
Ángel de la Calle, director de contenidos de la Semana Negra
«Tenemos una cola de autores que daría para otro festival»
«Le regalas a una chica ‘Veinte poemas de amor y una canción desesperada’ en digital y te digo yo que no le gusta«
«Es muy difícil promocionar la lectura en una oscura aula universitaria»
Gijón es Semana Negra, y viceversa. Generaciones de playos se han criado con el misterio, el arte y, por qué no decirlo, la jarana de un evento que no hay pandemia que cancele. Por segundo año, el festival presume de capacidad de adaptación, encarnada en Ángel de la Calle, su director de contenidos, un hombre que sabe sintetizar pasado, presente, y futuro del libro como pocos. Mientras trabajaba en los preparativos del cartel de la XXXIV edición (Puerto Deportivo, 9 al 18 JUL), tuvo la amabilidad de hacer un hueco a miGijón, dentro de una agenda que va irremediablemente in crescendo.
-Este verano, los gijoneses disfrutaremos de la Semana Negra en la calle, en concreto en el Puerto Deportivo. Parece que las aguas están más en calma que el año pasado.
Recuerdo marzo de 2020, un contexto horrible, de gran escepticismo. El año pasado nos conjuramos y el día 17 hablamos con editoriales, autores y demás para consensuar que sí, que habría Semana Negra como fuese, de forma híbrida, telemática, pero sobre todo segura… Y la hubo.
-Ante semejante panorama, ¿cómo califica la labor que tuvo la Fundación Municipal de Cultura y de su director, Miguel Barrero?
Miguel fue un apoyo clave. La Fundación se volcó y nos permitieron hacer uso del Antiguo Instituto. Abrimos el registro online de asistentes a las 9 y a las 10 se había agotado. Hubo una gran sinergia entre empresas editoras, escritores, administración y asistentes.

-Usted define a Miguel Barrero como un gran ‘semanero’.
Descubrió su vocación en la Semana Negra, dijo: “Yo quiero ser escritor de mayor”. Y lo ha conseguido, es un escritor fantástico, con una capacidad sobresaliente. Eso sí, tienes que sentarlo para que escriba (risas). Cuando estaba en la revista del festival (A Quemarropa), solía dar paseos y estar en cafés de tertulia durante el día, pero luego se ponía a las 12 de la noche y escribía todo de corrido hasta las 6 de la mañana. Es muy trabajador y sobre todo, directo, algo que se agradece cuando tienes que tratar con la administración.
-También dice que “los mejores embajadores de Gijón” son los escritores.
Se me vienen a la mente figuras como la de Leonardo Pardura, que lleva el nombre de la ciudad por todo el mundo. Ahora mismo tengo entre las manos ‘Lo que te persigue’, de Óscar Montoya, que empieza así: “Acabas de regresar de la Semana Negra de Gijón y tu madre te llama”. Los escritores tienen un gran poder de atracción, son cara del turismo cultural, que atrae a visitantes y a mucha gente que acaba viviendo aquí.
«La cultura es fiesta en primer lugar, y diversión que nos lleva a reflexionar«
-Qué pena que en esta edición tampoco tengamos tren negro.
Por las restricciones, no tiene sentido hacerlo este año. Tampoco vamos a imprimir ‘A Quemarropa’, se quedará como diario digital. En general, la Semana Negra de este año, algunos se acordarán, se parecerá mucho a la que se hizo en su tercera edición (1990).
-Un tema controvertido: ¿los chigres y las copas desvirtúan el concepto artístico del festival?
El objetivo final es la promoción de la lectura. Es muy difícil hacerlo en una oscura aula universitaria. Pero si tú a un autor lo juntas con nombres conocidos, en un entorno con un montón de gente que puede comprar churros y pasar el rato, la cosa cambia. Desde el inicio del festival, se nos ocurrió que fuera un ‘todo’, con ambiente, música… La idea funcionó.

-Llegar al lector a través del placer.
La cultura es fiesta en primer lugar, y diversión que nos lleva a reflexionar. Cada uno tiene sus gustos a la hora de divertirse. Yo igual me divierto con José Gaos, y otros con Corín Tellado, pero todo suma. La lectura se basa en el principio del placer, y luego trasciende a algo más.
-Una novedad: vuelven las actividades para niños.
Habrá una mesa redonda sobre literatura infantil con varios autores y vamos a recuperar los cuentacuentos.
-Parece haber un boom de la literatura juvenil.
La parte de los lectores jóvenes siempre la hemos cuidado mucho, lo que ahora se conoce como género de “jóvenes adultos”, aunque la clasificación se vuelve complicada. Está de moda y sobre todo hay muchas escritoras buenísimas. En el premio de ciencia ficción son todo finalistas, con un nivel de españolas e iberoamericanas muy alto.
-Creo que la convocatoria de autores es multitudinaria, que todo el mundo quiere estar en la Semana Negra.
Tenemos una cola que daría para otro festival. No hay ferias pero las editoriales siguen con la misma política de lanzamientos, con un gran empuje. Es una pena que no podamos pasar de 200 participantes.
-No puede haber mejor motivación que ver tanta obra nueva.
El año pasado fue de resistencia, pero este es de combatir. Saldremos a ganar la calle para los libros. ¡A la calle!, que ya es hora, como dijo Gabriel Celaya.
-¿Qué lecciones han aprendido de la Semana Negra ‘híbrida’ de 2020?
Queremos alejarnos de falsos directos y entradas de videollamada. Quien no pueda venir en presencial, no va a entrar. El año pasado detectamos que las grabaciones en directo de las mesas tenían más visualizaciones que las que eran en falso directo con videollamadas. Lo más interesante está en las mesas redondas, con la gente presente. Tengo hastío de las pantallas.

«El libro te mira a veces y te pregunta: ¿Qué pasa?«
-Sin embargo, parece que el futuro de las artes pasa por las pantallas.
Hace 12 años, en la feria del libro de Frankfurt dijeron que en 10 años no habría papel. Hace 2 años dijeron que se habían equivocado, que el papel funciona. Para la narrativa, la parte física es importante. Le regalas a una chica ‘Veinte poemas de amor y una canción desesperada’ en digital y te digo yo que no le gusta.
-Lo curioso es que plataformas digitales como Amazon venden muchos libros físicos.
Eso es, Amazon vende ibooks pero su negocio es vender libros de verdad. Me cansa este pensamiento único, ¿por qué un medio tiene que acabar con otro?
-Ley natural: adaptarse o morir.
Prefiero pensar que, cuando un medio es superado por otro, o se convierte en arte o muere. Pasó con el grabado cuando llegó la fotografía, que acabó en exposiciones y galerías. Es lo que estamos viendo ahora con el libro. Los libros de los años 70 o 80 se conservan fatal, pero ahora cada vez se hacen mejores ediciones, muy cuidadas, da gusto verlas y comprarlas.
-El libro siempre tendrá un componente sentimental.
El libro te mira a veces y te pregunta: ¿Qué pasa?. Si te caes en la selva y llevas una tablet, en 6 horas no tienes nada, pero si tienes un libro… El año pasado se vendió un 5% más de libros, con las librerías cerradas, la gente salió a comprar por militancia.
-Lo que no quita para que sea usted pragmático.
Tengo libro electrónico y jamás me compraría una enciclopedia sobre nada, ahora no tendría sentido.
-El cómic también siempre ha sido un fetiche ‘semanero’.
El cómic es el mejor lenguaje, porque las palabras se dibujan, los dibujos se escriben y el trazo del dibujante habla.
-Si nos ponemos poéticos, ¿qué tiene la palabra escrita que la hace única?
Tiene telepatía. Lo que Cervantes pensó hace 5 siglos lo podemos saber tú y yo ahora.
Por Agustín Palacio