegué a caer, pero cada año es mucho más riesgo. Muchas caídas se producen porque se va a una velocidad tan grande que, aunque veas una caída 100 metros más adelante, no te da tiempo a frenar, a parar la bici. Es lo que hay, cada día se va más rápido.
Pasado el Tour ¿qué calendario le espera?
Estoy en Polonia, luego una clásica en Frankfurt, el Bink Bank Tour durante siete días y la París-Roubaix. Tengo también la idea del Mundial aunque todavía no sé si iré.
Precisamente ¿el Mundial es su gran objetivo?
Sin duda, son objetivos muy importantes. El Mundial y la París-Roubaix son dos carreras que, personalmente, preparo a conciencia y esperemos que salga todo bien.
La París-Roubaix, como no, entre ceja y ceja.
Es mi carrera preferida, siempre tienes ese amor especial.


“A Gijón vengo tres semanas al año y aprovecho para ir a la playa y estar con la familia”
¿Echa de menos su ciudad? Creo que un calendario como el suyo no le deja pasar por casa tanto como le gustaría.
Al final vengo tres semanas al año: en Navidad, cuando acaban las clásicas y en octubre, con el final de temporada. El tiempo no me permite estar mucho más aquí, pero cuando estoy en Gijón aprovecho para, sobre todo, ir a la playa y estar con la familia.
Han pasado siete meses desde que se incorporó a la disciplina del Movistar Team. ¿Cómo ha sido la aclimatación?
Bien, lo esperado. Un equipo nuevo con mucha gente a la que conocía, pero a la hora de trabajar es distinto. Hubo un tiempo para conocernos y ver como trabaja cada uno, ahora ya es mucho mejor, es todo más fluido.
Comparte equipo con uno de los grandes del ciclismo español, Alejandro Valverde. ¿Esto da respeto?
Es muy buen corredor y ha ganado casi todas las competiciones que hay. Es una suerte poder compartir equipo y disfrutar las carreras con él.
Lo curioso de su historia es que sus inicios en el ciclismo fueron tardíos. Tiene 25 años y empezó con 14 en la Escuela Ciclista de Las Mestas.
Fue en cadetes aunque realmente empecé en infantiles y luego lo dejé porque no me gustaban las carreras en pequeños circuitos. A día de hoy, cuando corro critériums o carreras más cortas me encantan ¡la de vueltas que da la vida!.

¿Qué le llevó a las dos ruedas?
Había probado mil deportes y cada poco estaba por ahí con la bicicleta, me hacía sentir algo distinto y me enganchó bastante. A diferencia de las escuelas de fútbol, tenis o natación, no sabía ni que había escuelas de ciclismo cuando era un crío. Al salir del colegio vi el coche de Las Mestas y fui para allí.
¿Ese sentimiento puede ser de libertad?
Sí, sobre todo, al principio cuando empezaba. Ahora ya no tanto, pero en los comienzos sin dudarlo.
¿Cómo es eso de tener una novia ciclista?
Es una suerte porque te permite compartir muchos momentos. Cuando estoy en competición fuera, al volver a casa puedo intercambiar impresiones. Me ayuda también mucho en los entrenamientos y es perfecto porque con ella puedo hacer cosas que no puedo hacer con otras personas.
Ahora que no nos oye nadie, durante estos días que han rodado por Asturias ¿quién anda mejor?
Depende del día (risas). Con la moto ella va rápido…
Ya que usted es de Gijón y se habla mucho de potenciar la bicicleta como medio de transporte ¿qué le parecen los carriles bici de la ciudad?
Bien, está lleno de ellos. Vivo en Montevil y me parece una buena idea, me gustan.



¿Qué siente cuando cada vez son más noticia los accidentes en carretera?
Eso está directamente relacionado con la cantidad de ciclistas que hay hoy en día. Cada vez que salgo a la carretera son más y eso hace que puedan producirse más accidentes. En Asturias se respeta mucho al ciclista, vas a otros países y es inviable. En Gijón tenemos el Alto de la Madera, el Infanzón… sitios muy bonitos para andar en bicicleta y hacerlo con cierta tranquilidad.
¿Cuál es la asignatura pendiente del ciclismo?
Hay muchas ideas. Algunos apuestan por etapas más cortas y en eso no estoy de acuerdo porque las etapas largas son necesarias para la fatiga u otra serie de factores. Otros señalan a una venta de derechos de imagen como se hace en el fútbol. Al final, mi trabajo es dar pedales de la mejor manera posible para ganar carreras, es de lo que me preocupo.