Entrevista al cantante, guitarrista y compositor (Parte II)

¿Le gusta que Gijón haya suprimido los toros?
Los toros me resultan súper interesantes, pero Gijón no es una ciudad de tradición taurina, no se vive como Albacete o Badajoz, por ejemplo. No es una cuestión que vaya a afectar. La razón por la que se suprimen realmente sí me parece justa. Hay una cierta necesidad de protegerse, cuidarse y cuidar ciertos símbolos que son importantes. No es bonito que se rían de unas políticas que se apoyan desde el Ayuntamiento.
Más allá de la música, a Igor Paskual también le preocupan asuntos de calado social. Véase el aborto o la eutanasia. ¿Hemos avanzado como país o es un maquillaje?
Se ha avanzado muchísimo. España siempre ha sido un país puntero. ¿Ejemplos? La revuelta comunera de 1520 llega mucho antes que cualquiera en el resto de Europa, la Constitución de 1812 es muy avanzada, la de la República también lo era… Lo que pasa que, en cada avance, desgraciadamente hay una contrarrevolución y van lentos. Se avanza a pesar de los obstáculos que se ponen, a pesar de lo cual luego se beneficia todo el mundo: aborto, divorcio… Por primera vez mucha gente siente que el mundo ya no es como antes. Por ejemplo, tú por ser hombre eres mejor que el 50% de la población. Si de repente, ese 50% tiene los mismos derechos y puede hacer lo mismo que tú ese puesto de pseudo privilegio ya no lo tienes. Es un poco la base del racismo. En EEUU por ser blanco eres mejor que mucha gente que es negra. Si esa gente ya es tan buena como tú ¿dónde está tu poder?
Hablando de avances está de actualidad la LGTBIfobia. De hecho, hace unos días se produjo una agresión a un chaval en Pola de Siero al grito de “maricón de mierda”. ¿Qué le dice hablar de esto en 2021?
El hecho de que existan más denuncias implica que se está perdiendo el miedo. ¿Qué ha aumentado el número de agresiones en los últimos años? Por supuesto, porque se sienten legitimados. Si tú tienes una fuerza en el parlamento con 52 escaños, jueces que legitiman, obviamente te sientes con poder. Me parece muy preocupante. Yo lo viví con ‘Babylon Chat’. Cuando salimos en 1994 volvió una ola conservadora al grito de ’España va bien’ y tocaba maquillado. A mí me llegaron a pegar en dos ocasiones, a nuestro batería también; era difícil.
“Los toros me resultan súper interesantes, pero Gijón no es una ciudad de tradición taurina. La razón para su supresión me parece justa”
Otra de sus pasiones, el fútbol. ¿David Gallego es un líder?
Más que un líder, es un gestor, buen entrenador, pero el fútbol, como en la vida, es mucho más difícil de lo que parece y tiene lo que tiene. Hay un equipo mejor que el del año pasado, juega realmente bien, pero hay un factor que muchas veces no queremos asumir: la suerte. Es muy fácil ser líder y estar seguro de ti mismo cuando las cosas van bien, lo difícil es serlo cuando van mal. Lo veo con los músicos cuando hacemos discos que no tienen repercusión, cómo enfocas el siguiente es totalmente distinto. Está teniendo mala suerte, tiene cierta lentitud a la hora de leer los partidos, pero no plantea mal los encuentros.
¿El Sporting del futuro puede ser una Real Sociedad?
Me encantaría. Igual que hablábamos en el modelo de Euskadi para Asturias, en el fútbol también. El fútbol es una gran metáfora de la vida porque es injusto, no siempre gana el mejor, a veces hay justicia poética, normalmente se impone el más fuerte, el poder siempre pita a favor del más fuerte incluso con el VAR y los equipos son una gran reflejo de la sociedad a la que representan. La Real Sociedad me parece uno de los mejores modelos de equipo. Esa combinación de gente de dentro y de fuera, esa mezcla es la que está pasando en Euskadi, esa fe en uno mismo.

¿El fútbol femenino es una apuesta real de los clubes o postureo?
Hay de todo. La Real o el Barcelona apuestan de verdad, el Athletic de Bilbao lleva muchos años haciéndolo y el Real Madrid no apuesta de verdad. Es un lavado de cara cuando ha visto que ocupa primeros planos. ¡El único gran club de Europa que no tenía equipo femenino! Lo tiene el Ceares, es acojonante. Hay equipos de fútbol femenino que me gusta verlos más que el masculino: se juega más tiempo, se fingen menos faltas, hay más espacio para hacer jugadas de calidad. Hay muchas niñas que quieren jugar, lo veo en el patio del colegio de mis hijos.
“En el fútbol femenino hay equipos que juegan más tiempo, fingen menos faltas y hay espacio para ver más jugadas de calidad”
Usted colabora con varios medios de comunicación de radio y prensa ¿son adrenalina?
Me parecen un medio de expresión importante. Lo que me importa es comunicar y me gusta transmitir con una canción, con un artículo de fútbol, con un programa de radio… No adrenalina, pero sí una vía de transmisión importante.
También escritor con ‘El arte de mentir’ y ‘Rugidos de gato’. ¿La pluma es una vía de relajación?
No sé si me relajo yo mucho en la vida… Sí es una forma de transmitir las cosas de forma más reflexiva de lo que puede ser una canción. Ahí tienes tres minutos y puedes matizar muy poco. La paleta de blancos y negros que tiene el rock se compensa con una gran gama de grises.




Su primer hijo nació el mismo día que Mick Jagger. ¿Esto es una señal del destino para que la saga continue con su trabajo?
(Risas) No sé si tengo muchas ganas de que continúen por ese lado. Me encanta el rock, vivo para él, pero es inestable y produce un gran desgaste. El mundo de la música es muy duro y agotador. Sí que tiene una gran vena artística y pienso: ‘¡Dios mío, otra vez no!’ (risas). Lo veo venir y me echo las manos a la cabeza, como se las echaba mi madre conmigo porque es muy reconfortante, pero se paga un cierto peaje.
“Que haya LGTBIfobia me parece muy preocupante, pero si tienes una fuerza en el parlamento con 52 escaños y jueces que legitiman, te sientes con poder”
Entre sus proyectos más inmediatos, ¿se plantea volver a Eurovisión?
Calla, que encima yo no sigo Eurovisión y cuando me desperté tenía el móvil lleno de mensajes tipo: ‘Viva el glam’, ‘Viva Italia’. Dejé el teléfono, me metí en Twitter y había mucha gente con la bandera de Italia felicitándome. No entendía nada porque además no conocía al grupo, no sabía qué había pasado. Ahora los sigo y no están nada mal.
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