La joven, de 17 años, está en buen estado de salud, y ha regresado a las dependencias en las que reside habitualmente; se le perdió el rastro en Oviedo, aunque se sospechaba que podía hallarse en Gijón

Tras varios días de angustia generalizada, reiteradas peticiones de ayuda por parte de la familia y mensajes contradictorios en redes sociales, el caso de la desaparición de Ainhoa M. G. se ha resuelto; felizmente, además. Según ha podido confirmar este diario la joven, de 17 años y a la que se le perdió el rastro en Oviedo el pasado 20 de agosto, ya ha sido localizada sana y salva, y ha sido devuelta a las dependencias en las que habitualmente reside. Todo, después de que, durante los últimos dos días, el espacio digital se haya poblado de publicaciones de solidaridad para con sus allegados, pero también de contenidos en los que se afirmaba que no estaba desaparecida, si bien tampoco había regresado a las instalaciones en las que debía encontrarse. Afortunadamente, todo ha quedado en una anécdota.
Efectivamente, a Ainhoa M. G. se la vio por última vez en la capital asturiana hace ahora veinticuatro días, aunque el grueso de la búsqueda se centró en Gijón, ciudad en la que se sospechaba que podía estar; el escenario de su localización no ha trascendido. Lo que sí corrió como la pólvora durante el día de ayer fue cierta storie de Instagram, presuntamente subida por la propia ausente, en la que, utilizando como fondo una fotografía suya, descartaba que su situación fuese de desaparición. Cabe señalar que veinticuatro horas antes su propia familia descarto ese punto, valiéndose, en su caso, de la red social Facebook. En cualquier caso, el asunto ha quedado ya satisfactoriamente zanjado.