Interior reforzará las medidas de seguridad sobre instalaciones, espacios y servicios críticos aunque, por el momento, en Asturias se mantendrán las dinámicas conocidas
Toda Europa vive estos días una espiral de psicosis, desconcierto y temor tras los ataques terroristas que, con el conflicto entre Israel y Hamás de fondo, han hecho temblar Francia y Bélgica esta semana. Mientras varios países implementan refuerzos para sus mecanismos de seguridad, o estudian medidas en esa línea, el Ministerio del Interior español ha tomado la decisión de mantener el nivel de alarma antiterrorista (NAA) en el grado cuatro, o ‘alto’, el mismo que se lleva vigente ininterrumpidamente desde hace ocho años, sin elevarlo al cinco, el máximo existente. No obstante, el Gobierno de la nación sí establecerá medidas de seguridad extra en aquellas instalaciones, espacios y servicios considerados especialmente críticos, como centros de transporte o tendentes a las grandes aglomeraciones, si bien, en el caso concreto de Asturias, los efectos de ese refuerzo apenas serán perceptibles.
España se situó en el nivel cuatro de alerta el 26 de junio de 2015, en respuesta a la oleada de atentados que asoló Francia, Túnez, Kuwait y Somalia. Previamente, y desde el establecimiento de esa catalogación en marzo de 2005, la designación osciló entre los niveles uno y dos, con alzas hasta el tres en momentos puntuales, como las elecciones del 9 de marzo de 2008, o la proclamación del rey Felipe VI junio de 2014. Así, para los ciudadanos se ha hecho frecuente la presencia policial, especialmente llamativa en el caso de los agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP), coloquialmente conocidos como antidisturbios, y de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), integrada por uniformados de Seguridad Ciudadana especialmente habilitados para respuestas rápidas ante eventos de mayor gravedad de la ordinaria. Toda la información sobre el NAA puede consultarse aquí.