Con motivo del Día Internacional de la Madre Tierra, los centros de Gijón, Valencia y Fuengirola se unen a la llamada global bajo el lema ‘Our Power. Our Planet’, una invitación a reconocer el valor transformador de cada persona para proteger el planeta
Puede que haya quedado parcialmente eclipsada por el torbellino que ha desatado el fallecimiento del Papa Francisco, pero este 22 de abril mantiene su orgullosa y necesaria condición de Día Internacional de la Madre Tierra. Por ello, en un momento decisivo para el futuro de la biodiversidad, los tres centros adscritos a la cadena BIOPARC reafirman su papel como espacios de ocio ‘con causa’, un nuevo concepto de parques que tienen como objetivo principal la conservación, la educación y el bienestar animal para ofrecer una experiencia de esparcimiento comprometido con la protección del medio ambiente. En ese sentido, no solo son referente de visita ‘obligada’ en Fuengirola, Valencia y Gijón, sino que, además, se erigen en plataformas activas en la defensa del planeta.
En el norte, el BIOPARC Acuario de Gijón invita a mirar de frente a la naturaleza marina con la exposición ‘Veneno: Naturaleza Letal’. A través de una selección de especies venenosas, esta muestra desmonta mitos y revela el papel crucial de estos animales en el equilibrio de los ecosistemas. Con un enfoque divulgativo y educativo, la exposición demuestra que la aparente letalidad de la naturaleza es en realidad una estrategia de supervivencia que merece ser comprendida y respetada. Más aún, el compromiso del Acuario con la conservación marina se hace tangible en el trabajo del CRAMA (Centro de Recuperación de Animales Marinos de Asturias), dedicado a la recuperación de tortugas y focas varadas. Una labor, muchas veces, silenciosa pero imprescindible para proteger la biodiversidad marina del Cantábrico.
Por su parte, en BIOPARC Valencia la vida se abre paso con fuerza. Las crías de elefante, Malik de un año recién cumplido y su hermana Makena de dos años, y chimpancé, Cala de un año, su ‘hermano’ Djibril o la cría recién nacida, son una promesa de futuro y un símbolo de esperanza para estas especies en grave peligro de extinción. Al mismo tiempo, reflejan el éxito de los rigurosos programas europeos de conservación en los que participa activamente el parque. Con más de 6.000 animales de 150 especies, BIOPARC Valencia, en el centro de la ciudad, invita a descubrir la majestuosidad de los ecosistemas africanos a través de hábitats como la sabana, la selva ecuatorial, los grandes humedales en la mítica cueva de Kitum o la exótica isla de Madagascar. Sus recintos multiespecie permiten observar interacciones únicas entre los animales lo que permite contemplar un “documental en directo”. Además, ofrece la oportunidad de conocer especies tan emblemáticas como leones, gorilas o jirafas, junto a otras como el bongo oriental, la fosa o el oricteropo.
Finalmente, en BIOPARC Fuengirola, la biodiversidad de América Central y del Sur protagoniza una nueva zona expositiva inspirada en la expedición de Magallanes y Elcano. Entre arrecifes de coral, ríos, cenotes y un templo maya a escala real o un espectacular aviario, habitan especies como nutrias gigantes o el tapir malayo. Precisamente esta especie ha sido protagonista de un acontecimiento histórico para la conservación: el nacimiento de la primera cría en España. Esta pequeña hembra, esperanza para el futuro de la especie, ya explora la zona exterior junto a su madre. El resto del parque continúa el viaje por las selvas tropicales del planeta: desde Madagascar y el África ecuatorial hasta el Sudeste Asiático y el Indopacífico. En conjunto, BIOPARC Fuengirola se consolida como centro de referencia internacional en la protección de especies tropicales amenazadas, como el gorila occidental, el orangután de Borneo, el tigre de Sumatra o el dragón de Komodo.
Además, la otra parte fundamental del trabajo en la conservación de especies amenazadas se realiza a través de los proyectos ex situ e in situ apoyados por la Fundación BIOPARC que demuestran cómo la colaboración entre sociedad, ciencia e instituciones es clave para proteger la biodiversidad. Por todo ello, los BIOPARC representan una nueva forma de disfrutar del tiempo libre: un ocio ‘con causa’, comprometido, donde la experiencia lúdica va de la mano de la concienciación. Conectar con los animales, aprender sobre sus hábitats y comprender las amenazas a las que se enfrentan permite generar un vínculo emocional y, a la vez, movilizador. Y en este 22 de abril, los BIOPARC refuerzan su mensaje: no hay acción pequeña cuando se trata de proteger la vida. Cada visita, cada gesto, cada decisión consciente es una forma de ejercer ese poder. Porque el poder para cambiar el mundo está en nuestras manos.