La institución gijonesa y la Fundación que administra el equipamiento museístico firman un convenio de colaboración concebido para poner en valor dicha expresión, reconocida en 2024 por la UNESCO Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

Ya se vaticinó antes, incluso, de aquella tarde para el recuerdo que fue la del 4 de diciembre de 2024: si, finalmente, la cultura sidrera asturiana era encumbrada a la categoría de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), aquello supondría un impulso tremendo para la misma. A día de hoy, pocos ignoran aún que aquel reconocimiento se logró, como también que, paso a paso, el augurio precedente se está cumpliendo. Y una de sus más recientes demostraciones se producía este jueves, en Gijón y a primera hora de la tarde, justo en el instante en que representantes del Real Grupo de Cultura Covadonga (RGCC) y de la Fundación Museo de la Sidra firmaban un convenio de colaboración para reforzar la difusión y puesta en valor de ese mismo potencial cultural sidrero. Un acuerdo definido como «histórico» por quienes participan en él, y que sienta las bases para una alianza entre deporte, cultura y tradición.
¿Cómo se materializará ese pacto entre ambas entidades? Bien, de entrada el Grupo albergará en sus instalaciones múltiples actividades de visibilización del mundo de la sidra dirigidas a sus socios, tales como charlas, conferencias, cursos, jornadas formativas e iniciativas prácticas, todas ellas coordinadas con el Museo de la Sidra. Y, quizá, el ejemplo más relevante de esa amplia batería de propuestas sea el programa ‘Mayando se entiende la xente’, que permitirá a niños con edades a partir de tres años conocer empíricamente el proceso tradicional del mayado de la manzana. Para ello, se construirán llagares en miniatura, gracias a los cuales será posible triturar y colar la manzana, y degustar la sidra resultante… Sin alcohol, por supuesto. A mayores, todos los grupistas podrán beneficiarse de descuentos a la hora de acceder al Museo, al igual que en la inscripción en los talleres que sus dependencias ofrecen periódicamente, y en la tienda de recuerdos anexa. Estos últimos estarán disponibles desde el 1 de octubre, en la web del Museo y en la aplicación móvil que permite obtener el llamado Pasaporte Sidrero.
De todo ello da cuenta un documento que, desde ayer, luce las rúbricas de Juan Cañal, presidente de la Fundación Museo de la Sidra y, a la sazón, alcalde de Nava; de Juan Stové, director del Museo, y de Ana Echenique, vocal de la Junta Directiva y presidenta de la Comisión de Comunicación del Grupo. Todos ellos enfatizaron el potencial de un convenio que «estrecha lazos entre dos instituciones que comparten la vocación de preservar, transmitir y engrandecer la cultura asturiana«, y cuyos resultados se harán patentes «acercando aún más la riqueza de esa cultura a los socios y, especialmente, a las nuevas generaciones«.