Varios residentes de los pisos en cuestión, no representados por la Asociación Vecinal, aunque sí apoyados por el PSOE, alertan de las «deficiencias» detectadas en los trabajos, y acusan al Ayuntamiento de «pasar de nosotros olímpicamente»
Portuarios no está contento con las obras de recuperación del barrio degradado. Nada contento. De hecho, la palabra que desde hace días llena las bocas de los habitantes de los doce portales afectados en «chapuza». La misma que, esta mañana, ha sido proferida por representantes de dicho colectivo durante la rueda de prensa concedida en el Ayuntamiento de la ciudad, organizada tras haber logrado el apoyo para su causa del Grupo Municipal del PSOE, materializado en el concejal Constantino Vaquero. La cita ha servido no solo para visibilizar el descontento de los lugareños con las «deficiencias» detectadas al término de los trabajos; también para alzar la, voz contra la conducta del Gobierno gijonés, al que acusan de estar desatendiendo deliberadamente las necesidades de los vecinos.
«Jamás he visto una chapuza tan gran como la que está consintiendo esta Corporación», ha sentenciado, tajante, José Luis Tasende, veterano del andamio con domicilio en Portuarios, y portavoz de un grupo al que, sin embargo, no puede dar voz la Asociación Vecinal en pleno, siendo como es un problema muy localizado en un punto concreto del lugar. Basándose en su propia experiencia en el sector de la construcción, Tasende cuestiona seriamente la viabilidad del SATE (siglas de ‘Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior’), una de las soluciones más empleadas en la recuperación de fachadas, y que es la que se está aplicando en el barrio. Y es que, advierte, si bien el SATE es «un buen material», en el caso de Portuarios está «muy mal colocado», toda vez que su instalación depende del emplazamiento de paneles mediante mortero adhesivo. Por si fuese poco, los ascensores son «de mala calidad», con puntos de soldadura frágiles; las aceras han sido elevadas casi un metro, y el alcantarillado no cumple con los mínimos aceptables.
Si a todo ello sumamos que las obras comenzaron en 2023 con la previsión de que durasen un año, pero que Tasende y los suyos dudan que se puedan finalizar «en 2025», es comprensible el enfado generalizado de los ocupantes de esos doce portales. Y la conducta que achacan al Gobierno local no está ayudando… «Han pasado de nosotros olímpicamente», opina, en referencia a la falta de respuesta a sus quejas. Un malestar que no aplaca el que, el año pasado, al presentar la Declaración de la Renta incluyendo el dato de la subvención municipal que les remitió el Ayuntamiento, el Consistorio envió una corrección posterior, al detectarse que en esa cifra se había incluido la parte de los fondos europeos. De nada sirvió intentar subsanar el error en hacienda, pero a fecha de hoy, afirma Tasende, «aún no me han devuelto el dinero, y llega otra vez la Declaración de la Renta», algo indignante toda vez que «la alcaldesa (Carmen Moriyón) es la promotora de este tipo de ayudas». Y zanja teorizando conque «o el equipo que tiene alrededor la está engañando, o lo está consintiendo. Es vergonzoso».
El testigo de Tasende ha sido recogido por Vaquero, quien ha tildado el escenario de «calamitoso». Y es que, tal como ha recordado el edil socialista, el proyecto lleva, efectivamente, un año de retraso, con un coste que ya asciende a 3,7 millones de euros de dinero público, a razón de una parte procedente de las arcas municipales, y otra, de fondos europeos. «Es difícil que la obra termine en plazo y bien», ha aventurado Vaquero, profundamente crítico con la ausencia de control público sobre el desarrollo de los trabajos. Ni qué decir tiene que también se ha pronunciado sobre las presuntas deficiencias, una prueba extra de la falta de control técnico, por no hablar de la responsabilidad del arquitecto. Por este motivo, Vaquero cree que el Ayuntamiento «debe tomar cartas sobre el asunto y enviar a sus técnicos para hacer un informe de evaluación, comprobar deficiencias y planear el cronograma de subsanación», algo que se pondrá encima del tapete en el Pleno de mañana miércoles.
