“Los mismos que ahora critican esta supuesta crisis en la cultura local, el año pasado cuando teníamos siete propuestas minimizaron completamente la encuesta”
«No creo que todo lo que haga sea correcto o esté bien, pero las críticas tienen que tener un fundamento serio más allá del mero cliché en el que están instalados unos cuantos»
Miguel Barrero es el director de la Fundación Municipal de Cultura de Gijón y, en las últimas semanas, blanco de las críticas de la oposición. Ciudadanos, incluso, ha pedido su cabeza. El detonante ha sido el informe del Observatorio de Cultura, en cuyo ranking Oviedo ha adelantado a Gijón por primera vez en una década. La Cultura, en tiempos de pandemia, se convierte así en un arma arrojadiza o un campo de batalla de los partidos, mientras los teatros, los artistas, el cine o los museos, luchan por sobrevivir.
Barrero acepta el envite de la oposición y defiende, punto por punto, su labor. El ranking del Observatorio, el Jovellanos, la programación cultural municipal e, incluso, el futuro de Tabacalera.
¿Cuál es la valoración de la Fundación de Cultura el hecho de que, por primera vez en diez años, Oviedo adelanta a Gijón en el Observatorio de Cultura?
Esta encuesta tiene una validez relativa, empezando por su propia metodología. La Fundación Contemporánea envía una encuesta a mil personas que ella considera relevantes, porque están en instituciones públicas y privadas que juegan un cierto papel en el contexto cultural. Esa mil personas lo reciben y vota quien quiera. El procedimiento es una encuesta que tiene una parte estatal y otra parte en la que cada uno responde sobre su comunidad autónoma.
Este año respondieron a esta encuesta 358 personas. Fueron los votos que la propia Fundación Contemporánea reconoce. Si tu divides esa cantidad entre 17 autonomías, te salen unos 20 o 21 personas por autonomía, suponiendo que todas las autonomías envíen los mismos votos, que es mucho suponer porque, evidentemente, Madrid, Cataluña o Euskadi emiten más votos que Asturias. Ponte que en Asturias hayan votado entre 15 y 20 personas, siendo muy generosos. Además son personas que no sabemos quiénes son porque no hay un listado público que indique quiénes son en concreto. Y habrá gente de Oviedo, Gijón, Avilés…
Al final hablamos de un ranking que se elabora en función de la opinión de 15 o 20 personas. Opinión que, además, está condicionada por su propio interés. Esas personas, en parte, trabajarán en instituciones a las que votan, como es lógico. Nadie se deja de votar a sí mismo. No se trata de un panel elaborado por expertos independientes que hacen un chequeo global de toda España y vuelcan en una tabla. El resultado es el que es y sirve como muestra. Pero no tiene una validez que determine si valen o dejan de ser válidas las políticas culturales.
En segundo lugar, las propuestas afincadas en Gijón, son las que vienen estando siempre. Si se echa mano del histórico de los últimos años, salvo el año pasado que Gijón estuvo más representada porque entró Danza Gijón, están las que suelen estar con la excepción de Laboral Centro de Arte, que está en un proceso de redefinición, con lo cual es normal que no figure porque, desde mediados del año pasado, está sin director y está en proceso de elegir una nueva dirección.
De todas maneras, me sorprende lo mal que se está leyendo esa encuesta porque se habla de crisis de la política cultural municipal sin tener en cuenta una cosa: de las 11 propuestas que aparecen en ese listado sólo 5 se corresponden con programas municipales. De esos cinco, tres son de Gijón, uno de Avilés y uno de Oviedo.
Laboral Centro de Arte desaparece, ¿influye mucho que esté inmerso en ese proceso de selección de nueva dirección?
Evidentemente cuando un centro cultura se queda sin cabeza, se queda sin política también. Sin política de gestión, en este caso sin política expositiva y de actividad. En el momento en el que el Laboral tenga un director, que será en breve porque ya ha empezado el proceso de selección, retomará su actividad aplicando las líneas que la nueva dirección considere oportunas de cara a su actualización.
Llama la atención la caída en el ranking del Teatro Jovellanos, que pasa de un cuarto a un décimo lugar…
Es lo que comento. Al final es una encuesta que responde a opiniones subjetivas y arbitrarias de la gente. Fetén hace dos o tres años estaba la última del top 10. Y ahora está en la mitad de la tabla. Que haya un sube y baja no quiere decir que esté mejor o peor, quiere decir que ese año – por las razones que fueran- la han votado más gente. Es sorprendente que Fetén estuviera el año pasado en el ranking nacional la primera mitad y este año no esté. Puedo entender que, en el caso de Fetén, baje porque en el año 2021 fue un formato reducido respecto al 20 que fue un Feten normal porque tuvo lugar antes de la pandemia. Pero me cuesta entender que, de repente, desaparezca. Me cuesta entender que el FICX, que el año pasado retomó la presencialidad, después de hacerse on-line en 2020, no esté. Todo hay que pensarlo como he contado que se hace esa encuesta. Son opiniones de parte que, ni siquiera, son representativas del conjunto de la sociedad cultural asturiana.
Sin embargo, otros años se le ha dado, desde la Fundación de Cultura, mucho valor.
Siempre sale recogida en prensa, siempre se contempla el resultado. Porque al final es el único ranking que se publica con carácter general en toda España. Se da valor incluso a nivel de propuestas en el ámbito nacional porque Asturias tiene una cierta posición en ese contexto. Me parece bastante relevante que, por ejemplo, El Pozu Santa Bárbara de Mieres esté señalado como una iniciativa singular o que esté “Una Señora Fiesta” que puso en marcha Rodrigo Cuevas en Piloña.
Los mismos que ahora critican esta supuesta crisis en la cultura local, el año pasado cuando teníamos siete propuestas minimizaron completamente la encuesta. Los que no le dieron la más mínima importancia, ahora se la dan e, incluso, piden dimisiones. De todas formas no podemos dejar que nos ciegue el localismo porque si algo positivo hay en ese listado es comprobar que Asturias, al menos en su área central, dispone de una oferta cultural y unos programas culturales suficientemente amplios y variados como para que todo el conjunto de la ciudadanía se sienta interpelado.
La oposición pide su cabeza y la del concejal de Cultura, pero está siendo especialmente crítica con usted. ¿Cómo lo valora?
Lo valoro como una fijación porque no es la primera vez que me ocurre con la concejala de Ciudadanos. Yo no puedo interpretar las fijaciones de la gente. Yo lo que se es que, lo primero, si se trata de valorar la política cultural municipal, hay que tener en cuenta que hay tres programas culturales del Ayuntamiento de Gijón en el listado, por encima de otros ayuntamientos. Hay que tener en cuenta que el Museo de Bellas Artes de Asturias es un museo de Asturias, no de Oviedo aunque esté allí. Que la Fundación Princesa se coloca en el lugar que se coloca por su labor cultural que excede los límites geográficos de Oviedo y, en la Funcación Princesa está Gijón.
Creo que es fruto de una lectura apresurada de la encuesta, en primer lugar, y de un desconocimiento de cómo se realiza esa encuesta. Lo cual me sorprende porque la concejala de Ciudadanos se ocupa de Cultura, en teoría, por su bagaje como trabajadora precisamente en Laboral Centro de Arte que es un equipamiento que no sale en la lista. Si ella pide mi dimisión porque sólo sale Fetén, yo entiendo que yo podría pedir su despido porque no sale Laboral, pero no lo voy a hacer porque sería ridículo.
Externamente parece que se vive un ambiente, en el Ayuntamiento, de pelea en Cutura, ¿no?
Yo creo que pasa en todas las áreas, pero Cultura es una parte que no suele acaparar grandes polémicas salvo cuando pasan estas cosas. Se lanzan acusaciones y se tira de argumentario sin demasiado fundamento. Llevan algunos partidos hablando de sectarismo en Cultura cuando hemos hecho actividades de todo tipo para todos los públicos. En la Fundación hemos acogido, como siempre, el Belén navideño, hemos organizado misa de gaitas, desde Cultura se subvencionan conferencias manifestando posturas contrarias a las que defiende muchas veces el equipo de gobierno. Se hace un balance que parte del desconocimiento. Muy pocas veces he visto a concejales de la oposición en actividades culturales del Ayuntamiento. Muy pocas veces. En algunos casos, ninguna. No creo que todo lo que haga sea correcto o esté bien, pero las críticas tienen que tener un fundamento serio más allá del mero cliché en el que están instalados unos cuantos.
Otra de las acusaciones de la oposición es el infrauso de las instalaciones culturales de la ciudad, como son la red de museos, que tal vez se podrían potenciar mucho más. En esa línea: ¿tenéis previsto realizar alguna nueva línea de trabajo?
La red de museos, como pueden decir cualquiera de sus directores, no pararon de trabajar. Han tenido un bache de visitas y de usuarios en este último año por circunstancias que todos conocemos y que no han tenido nada que ver con la labor del ayuntamiento, sino con la situación sanitaria, que se ha ido recuperando. De hecho han salido los datos el otro día. Se han ido recuperando en la medida en que se recupera la normalidad en la sociedad. Y las actividades educativas acaban de volver, estuvimos casi dos años sin ellas. No porque no quisiéramos hacerlas sino porque no podíamos hacerlas. No han parado ni en la red de museos ni fuera. Hemos tenido el año pasado, como actividad principal, el aniversario del Jovellanos. Cuando acabe Feten comenzaremos a montar la exposición que conmemorará el aniversario de los museos arqueológicos, que se iba a hacer en 2020 y que se ha retrasado justamente para permitir que llegase al mayor número de gente en las mejores condiciones. Quiero decir, en ningún caso se ha interrumpido trabajo, se ha visto en algunos casos deslucido por una situación que escapaba a nuestro control. No hay infrautilización. Si alguien viene al CAI cualquier día lo verá siempre lleno de actividades. Pero no lo saben porque no vienen, es así.
Pero eso es habitual, cuando hay un gobierno de cierto signo, la oposición acude menos…
Yo no digo que tengan que venir. Creo que si cobran un sueldo por evaluar las políticas municipales, y se ocupan de la labor de cultura, lo menos que podrían hacer es pasarse a ver qué pasa. Voy a poner un ejemplo muy gráfico. En el consejo de Divertia venía una obra en la que se trataba una temática transexual: “Cris, la pequeña valiente”. Hubo partidos que pusieron el grito en el cielo porque el Jovellanos programaba una obra infantil sobre este tema. Esa misma obra había ganado Feten unos meses antes.
¿Se convierte la cultura en un arma arrojadiza?
Claro. En la comisión de presupuestos, la concejala de Ciudadanos me preguntó, toda extrañada, por un contrato que ella misma había aprobado en junta rectora. Se puede y se deben plantear cuestiones, pero siempre desde el conocimiento. Porque al final no puedes acusar a la Fundación de Cultura, ni a la concejalía, de inacción cuando vas a mirar el folleto de actividades y ves todo lo que hay. Es una acusación totalmente ficticia.
Parece que estamos superando la sexta ola, poco a poco. ¿Esperáis ya recuperar toda la normalidad en las actividades?
Llevamos tiempo con los aforos al cien por cien. Yo creo que desde noviembre o diciembre. Y estamos notando que la gente, progresivamente, va abandonando las reticencias que hubo. Te puedo poner un ejemplo. Hace unas semanas la red de bibliotecas organizó en el teatro Jovellanos una lectura de Elvira Lindo, con Antonio Galera al piano, y se llenó el teatro. Y había gente comentando que era la primera vez en dos años que bajaba al centro. Notamos que hay una afluencia progresivamente mayor, que hay un cierto desquite de la gente en sentido de liberarse del miedo, de relajar un poco las precauciones que podía tener, y que paulatinamente la gente va recuperando ciertos hábitos culturales que tenían.
Tabacalera es otro de los asuntos que siempre está sonando, ya desde la anterior etapa del PSOE y que no termina de verse realidad. ¿Ya se definiendo el proyecto final?
Sí, Tabacalera ha sido un proceso largo en primer lugar porque las cosas llevan su tiempo. En segundo lugar porque nos encontramos con una obra que se estaba haciendo sin plan de usos. Había que hacer un plan de usos para poder definir qué iba a haber en el espacio antes de acondicionarlo. Se han hecho ya todos los planes, tanto el de uso como el funcional, de restauración. Se están haciendo labores previas, absolutamente necesarias, como son los sondeos arqueológicos, con un estudio hidrogeológico para comprobar el comportamiento de las humedades y se está ultimando el pliego del contrato para sacarlo a licitación en marzo. Se va a dar un plazo de seis meses para que tengamos un proyecto y, a partir de ahí, se saca a licitación la obra para empezarla el año que viene.
«Posiblemente Tabacalera sea el edificio más importante de Gijón»
Es que Tabacalera parece el cuento de nunca acabar…
No recuerdo el año en el que se cerró la propiedad por parte del Ayuntamiento, pero fue con Paz Fernández Felgueroso. El primer mandato de Foro estuvo parada y ya en el segundo es cuando se empezó a hacer cosas, pero empezaron a hacer la obra sin definir lo que iba a haber dentro. La obra estaba parada cuando llegamos, la reanudamos hasta terminar lo que se podía terminar sin entrar en colisión con el posible uso. Es decir, el exterior y dejar el interior lo más diáfano posible. Y a partir de ahí es cuando hemos empezado todo el trabajo, con una pandemia de por medio, que obligó a retrasar mucho trámites administrativos que, de otra manera, habrían sido más rápidos.
¿Es una de nuestras joyas ocultas?
Hay hecho mucho más de lo que se ve desde fuera. Por eso vamos a poner en marcha esta primavera un programa de visitas por la planta baja que es la que tiene los restos arqueológicos y que la gente no conoce y que se debe conocer. Posiblemente Tabacalera sea el edificio más importante de Gijón. Porque es un edificio que, a través de tres momentos precisos – la romanización, el Barroco y la época industrial – sintetiza nuestra historia. Su historia cuenta la de la ciudad. Es asombroso. Yo creo que la mayor parte de la ciudadanía no se imagina lo que hay ahí dentro.