«Tuve una crisis existencial, incluso pensé que no servía para esto»
«Mi personaje en ¡Ay Carmela! definitivamente es un “cagón” que se tira pedos en el escenario, pero de puro miedo ¡eh!»
Hace ya una semana que el actor Carlos Mesa tienen en su poder una de las flamantes estatuillas entregadas durante la gala de los Premios Oh! de las Artes Escénicas de Asturias, la de mejor actor por su personaje de Paulino en ¡Ay Carmela!
Pizpireto, divertido, inquieto y extremadamente sensible, Mesa responde a las preguntas con el mismo entusiasmo que prepara un personaje, regalándonos un poco más de él.
Cuantos años tropezando con usted…
Pues sí muchos, casi los mismos que hace que empecé con esta profesión.
¿Y eso cuándo fue?
Comencé esta locura con Javier Villanueva y en el año 2003, ya con Teatro Margen, debuté en el Teatro Campoamor con “Anfitrión”.
Y hasta ahora.
A partir de ahí estuve en diferentes compañías.
¿Cuáles?
Teatro del Norte, Escenapache, Saltantes Teatro…
¿En todas para papeles de teatro?
Y zarzuela. Mi primer personaje en ese género fue de hindú, en la obra “Maharajá” de Maxi Rodríguez y con música de Guillermo Martínez, estrenada en el 2017 en el Teatro Campoamor.
Incluso me cuentan que se atrevió a representar al personaje de Franco…
Nunca mejor dicho (lo de personaje)
(Risas) ¡Ya!, y que fue en “El Rector” de Pedro De Silva.
Eso es.
¿Nunca paró hasta ahora?
Sí durante un par de años. Tuve una crisis existencial, incluso pensé que no servía para esto.
No me diga…
Fue después de estar en TPA. No sé…me fui a Madrid buscando no sé el qué. Me presenté a un casting y me cogieron a la primera para hacer la campaña nacional del anuncio de Navidad de Movistar. Eso me dio subidón otra vez.
Y volvió.
No, qué va, quería más aventura, así que me fui a Londres. Estuve cinco días y entonces sí, volví.
¿Después?
Empecé a trabajar con todas esas compañías que le he dicho al principio.
Y mientras tanto y no, un día me encuentro frente al Jovellanos con un cochecito…
(Se ríe) Con el amor de mi vida, Carolina mi hija, y con su madre Carmela.
¿Cuénteme de Carmela?
Carmela Romero, mi mujer, es actriz, productora y distribuidora y ganó en esta edición de Premios ¡Oh! el galardón a mejor producción y espectáculo con ¡Ay Carmela!
¿Cómo la conoció?
Pues cruzando los pasillos de La Laboral. Ella ensayando una obra y yo otra.
¿Flechazo?
Todo lo indicaba, pero tuvieron que pasar dos años…
¡Dos años!
Sí, pero sucedió. Ahora es mi compañera de vida, de escena y la madre de mi hija.
¡Todo este camino…! ¿Se arrepiente?
¿De haberme casado?
¡No hombre! De haber decidido ser actor.
No me arrepiento de ninguno de los dos. En cuanto al trabajo, los que nos dedicamos a esto es por pura vocación. No se olvide de que es en el único trabajo en el que al final te aplauden.
Hablemos del premio ¡Oh! a mejor actor por ¡Ay Carmela!
Este es el segundo que me conceden a mejor interpretación masculina. El otro fue por el personaje de zangolotino Carlitos en “Viaje a ninguna parte” con Teatro Margen. Hicimos gira por Bruselas, Portugal, toda la geografía española e incluso viajamos a Cuba. Ahora este otro por Paulino en ¡Ay Carmela!
Este último personaje ¿tiene algo de usted?
Es prudente, temeroso de la realidad y nervioso. Es definitivamente un “cagón” que se tira pedos en el escenario, pero de puro miedo ¡eh!
¿Qué proyectos tiene?
Lo más próximo es una zarzuela en Oviedo “El Manojo de rosas”. Estoy preparando también un espectáculo unipersonal que me dirigirá Aitor Basauri en colaboración con Maxi Rodríguez. Todavía está con “pinces”…
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