La alcaldesa apremia a la institución a alcanzar con el Ayuntamiento un acuerdo que desbloquee los terrenos de Naval Gijón para completar la regeneración de la fachada marítima del Natahoyo
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Años de espera, decenas de anuncios y un futuro temporal incierto han llevado a que, por lo que respecta a la utilización de los terrenos de la antigua Naval Gijón para completar la regeneración de la fachada marítima del Natahoyo, la paciencia del gobierno municipal se haya agotado. Así lo ha señalado esta misma mañana la alcaldesa, Carmen Moriyón, quien ha aprovechado su presencia en un desayuno informativo organizado por el diario El Comercio para exigir a la Autoridad Portuaria «deferencia» en relación a dichos terrenos, aviniéndose, de una vez por todas, a alcanzar un acuerdo definitivo con el Consistorio gijonés que desbloquee la actual situación.
«Es hora de que el puerto dé señales de que también quiere a Gijón», ha recalcado Moriyón, «desde el respeto», aunque condicionada por el anuncio de que la Autoridad Portuaria tiene intención de sacar a subasta por tercera vez su parte de los terrenos. Así las cosas, la regidora ha recalcado que la instalación portuaria, sin renegar de sus virtudes para con la ciudad, también entraña «impactos negativos», como los efectos sobre la salud de los vecinos de la zona oeste. Y eso, claero, sin obviar la obsolescencia que ella y los suyos achacan a dichas parcelas, tras años in ser utilizada spara la construcción y mantenimiento de embarcaciones. «No hay proyecto de ciudad más legítimo que este», ha reivindicado la alcaldesa, quien ha recalcado que emana de un acuerdo amplio, que es el que se refleja en el Plan General de Ordenación (PGO), y que se recoge en una ficha urbanística que ordena esos terrenos.
Con todo, Moriyón no ha negado que, en los últimos cuatro años, el desarrollo de ese lugar ha sufrido «amenazas» en los tribunales, en forma del recurso que presentó la sociedad Pequeños y Medianos Astilleros en Reconversión (PYMAR), si bien esa incertidumbre «ha quedado despejada». Más aún, sobre el PGO de esta zona la alcandesa ha puesto el foco en que fue el plan de toda una Corporación, no solo de Foro y del edil entonces encargado, Fernando Couto. «No es un capricho», ha concluido, reiterando la legitimidad de un proyecto que, una vez en curso, debería desarrollarse por medio de polaboración público privada, incluyendo la reparación del actual carril bici.
Por otra parte, si bien no se ha atrevido a dar plazos, ha adelantado que tiene agendada una reunión con la Autoridad Portuaria «de cortesía» para finales de mes y está en contacto con PYMAR, otro de los propietario de parte de los terrenos. Sobre la mesa se pondrá la ficha urbanística, en la que «ya está todo ordenado», dejando a un lado la alternativa planteada por la anterior corporación socialista. Y es que, a juicio de la regidora, el de Naval Gijón será un proyecto tractor, con una combinación de usos que van desde lo residencial, a lo tecnológico, lo deportivo o lo turístico, en un espacio capaz de hilar la trama urbana.
Germen de la ciudad del futuro
Las reflexiones de Moriyón no se han limitado a tales cuestiones. La alcaldesa gijonesa se ha mostrado convencida que desde Naval Gijón va a comenzar la ciudad del futuro y que es el germen que permita hacer la transformación global del municipio. «Ese Gijón del futuro nacerá en Naval Gijón», ha sentenciado, antes de asegurar que ya hay un empresario interesado, como es el Bioparc Acuario de Gijón, que ve ese lugar propicio para su ampliación. Este proyecto incluiría un centro de recuperación marina, que sería reclamo turístico y económico, según ella.
Por todo ello, ha reiterado que esperan la «deferencia» de la Autoridad Portuaria a la hora de decidir sobre los 40.000 metros cuadrados restantes de su propiedad, para un proyecto que augura como catalizador de actividad económica que «salpique» al resto de la ciudad y la región. Desde su punto de vista, Gijón tiene la oportunidad, «quizás la última», de reengancharse al futuro. «Es modernizarse o morir», ha advertido. Y es que la alcaldesa ha visto en este desarrollo la oportunidad de contrarrestar lo hecho por el Gobierno local; una «estrategia descompensada, atomizada», que redujo los avances a «anécdotas cortoplacistas». Esta ha recalcado que lo que se vendió como desarrollo, por parte del Gobierno anterior, produjo un «profundo desgaste» en la ciudad.
Moriyón ha remarcado que Gijón tiene «potencial», a lo que ha puesto de ejemplo lo hecho por ciudades como Bilbao o Santander. Ha incidido, en este sentido, en que Gijón no puede ser un conjunto de iniciativas, «la iniciativa debe ser Gijón». Para ella, se debe «atender al proceso y no solo el resultado». A su juicio, estas dos ciudades son referencia porque supieron entender «los matices de nuestro tiempo», ha indicado, a lo que ha añadido que protegieron su historia, «sin hipotecar su futuro».