Jorge Martínez, vocalista ‘Ilegales’
“Hay canciones de Ilegales que son para un solo momento. ‘Heil Hitler’ ahora no sería tan bien entendida, aunque la canto en cualquier sitio. No pasa nada”
“Si me viese obligado, volvería a pasear por Gijón con un bazooka. La autodefensa es un capital al que ninguno tenemos por qué renunciar”
A la entrada del Palacio de Bolgues un cartel dice: ‘Atención. Perros peligrosos’ y no es ninguna broma. Dentro, un sonriente Jorge Martínez (Avilés, 1955) da la bienvenida al equipo de Mi Gijón. “Adelante”, afirma con una carcajada. La joya del siglo XVI, propiedad familiar, es el escenario de una agradable charla. El mismo lugar donde Ilegales y Loquillo acaban de grabar el videoclip del single ‘Tantas veces me he jugado el corazón que lo he perdido’, un espacio donde se respira cierto aroma de escenario cinematográfico. A un mes para el inicio de la gira de su último trabajo, el líder de la banda repasa su carrera y algunos asuntos ligados a la actualidad. Fiel a sí mismo, no se deja nada dentro.
‘La lucha por la vida’ viene a celebrar su 40 aniversario. ¿Le da vértigo cuando piensa que ha estado cuatro décadas dando caña?
Ni los cálculos más optimistas nos hacían prever que íbamos a durar 40 años. Sí que da un poco de vértigo porque, cuando se editó el primer disco en el 82, creíamos que tendríamos suerte si durábamos unos cinco o seis. El momento en el que celebramos los 20 años decidimos que si llegábamos a los 40, algo muy poco realista y casi imposible para una banda, haríamos este disco. Al cumplir los 20 lo que hicimos fue juntarnos de manera muy endogámica los que habían pasado por el grupo, montamos una fiesta con todos los técnicos, road managers, etc. y lo que conseguimos al ver la grabación, aunque la fiesta fue muy emotiva y lo pasamos muy bien, mostraba una revisión de temas ya hechos y muy parecido a lo que anteriormente se había editado, con esa chispa que tiene el directo que es imposible conseguir en el estudio, pero no ofertábamos nada nuevo. En este ‘La lucha por la vida’ sí que lo hay porque gran parte de las canciones son a estrenar, hemos pedido la colaboración de otros artistas que generosamente nos la han brindado y lo han trabajado realmente muy intensamente. Se han conseguido objetivos que de otra manera hubieran sido imposibles. Es un disco en el que hay canciones totalmente nuevas e incluso las que se habían editado, tiene muy poco rodaje porque así los artistas invitados no se ven expuestos a ser comparados con trabajos ya muy hechos, muy en la mente del oyente.
Hay colaboraciones de Bunbury, Loquillo, Andrés Calamaro, Luz Casal, Iván Ferreiro, Coque Malla, Vetusta Morla, M Clan, El Niño de Elche, Novedades Carminha, Josele Santiago, La Polla Records, Marea y Auténticos Decadentes. ¿Por qué una elección tan variada?
Porque las canciones han sido quiénes han elegido a los artistas. No hemos sido nosotros que podríamos cegarnos por amiguismos o por respeto a ciertos artistas. Han sido las canciones, la forma que tienen, las que realmente han elegido al artista. Pensamos: ‘Esta canción le haría muy bien esta persona en concreto’ y ha resultado perfecto. Creo que es el mejor criterio posible para elegir a quien va a colaborar.
“Dani Martín es la apuesta más arriesgada del disco. Ha hecho un trabajo excelente. Sé que puede haber muchas críticas, pero brilla la luz en la oscuridad”
¿Qué tienen en común Jorge Ilegal y Dani Martín?
Esa es la apuesta más arriesgada. Te puedo decir que estaba comentándolo con Josele Santiago y me decía: ‘Joder, si tú no te atreves a llamar a Dani, Jorge, ¿quién se va a atrever?’ Y claro que llamé a Dani. Ha hecho un trabajo excelente. Sé que puede haber muchas críticas, pero brilla la luz en la oscuridad, aunque las tinieblas no comprendan. Hasta Willy, miembro de Ilegales, que es muy crítico con todo me decía: ‘Joder, tenías razón. Vaya bien que lo ha hecho Dani en ‘Juventud, Egolatría’’. Además, el título le va a Dani. Está haciendo una revisión muy lúcida de su tiempo con El canto del Loco. En los dos últimos singles suyos que he escuchado, se ve un tipo mucho más lúcido de lo que la gente le pretende, le otorga generalmente. Creo que le tienen manía de manera muy injusta.
¿Falta alguien o están todos los que le gustaría?
No soy de esos que piensan en las cosas que podrían haber sido. Se han superado con mucho la cantidad de artistas a invitar. De hecho, el vinilo en vez de tener dos caras va a llevar una más adicional porque no cabían todos y se seguía apuntando gente. Hemos estado en medio de una pandemia y no podían entrar más artistas. Sí que me hubiera gustado ampliarlo y de hecho muchos me han dicho: ‘Joder Jorge, yo podía haber aportado en esta canción o en la otra’, y lo hacían con mucha razón, pero no ha podido ser. En fin, me conformo, me doy con un canto en los dientes. Se han conseguido cosas muy por encima de lo previsto en este ‘La lucha por la vida’.
Ya que hablamos de artistas y en Asturias los tenemos muy buenos, ¿se ha planteado trabajar con algún asturiano como Rodrigo Cuevas? Coincidió con él en el programa ‘Un país para escucharlo: Asturias’.
Me llevo muy bien con Rodrigo Cuevas, es un tipo que me parece simpático. En este momento no veo punto de conexión, no veo qué podríamos hacer. Hay mucha gente en Asturias muy valiosa. El mismo Víctor Manuel que ha escrito grandes canciones; Luz Casal pasa mucho por aquí y ha contribuido también muy eficazmente. Cuando se hizo el programa había apuntado a diferentes invitados: WarCry, Avalanch, Desakato… Artistas diferentes que no aparecen. La dirección ha elegido a quien ha querido y no he tenido opción, pero sí es cierto que los elegidos me han sorprendido.
“Víctor Manuel vio que teníamos una trayectoria con la que seguir adelante. Tenía una visión amplia y clara de todo lo que sucedía en los años 80”
Ha mencionado a Víctor Manuel. Quizá poca gente sabe la importancia que tuvo en el lanzamiento de Ilegales.
Víctor Manuel contribuyó a nuestro trasplante de la Compañía Fonográfica Asturiana a CBS. Fonográfica Asturiana había reeditado el primer disco y la continuidad con esta discográfica no estaba ni mucho menos asegurada, probablemente no hubiésemos continuado con ellos. En cambio, con CBS sí hicimos un par de discos más, aparte del primero que compraron a Fonográfica, y Víctor sí que vio que teníamos una trayectoria con la que seguir adelante. No estaba posicionado dentro de toda esta revolución que se produce en los años 80, pero sí tenía una visión clara y amplia de todo.
En el documental ‘Mi vida entre las hormigas’, Igor Paskual cuenta que usted le pegó un cabezazo. ¿Tiene alguna explicación?
Probablemente no estaba lo bastante atento y yo tenía las manos ocupadas tocando la guitarra, ¡joder! (risas) Así que la única manera de relacionarnos era: ‘¡Coño, espabila!’. Me llevo muy bien con él. Es un gran artista y escribe muy bien, sus textos tienen un sello… Estoy esperando, y sé que se va a producir, una canción brillantísima de Igor Paskual. La va a hacer, es uno de los que tiene facultades.
¿Qué les dice a los que piensan que usted es un tipo duro?
Qué le vamos a hacer, la vida te endurece. Pertenezco a una generación que se ha visto expuesta a muchos peligros. Recuerdo salir de casa en Avilés con cinco años camino del colegio y ya íbamos cargándonos de piedras para defendernos de otros niños en el recreo. El pasatiempo era liarnos a pedradas todos los días. Nos dimos cuenta de que era muy aburrido y que se podía jugar a otras cosas, pero en los primeros años, hasta los siete, éramos así de primitivos. En fin…
¿Volvería a pasear por Gijón con un stick de hockey?
Si me viese obligado a ello se haría con un bazooka. En esa época me buscaban varios individuos para apuñalarme por una reyerta y la mejor manera de defenderse de varias personas era manejar un buen stick de hockey. Yo lo manejaba muy bien y resultó muy eficiente: aquí estoy, sin un solo rasguño; no han conseguido rajarme y lo intentaron. A veces el miedo guarda viñas, pero cuando hubo que utilizarlo es efectivo, era simplemente defensivo. La autodefensa es un capital al que ninguno de nosotros tenemos por qué renunciar. No soy de los que ofrecen la otra mejilla.
Antes le he preguntado por los que le califican de tipo duro. Igual algo provocador sí es. Tiene un tema titulado ‘Heil Hitler’.
Lo hicimos para insultar a los hippies porque se habían convertido en lo contrario a lo que pretendían ser en 1967. Aparecieron los hippiosos con unas miras muy estrechas: había que tener una determinada imagen, respetar un estado de suciedad y negligencia en la higiene, venerar una serie de artistas ya muy pasados, sendas musicales muy trilladas… En plena explosión punk de la nueva ola, me parecía que no. Teníamos unos compañeros en los locales, todos hippies, dogmáticos y llevaban esos artículos de fe a su máxima proyección. Para cabrearles escribimos ‘Heil Hitler’. Cuando estaba escribiendo la canción decía: ‘Esto los va a poner histéricos’ y no falló. Vamos a poner frases como ‘hay una cosa que se llama jabón, mata a los piojos…’ porque no les va a gustar a estos que huelen tanto a sobaquina, y acertamos. Estaba hablando totalmente con segundas, la intención era clarísima y funcionó muy bien. La gente del punk y de la nueva ola que eran un público infinitamente más inteligente, más abierto a nuevas tendencias, entendieron inmediatamente el chiste cruel de la canción, no así los hippies cegados como ganado dirigido hacia un determinado sitio que entraron al trapo muy fácilmente.
¿Una canción de estas características sería posible en la actualidad?
Hay canciones de Ilegales que son para un solo momento. Esta es una de las que probablemente ahora no sería tan bien entendida. No obstante, me atrevo a cantarla en cualquier sitio. No pasa nada.
Le pregunto por otra. Año 1983, ‘Europa ha muerto’. No parece que casi 40 años después las cosas estén mucho mejor.
Esa es una canción que está en las antípodas, todavía tiene una total vigencia. Parece ser que el extenderse a los países del Este ha tocado la fibra sensible de ese imperialista desde tiempos de los zares que es Rusia, han visto cerca de sus fronteras las narices o los cañones del enemigo: Polonia, Ucrania, la antigua Yugoslavia, Hungría, Finlandia… Esa proximidad pone muy nerviosa al todavía con pretensiones imperialistas ya muy menguadas Imperio de todas las Rusias. Esa Europa se fragmenta por el este. Después del Tratado de Maastricht ya se veía que sin una unión fiscal había fisuras en esta Europa, luego tenemos la cuestión con Inglaterra; todo ese chovinismo, esa pérdida de contacto con la realidad en cuanto se agita una bandera. En la misma España estamos viendo un regreso al siglo XIX con todos estos nacionalismos. Una cosa es la descentralización, deseable no depender de todo para Madrid que me parece muy bien, y otra cosa es regresar al cantonalismo del siglo XIX. Esto ocurre no sólo en España, se está produciendo lo que llaman una balcanización del conflicto. Estos nacionalismos son realmente peligrosos para una Europa. ¿Es deseable una Europa? Por supuesto que lo es. ¿Es posible? Tiene todos estos enemigos que acabo de enumerar. Tampoco deberíamos perder de vista que Europa no es el más grande de los mercados a nivel global y que China, vía Rusia, y EEUU podrían desear una Europa desmembrada y repartírsela comercialmente hablando.
“Los Stukas se dedicaban a putear a mucha gente del rock. ¡Qué hijos de puta! Es una realidad”
Se cagó en la puta madre de ‘Los Stukas’ durante un concierto con ellos.
Es cierto, no lo voy a negar. Es algo que probablemente hubiese resuelto, de haberlos hallado esa misma noche, de manera expeditiva. Los Stukas se dedicaban a putear a mucha gente del rock, no sólo a Ilegales. Queríamos que hubiese movimiento y habíamos accedido a tocar por la cuarta parte de nuestro caché en un festival. Lo negocié con el cantante de los Stukas porque no todos eran mala gente. De manera instintiva llevamos nuestro propio equipo de sonido, pero confiamos en la promesa de Los Stukas de que dispondríamos de su equipo de luces. Faltaron al acuerdo y nos pusieron dos pequeños focos. Ellos pretendían jodernos también el sonido porque era el plan que tenían, pero no pudieron. Teníamos un pequeño equipo hecho con desechos de otras bandas porque cuando dejé la Facultad de Derecho, todos los Ilegales nos dedicamos a aprender cosas de física. Con restos habíamos construido un equipo muy eficaz que superaba con mucho el que tenían los Stukas. En el momento en el que tocamos, la gente que estaba dispersa porque pasaba de las otras bandas, se reunieron en la parte central del campo de fútbol para escuchar nuestro concierto. ¡Qué le vamos a hacer! Éramos el grupo de moda y teníamos un discurso mucho más interesante que decir: ‘Mira esa chica, que buena está’. Decíamos otras cosas como ‘tiempos nuevos, tiempos salvajes’, ‘Levántate y lucha. Esta es tu pelea’, ‘Nuevos cantantes hacen el ridículo en viejos festivales como Eurovisión’. Cosas que eran más interesantes para el público, sonábamos infinitamente mejor; sabíamos tocar, coño. No tenía problemas para desenvolverme con una guitarra y, probablemente, mis manos eran más fuertes y lúcidas que las del pequeño Martagón (guitarrista de Los Stukas). Eso parece que enardeció los ánimos de los Stukas y como no podían limitarnos el sonido, nos apagaron los focos que habían prometido. Ahí fue cuando dije: ‘Queremos agradecer a los hijos de la gran puta de Los Stukas…’ Vaya mal que se portaron con todo el mundo, ¡qué hijos de puta! Es una realidad.
¿Le gustaba darse de hostias? ¿Eso ha cambiado o sigue igual?
Nunca me ha gustado combatir, pero siempre me he defendido y la venganza innegablemente produce placer, cuando no es excesiva. El abuso en la venganza es indeseable y no debería producir placer alguno a nadie. A mí jamás me lo ha producido, más bien soy justiciero. En el colegio había abusones, recuerdo que había niños que jugaban en el patio sin distanciarse demasiado y los combatía con cierta solvencia, lo que no ayuda a que tengas una buena fama.
¿Repasar su trayectoria le provoca nostalgia?
No, no dejo marcas al camino porque nadie regresa. A veces hay que echar un poco la vista atrás para saber de dónde se viene, dónde estás y luego tienes que mirar a qué punto quieres llegar para no desviarte. El presente está hecho de pasado y futuro: pasado por esa mirada que echas atrás y futuro por esa capacidad de cálculo que tenemos para ver a dónde vamos a llegar. Eso sí, el tiro puede salir desviado y con frecuencia los disparos no dan en el blanco.
De vuelta al documental sobre su vida, habla abiertamente de las drogas y de cómo eso también influyó en algunos miembros de su grupo. ¿No temió que en algún momento le censuraran?
Ya me han pasado todas las facturas posibles y la censura ya ha cortado muchas cosas que se dicen en entrevistas. Esto va en detrimento de todos los lectores y de las informaciones basadas en experiencias vividas porque si se comparten son realmente valiosas, va en detrimento del conocimiento de la experiencia negativa con las drogas. Si se visualiza por las nuevas generaciones van a decir: ‘Hostia, cuidado con esto’. También tengo que decir que a mí no me han sentado mal las drogas. Es más, en algunos momentos tienen aspectos positivos, esa es la verdad. Jamás he consumido heroína porque he visto lo que pasaba con ella. Tiene efectos muy negativos, ha provocado muertes en un montón de amigos, la ruina de montones de familias… ¿Por qué no decir la verdad? No toda la verdad del rock puede decirse, pero sí una gran parte, sobre todo todas estas verdades crueles y valiosas sí que deben de pasarse como una experiencia y como un aviso a navegantes.
¿Por qué sigue viviendo en Asturias?
Vivir en Asturias va en detrimento de la proyección de cualquier artista. Asturias es una zona aislada, es una mala madre porque te tratan mucho peor que en otro sitio, pero eso también te hace más fuerte. Me sienta bien el clima, supongo. No niego que estoy muy cómodo en Ecuador, en México, en Santiago de Chile, Madrid a donde voy mucha frecuencia. Estoy bien en todos los sitios y soy del sitio donde estoy, no me siento no integrado. En Asturias me encuentro bien. Probablemente sea irracional, pero en el sitio donde estoy ahora mismo estoy encantado. Es muy posible que te dijera lo mismo estando en México DF o en la Plaza de Armas de Santiago de Chile vaciando una botella de Cousiño Macul o Santa Carolina, vinos chilenos tan buenos como el Ribera o el Rioja.
¿Se atrevería a definirme a la clase política asturiana?
La clase política asturiana es muy corta de miras, pero es entendible porque tiene muy poco horizonte donde mirar. Asturias es un compartimento estanco muy pequeño y no existe horizonte, siempre te topas con las montañas. Reconozco que no los he investigado a fondo, sobre todo, por su escasa proyección a nivel nacional. Hay una cierta maldad en la FSA muy extendida. Todos sabemos lo que ha pasado con UGT: mafia. También me parece difícilmente justificable que los nacionalismos se hayan incrustado en la izquierda de manera tan perniciosa, ocurre en todas partes. ¿Dónde ha quedado La Internacional? La Vieja Revolución era infinitamente más integradora, generosa y fuerte; no estaba fragmentada por la cortedad de miras nacionalista. En cuanto a la derecha, me parece aún más criticable. Soy de los de palo a la mula blanca, palo a la mula negra. En fin, se han descubierto demasiados agujeros negros sobre todo en la derecha. No existe una sola figura de talla en la derecha con un discurso congruente desde hace muchísimo tiempo. Figuras tan esperpénticas como Cascos y previsibles por su anterior trayectoria hacen sorprendentes las extrañezas de estos señores de Foro a estas alturas del partido.
“La cooficialidad va a producir efectos perniciosos. Empezará no siendo obligatorio, pero terminarán mandando callar a quien no hable en su asturianu”
Uno de los temas estrella es la oficialidad del asturiano, máxime con todo lo que se ha conocido en la última semana. ¿A favor o en contra?
La oficialidad puede llevarnos a que una serie de señores que están esperando para posicionarse en puntos estratégicos lo hagan en perjuicio de mentes infinitamente más capaces y brillantes. Eso es una realidad, ha ocurrido en otros sitios y aquí va a suceder; estamos condenados a padecerlo tarde o temprano. Esto no me va a hacer muy popular. Hay una plataforma contra la oficialidad, pero no sé quién está detrás realmente de ella. Lo he visto con otras cosas, acaban siendo capitalizados por la extrema derecha y por eso tengo una total desconfianza. La cooficialidad va a producir efectos perniciosos. En vez de tener a los más capaces, vamos a tener a la gente mejor hable asturianu según decidan cuatro señores y ya veréis lo que va a pasar: empezará no siendo obligatorio, pero terminarán mandando callar a quien no hable en su asturianu. Se están gestando mecanismos de control y opresión y lo estamos pagando. Si decir que la ocultación de esos 200 millones de presupuesto para ‘el asturianu’ es una marranada, un crimen; mi vida es puramente criminal. Si me tengo que hacer enemigos, mejor tenerlos entre los marranos. Además, se me hace difícil no encontrar carencias en las que mejor invertir esta cantidad por mucho que considero que el verdadero asturiano merece conservarse. Será doloroso el inevitable día en que desaparezca cómo ha sido inevitable y doloroso asumir la muerte de nuestros padres.
El presidente de la Academia de la Llingua Asturiana defiende que hacerlo oficial es la forma de que la juventud se quede en Asturias.
Eso no es ni probable ni posible, simplemente es una evidente mentira. Este señor tiene un puesto muy bueno en la Academia de la Llingua y ha construido una especie de monstruo de Frankenstein pegando cosas de diversas procedencias con material de hilarante invención propia. Me parece que el asturiano que propone la Academia de la Llingua es un insulto a todos los asturianos. He vivido en muchos sitios de Asturias tiempo suficiente como para conocer un poco como se habla en todas las zonas desde los puertos pesqueros hasta las cuadras del ganado. Viví en Tineo dos años, en Luarca, aquí cerca de Grado, en Avilés, en Oviedo, en Gijón y todo ese potaje que pretende colarnos la Academia es mentira, puedo decir esto a cara descubierta. Si me tengo que hacer enemigos, tendré que tenerlos.
“Hay una cierta maldad en la FSA muy extendida. En cuanto a la derecha, no existe una sola figura de talla con un discurso congruente desde hace muchísimo tiempo”
¿El Principado es una comunidad dormida?
Sobre todo, es una comunidad aislada donde, a veces de rebote, entran directrices de Madrid o incluso de Europa. Asturias tiene una tradición de aislamiento, incluso dentro de la propia Asturias, tanto en la izquierda como en la derecha. En tiempos de Gabino de Lorenzo, que iba totalmente por libre, se intentaba llamarle la atención desde la dirección nacional del PP, pero funcionaba a su aire, de manera muy personalista, con dos cojones. Lo mismo pasa con todos los demás partidos. Además, ese aislacionismo es un atavismo que llevamos en la sangre. Ocurre en otras comunidades no tan cerradas, no sólo en Asturias. El problema es que Asturias es más pequeña y parece un compartimento mucho más estanco, es como una pecera muy pequeña donde las cosas se enrarecen con más facilidad.
¿Nunca se ha planteado entrar en política? Si no le gustan las cosas, igual es la mejor forma de cambiarlas.
No, ni hipotéticamente, aunque Ilegales tenemos una clara conciencia política. Eso que dicen de que el humano es un animal político, por supuesto. Los lobos también son un animal muy político donde hay unas jerarquías establecidas, una manera de funcionar, unas alianzas. Probablemente los humanos seamos el animal más político de la tierra e indefectiblemente estamos metidos en ello, inclusive los que no votan porque quien calla, otorga. Luego protestan por todo y suelen decir que todos los políticos son iguales. No son iguales; todos se merecen una crítica, pero hay unos más perniciosos que otros.
Una Gibson L7 de los 50 con pastilla McCarty
Qué pereza todos estos señores