Gijoneses y visitantes claman por una solución urgente al estado del río, que estos días, fruto del calor y de la ausencia de lluvias ha llegado a «lo nunca visto», según quienes lo visitan
POR BORJA PINO Y DAMIÁN FERNÁNDEZ
Largas jornadas de calor intenso, unas lluvias estivales que se resisten a llegar, unas mareas cambiantes y, para colmo, balsas de vegetación, desperdicios y aguas estancadas. Esos son los ingredientes que han trasladado estos días el río Piles de su merecida condición de reclamo veraniego para vecinos y visitantes, a foco de rechazo por los malos olores que manan del cauce. El problema, desde luego, no es reciente; hace años que las quejas por el ‘aroma’ de las céntricas aguas ocupan conversaciones y debates. Sin embargo, hoy el vaso de la paciencia ciudadana parece haberse desbordado. En el día que para muchos es el de peor hedor que se recuerda, y que coincide, además, con la noche que pondrá el broche a la Semana Grande, turistas y visitantes exigen a las Administraciones soluciones urgentes, lanzando un guante que la alcaldesa, Carmen Moriyón, ha recogido al afirmar que dicha intervención, a materializar en el futuro proyecto de renaturalización, «no admite más espera».
«En la vida vimos esto… Nunca antes el Piles apestó así», se lamentaban esta misma mañana Nieves Platas, Charo Muñoz y Juani Díaz ante el parque de Isabel la Católica. Gijonesas de siempre, vecinas de los barrios de Montevil y El Llano, para estas tres amigas es casi una norma acudir a pasear a orillas del río… Tradición, eso sí, que ahora podría peligrar. Y de poco sirve que se les recuerde que, a finales de este mismo mes de julio, la concejalía de Medio Ambiente y Sostenibilidad acometiese una limpieza en profundidad de los residuos depositados en el lecho del cauce. «Es llegar al paseo, y casi vomitamos; no se puede andar por aquí», añadían.
A pocos metros de ellas, disfrutando de una grata caminata en soledad, el también gijonés Carlos Gómez recordaba que «siempre olió algo, y lleva muchos años así, pero de cara al turista, teniendo la Feria de Muestras y El Molinón al lado, no puede ser; está desaprovechado del todo, y la imagen que da de la ciudad es pésima». Entre esas visitantes se hallan las jóvenes Nicole Vivas y Claudia Tuñón, ambas de Oviedo, quienes, de camino a la FIDMA, reflexionaban que «no es agradable pasar por un sitio tan bonito así, con esta peste».
Si existe un colectivo que acusa el efecto del mal olor de forma especialmente intensa, ese es el de quienes aprovechan el propio parque y su ‘kilometrín’ para practicar deporte. Una categoría de la que forman parte Virginia Menéndez y Javier Peláez. Aunque gijoneses de nacimiento, ambos llevan años residiendo en Madrid, y aprovechar sus días de descanso en su ciudad natal «es terrible» cuando de correr junto al Piles se trata. «Nos hemos parado cerca de la desembocadura a tomar aire, y hemos tenido que movernos, porque no se podía respirar», apuntaba la primera, refrendada por Peláez, convencido de que «esto no puede ser; aquí hay bacterias y de todo». Como ellos, Darío y Eloy Gómez, José Noval, Rafael Castro, Hugo González y Diego Suárez, todos ellos integrantes del Club de Baloncesto Estudiantes Nº1, aprovechan las márgenes del cauce para entrenar… A pesar de que «hacerlo de este modo, con esto entrándote en los pulmones, no es ni cómodo, ni muy agradable. El año pasado no olía así… Te dan ganas de correr, pero en la otra dirección».
Los desperdicios y las aguas estancadas se acumulan entre la vegetación. 
Claudia Tuñón y Nicole Vivas. 
Carlos Gómez. 
El oscurecimiento puntual del río denota la presencia de líquidos residuales. 
Virginia Menéndez. 
De izquierda a derecha, Darío Gómez, José Noval, Eloy Gómez, Rafael Castro, Hugo González y Diego Suárez.
La propia regidora, Carmen Moriyón, a su llegada esta mañana a la Feria Internacional de Muestras, ha confesado que pasa «todos los días dos y tres veces, y tengo muy controlado cuándo huele el puente del Piles, cuándo en la escalera trece…», aunque ha incidido, echando la mirada hacia sus dos mandatos anteriores, en que «siempre hubo ese olor, a finales de agosto y principios de septiembre», propiciado, según la alcaldesa y parafraseando al Medio Ambiente y Sostenibilidad, Rodrigo Pintueles, «a la falta de lluvias y al estancamiento de aguas y algas». Aun así, lo ocurrido estos días «lleva a pensar que en septiembre, desde la Empresa Municipal de Aguas (EMA), se pondrán con revisión de colectores y la renaturalización del Piles».
Monxina fuera,arregle esto ya.Ahora es usted la responsable.Menos otros y más Piles.