II PARTE DE LA ENTREVISTA CON NACHO MANZANO
“Pondría a cocinar conmigo a Adrián Barbón y a la viceconsejera de Turismo Graciela Blanco. Me gustaría ver cómo se desenvuelve”
“Los vascos son un ejemplo más de que tienen altura de miras a todos los niveles y uno del Sporting debe poder ir al Tartiere y compartir con la gente de Oviedo y viceversa”
“No suelo opinar de política porque tampoco la entiendo mucho, pero manifestarse sobre algo con lo que no estés de acuerdo es saludable y un ejercicio de valentía”
¿Se ha alejado la cocina del comensal?
No, para nada. Dentro de nuestro gremio hay diferentes formatos, pero no creo que nos hayamos alejado, al contrario. En estos últimos años ha habido una vuelta a los orígenes, no sólo en Asturias, también a nivel nacional que lo que hace es dotar de personalidad y de lo cercano.
Su paso por MasterChef. ¿Estos espacios ayudan a que la sociedad entienda que los fogones son para todos?
No cabe duda de que han ayudado y popularizado la profesión de cocinero, pero también es cierto que hay que verlo con cierta mesura porque pueden acercar y alejar, dar una imagen un poco frívola. Es un programa con muchísima audiencia y también genera situaciones que provocan esa aceptación por parte del público. En ocasiones igual puede desviar un poco la realidad de lo que es la cocina en un tanto por ciento. Ha creado un interés en muchas personas de la sociedad que antes no tenía, pero nunca hay modelos buenos al 100%. Veo una parte más criticable que entiendo que a veces está vinculado a las audiencias.
Quiero preguntarle por la política. ¿Le llama la atención que pueda sorprender que un cocinero opine sobre este asunto?
No tiene por qué. Un cocinero, como un ciudadano más, puede opinar de política igual que un carpintero o un mecánico. La vida es pura política y al final no entiendo que eso pueda llamar la atención por algo en concreto. No opino mucho de política porque tampoco la entiendo mucho, sinceramente. Cuando tú emites juicios públicos sobre un tema que no conoces, puedes quedar un poco retratado, ¿no? Intento ser comedido en ese sentido, pero no por nada en concreto. Sí tengo una opinión muy clara de algo y en un momento determinado me apetece hacerla pública por qué no hacerlo. Es saludable y un ejercicio de valentía que tú puedas manifestarte en determinados momentos sobre algo con lo que no estés de acuerdo.
¿A qué político asturiano pondría a cocinar a su lado?
Al presidente Adrián Barbón. Es un hombre también de pueblo y le gustará comer y a la viceconsejera de Turismo Graciela Blanco. Es una grandísima aficionada gastronomía, más allá del puesto que ocupa en este momento en la administración. Me consta porque he compartido bastantes conversaciones con ella y es muy, muy aficionada. Me gustaría cocinar un día con Graciela a ver cómo se desenvuelve.
“Programas como Masterchef han ayudado y popularizado la profesión de cocinero, pero a veces puede dar una imagen un poco frívola”
¿Es futbolero?
Más que futbolero, soy del Sporting (risas). Sí es verdad que sigo la Champions o el Mundial cuando se acercan las finales, pero soy de Sporting. Desde hace unos cuantos años también soy del Oviedo. Sé que va a parecer políticamente correcto y que lo digo para quedar bien con todo el mundo y no. En ese amor que siento por Asturias me he dado cuenta de que el localismo nos perjudica bastante. Tengo amigos del Oviedo con los que me paso muy bien, me echo unas risas y la típica piquilla. Ahora que estamos en prederbi, la relación que hay entre dos directivas me parece algo absolutamente feo y que no da un ejemplo para nada a la sociedad. Los vascos son un ejemplo más de que tienen esa altura de miras a todos los niveles y uno del Sporting debe poder ir al Tartiere y compartir con la gente de Oviedo y viceversa. Cada uno defiende su rollo porque el fútbol es pasión, pero soy un sportinguista inteligente y me encantaría un derbi en Primera División, lo añoro.
Me llamó la atención el bonito mensaje que colgó en redes sobre el ex futbolista del Sporting Sergio Álvarez.
Sí, porque tengo amistad con Sergio, hice su boda. Es un chaval impresionante como futbolista y como persona, un tío ejemplar. Sergio tiene una trayectoria muy buena. Lo hizo en el Sporting, un hombre de club y ahora en el Eibar. Es muy campechano y muy educado, un gran tipo.
Por Casa Marcial también han pasado figuras como Gaizka Mendieta o el seleccionador Luis Enrique. ¿Son algunos de sus fieles?
Gaizka es socio de mis restaurantes en Londres y hemos hecho una buena relación y Luis, muy cliente del restaurante de mi mujer El Molín de Mingo, es un tipo excepcional que va muy de frente y eso le causa algún problema. Me hizo especial ilusión porque para todos los sportinguistas y amantes del fútbol es una figura importante. También estuvo David (Villa). El futbolista está sometido a una presión importante hoy en día. Todo el mundo dice que ganan mucho dinero, pero llegar a triunfar en el mundo del fútbol en Primera es muy difícil y tienen una profesión con una presión psicológica importante. El fútbol genera pasiones, es el deporte rey y ellos están en primera línea de fuego, pero a veces los aficionados emitimos juicios un poco a la ligera en torno a su persona.
Precisamente el restaurante está en La Salgar, una aldea de 80 habitantes en el oriente asturiano. Eso sí que es sobrevivir en la España Vaciada. ¿Somos realmente conscientes del problema que supone la despoblación?
Se habla mucho de esto, pero luego no veo medidas nítidas. Es más, a veces, cuando hay proyectos en las aldeas que van a servir para fijar población deben ser tratados con más rapidez, con más asesoramiento por parte de la administración, con un tratamiento más delicado y con ese propósito de que vean la luz. Soy un poco crítico con todo esto. La administración tiene que hacer más por el bien de Asturias porque una de las grandezas de esta comunidad es el mundo rural y hay que conservarlo y preservarlo. Se preserva fomentando el empleo y se puede hacer más en ese sentido.
También ha publicado dos libros: ‘Casa’ por el 25 aniversario de Casa Marcial y ‘Casa Marcial: La cocina de Nacho Manzano’. ¿Habrá un tercero?
Si vemos en un momento determinado que tenemos algo bonito que contar y que debe ser digno de estar en un libro lo haríamos. En este momento no está en ciernes (risas).
Infinidad de reconocimientos, futbolero, escritor y también pregonero del Descenso del Sella en 2019. ¿Esto le puso más nervioso que cocinar para cualquier famoso?
No, pero me lo tomé con muchísima responsabilidad porque como soy parragués, sé lo que significa el Sella, lo viví desde crío y fui con mi padre el pregón era algo muy especial. Sí te puedo decir que de los pregoneros que abría en Sella sería el que más emoción me suscitó porque, como parragués que soy y lo viví desde pequeño en primera persona, sé lo que significa. Un poco nervioso sí estuve en la previa, pero cuando subí solo había que sacar fuerza para que saliese como salió. Me han felicitado los parragueses así que eso quiere decir que tuvo que salir bien (risas).