Una vez se complete la intervención, presupuestada en 351.800 euros, los coches pasarán a aparcar en batería, al tiempo que se compensará la pérdida de diecinueve plazas de aparcamiento en una zona próxima
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Todas las hipótesis, teorías y dudas en torno al futuro carril-bici de Poniente han quedado disipadas esta mañana. El concejal de Tráfico, Movilidad y Transporte Público de Gijón, Pelayo Barcia, ha anunciado que dicho equipamiento pasará a ser segregado, en lugar de estar pintado en el suelo como hasta ahora sucedía. Una intervención que requerirá un desembolso de no menos de 351.800 euros, que realizará la empresa Alvargonzález Contratas, y que podría estar ejecutada en cuatro meses; los trabajos empezarán la última semana de agosto para que no coincidan con el periodo estival, con el 31 de diciembre como fecha límite, al estar integrado en el proyecto de Zona de Bajas Emisiones, dotado de fondos europeos.
Barcia, quien ha estado acompañado por el edil de Infraestructuras Urbanas y Rurales, Gilberto Villoria, ha explicado que se la opción de mantenerlo pintado generaba muchos problemas entre ciclistas y peatones. No en vano, se habían presentado bastantes reclamaciones patrimoniales por culpa de dicho conflicto. Por ello, la solución que se va a dar es quitar diecinueve plazas de aparcamiento en batería, y poner el resto del estacionamiento en cordón, para así poder ensanchar la zona y hacer el carril-bici segregado, a semejanza del que existe en el muro de San Lorenzo. Para compensar esa supresión de estacionamientos de buscarán alternativas, como el aparcamiento proyectado junto al Museo del Ferrocarril, actualmente en fase de redacción y en el que en su día se hablaba de habilitar unas sesenta plazas, aunque habría capacidad para un centenar.
El concejal forista ha aprovechado el anuncio para contraponer lo hecho por otros Gobiernos, que según él «perdieron el tiempo en concursos de ideas y otras acciones», al actual Ejecutivo municipal, que «pone solución al problema». A mayores, Barcia ha destacado que ha habido consenso con entidades de colectivos afectados, como COCEMFE, Gijón Bici u OTEA, al tiempo que ha resaltado que con este modelo se demuestra que hay «espacio para todos». Por su parte, Villoria ha centrado su discurso en explicar que, al pasar los vehículos a aparcar en cordón, se gana un espacio que permite el que tanto ciclistas como peatones puedan ir por la zona baja, subsanando así uno de los puntos más críticos de la polémica. En paralelo, se resolverá la cuestión de la accesibilidad para personas con movilidad reducida.
El resultado, ha complementado Villoria, será un carril-bici que en su mayor parte discurrirá a cota de suelo. Será de aglomerado pintado en rojo, para ser evidente la diferenciación, además de contar con elementos físicos de separación. En cuanto a las plazas de movilidad reducida, éstas se mantienen, a lo que ha recalcado que está consensuada la solución con COCEMFE. Finalmente, ha añadido que, coincidiendo con la salida del parking de Fomento, será la única vez en el trazado en que se irá por el interior. Así, el carril-bici enlazará con el de Mariano Pola, en dirección a La Calzada.
Esperemos que aprovechen la actuacion para arreglar el carril bici de Mariano Pola que era esta en un estado lamentable, incluso peligroso.