En el Día del Turismo, la FIDMA reúne a Visita Gijón y al BIOPARC Acuario con técnicos de COCEMFE de Asturias, Galicia y Cantabria para disertar sobre accesibilidad

Nada, ni tan siquiera una lesión física o un daño psíquico de cualquier clase, debería impedir a una persona disfrutar de las mil y una bondades que el ámbito turístico, en sus múltiples formas y en cualquier rincón del planeta, puede llegar a ofrecer. Esa es la máxima que este año ha regido la celebración del Día del Turismo en la 66ª edición de la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA); y precisamente por eso la plataforma Visita Gijón, a través de su director, Daniel Martínez, ha reunido en el Pabellón del Ayuntamiento tanto a técnicos asturianos, gallegos y cántabros de la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE), como a Alejandro Beneit, director de BIOPARC Acuario de Gijón, para, bajo el título ‘Un turismo para todos’, analizar los logros y carencias en sus respectivos territorios del fomento de la accesibilidad en las infraestructuras y servicios turísticos, tanto públicos como privados.
«Llevamos muchos años hablando de accesibilidad, es cierto, pero es una materia todavía por desarrollar», apuntaba Martínez al inicio de la serie de charlas que ha protagonizado la jornada, consciente de que «es mucho lo que podemos hacer desde la Administración , y otras que se deben hacer desde el sector privado; todo ello debe hacerse en consonancia entre ambos actores». De hecho, por parte de Gijón la pretensión del nuevo ejecutivo, a corto plazo, es la renovación del Plan Estratégico para incluir un apartado de turismo accesible con acciones concretas, haciendo partícipes a las empresas del sector».

No obstante, esa ambición, como cualquier otra relacionada con la actividad turística, puede topar con una piedra en su camino: el temor vecinal a una gentrificación que arruine la esencia histórica de los barrios. Una posibilidad que Martínez descarta en el caso de Gijón, máxime cuando «lo que ponemos en relieve aquí es la conservación de nuestra identidad y cultura de manera sostenible. La palabra gentrificación te obliga a intercambiar a la población local por población flotante, con lo que tendríamos una ciudad que perdería su alma. Estamos preservando nuestra alma y nuestra identidad». La clave, en su opinión, reside en hallar un equilibrio entre el masivo turismo estival y una afluencia más modera, atraída por el potencial cultural de la urbe, que se mantenga durante todo el año. «Hay espacio para que todos crezcamos».
Más concentrado ha estado en su ponencia Beneit, que ha desgranado las medidas implementadas por el BIOPARC en favor de la accesibilidad, desde que «el recorrido sea 100% accesible para cualquier persona con discapacidad física», hasta el reciente lanzamiento, hace apenas un mes, de una aplicación dotada de una audioguía, o la reserva de una plaza adaptada en cada uno de los campamentos educativos veraniegos que acogen semanalmente. Aun así, no ha negado que «todavía queda camino correr»; en su caso concreto, la asignatura pendiente es la adaptación a quienes padecen cualquier forma de discapacidad psíquica, una materia «difícil de aplicar». Por el momento, tratarán de atajarlo «digitalizando la cartelería», medida que espera que sea la primera de muchas. Todo, en suma, motivado por razones como «la simple justicia social, que ya de por sí debería acabar con el debate, pero también por la posibilidad de ampliar el negocio a un público mayor. Al final, se trata de aportar que alguien se sienta bien, de poder dormir por la noche y de no dejar a nadie atrás».