Una parte de la cubierta cercana a la calle Covadonga se vino abajo el pasado sábado causando la preocupación de algún vecino: «Habría que vallar la calle»
La fachada de la plaza de Europa se quedará más pronto que tarde sin uno de sus clásicos. La constructora propietaria del edificio El Jazmín, al que da nombre la antigua mercería situada en uno de sus bajos, afirma que en los últimos días ha formalizado la solicitud para la licencia de derribo con la que llevará a cabo su demolición. Esta permitirá echar abajo un edificio que trae de cabeza a algunos de sus vecinos de manzana, preocupados ante posibles derrumbes o caídas de cascotes como la vivida el pasado sábado en una parte del tejado cercana a la calle Covadonga. La empresa asegura ser consciente de su intranquilidad que también se existe al ámbito municipal y la premura desde el Ayuntamiento en que la futura reforma se lleve a cabo.
El último episodio de derrumbe se produjo hacia el interior de una antigua vivienda y no hubo que lamentar incidentes con los viandantes, pero sí ha avivado las quejas sobre el estado de abandono en el que han mantenido el edificio y sus condiciones de seguridad. Este ha incluido la presentación de una queja formal al Ayuntamiento por su papel «en pedir responsabilidad a la constructora o proteger el perímetro vallando la calle». La vecina encargada de la reclamación lleva 23 años conviviendo puerta con puerta con el envejecimiento de la construcción y observa desde las alturas de su piso cómo “se está hundiendo hacia dentro”. Cuando se derrumbó la cubierta sintió “un gran estruendo” que no le sorprendió «en absoluto» porque “cada vez que hace un poco de viento” hay movimiento de tejas y “agua colándose dentro”.
Construcciones Fercavia, su propietaria, coloca testigos periódicamente con los que mantiene un control sobre la evolución de las grietas y hundimientos visibles en partes de la fachada. Estos les permiten concluir que “no existe peligro en la parte externa» y garantizan que «en el momento en el que haya fecha de derribo empezaremos con la obra». El problema mantenido hasta ahora era sin embargo mayor, ya que en su interior aún reside un último vecino con el que han sido incapaces de llegar a un acuerdo pese a haber propuesto todo tipo de soluciones, como poner a su disposición una vivienda en los alrededores «en condiciones similares y el mismo tipo de renta». «Llegamos a trasladar todas sus cosas a la nueva casa y el último día de la mudanza dijo que no», relatan. Con él buscaban seguir el mismo procedimiento que llevaron a cabo con los cuatro vecinos que abandonaron en último lugar el edificio, pero se ve que este «no atiende a razones».
En ese sentido, residentes y comercios de la zona hablan de “muy buena actitud” por parte de la empresa. «El Ayuntamiento nos ha dado orden de mantener condiciones de seguridad en varias ocasiones», cuenta la constructora. Por ello, sugieren que «en el momento en el que constaten la imposibilidad de mantener la seguridad en el interior del edificio, tendrán que ordenar un desalojo».
Amiga Adela sois como Pierre Nodoiuna ¿como que la parte mas cercana a la calle Cabrales? te recuerdo que entre esa manzana y la calle Cabrales están las calles Pelayo, Padilla, paseo de Begoña y calle San Bernardo.
Un poco de estudio sobre geografia urbana te vendría bien ó en su defecto intentar informarte antes de publicar tamañas barbaridades, no es la primera vez en que la metedura de pezuña es sonada.
Para tu informacion y el resto de becari@s esa manzana de edificios se encuentra situada entre las calles Covadonga (que es la que tu confundes), Anselmo Cifuentes, Plaza de Europa y Padilla.
Aunque tenga usted razón no hace falta ser tan duro; con hacer la corrección y señalar la idoneidad de asegurarse de la veracidad de los datos, creo que es suficiente.
Buenas tardes Don Jose Luis, creo que debería buscarse un hobbie. Veo que sus comentarios son recurrentes en esta pagina, por lo que le animo a mandar un CV al correo del diario ya que dispone de un ímpetu digno de intrépido periodista. También se me ocurre animarlo a salir a dar un paseo por la playa, respirar aire fresco que seguro le ayudará a refrescar sus ideas y así, pensárselo dos veces antes de comentar en las noticias de este diario señalando con el dedo sobre errores tan poco importantes como el nombre de dos calles separadas por unos metros. Aunque es bastante posible que no este muy agusto rodeado de gente, por lo que quizás para ello esperar unas semanas, a que empiece el mal tiempo para pisar dicha playa. Los bañistas seguro lo agradeceran. Por salud, no creo que dichos aires de superioridad sean beneficiosos. Un abrazo de un seguidor.