
Alrededor de 250 personas se dieron cita en la finca Villa María, en Somió, para contribuir a la labor de esta institución, en la que juega un papel clave la psicóloga Ángela Huergo
Una de las citas importantes del verano, es la espicha solidaria a favor de la escuela Inshuti, en Kibuye (Ruanda).
La finca Villa María, en Somió, volvió a adornarse con un colorido mercadillo, donde se pudieron adquirir bolsas, carteras, delantales… Todo ello, producto autóctono de Kubuye y hecho por las mujeres que acuden a los talleres de la escuela.
La psicóloga Ángela Huergo vuelve cada año a la ciudad donde nació su marido, ya fallecido, el médico José Luis Fernández Tonda, y es recibida con los brazos abiertos.
No es para menos, porque su labor es esencial para el avance de la escuela infantil de habitantes de Kibuye, situada en una provincia al occidente de Ruanda.
Una escuela que acoge a 190 niños y niñas en sus primeros años educativos.
Una vez terminada esa educación infantil, Huergo se ocupa personalmente de matricularlos en las escuelas de Primaria correspondientes, haciendo seguimiento de todos ellos.
La escuela Inshusi se ocupa no solo de que los niños y niñas aprendan a leer y escribir. También presta atención a sus madres. Los diferentes talleres las enseñan a sembrar todo aquello con lo que luego se puedan alimentar, a coser, a peinar y, sobre todo, a leer. En definitiva, a todo aquello que puedan, luego, utilizar con vistas laborales y mejoras de vida.
La escuela cuenta también con una escuela de fútbol para niños de entre 7 a 20 años, que es más que necesaria; sobre todo, para el divertimento de los más jóvenes. Porque tenemos que recordar el gran genocidio ocurrido a mediados de los años 90. Aunque los jóvenes de la escuela no lo han vivido, sí lo han hecho la mayoría de sus familiares, directa o indirectamente.
Son ya 140 chicos y chicas repartidos en ocho equipos de fútbol, que no solo juegan, sino que comparten su día a día mientras hacen deporte, y que quedó reflejado, como lo anteriormente dicho , en un vídeo, proyectado al comienzo del encuentro solidario.
La recaudación de la espicha, a la que acudieron unas 250 personas, se destinará íntegramente a que la escuela Inshiti siga haciendo tanto bien a los habitantes de Kibuye.
Ángela, el año que viene más y mejor.



