«Nadie llega a la violencia física así, de sorpresa, un día. Mucho tiempo antes empiezan las faltas de respeto, que es la violencia verbal. Luego la violencia instrumental, que es cuando ya empiezan a romper cosas»
«Las matan porque en la violencia machista hay un dominio y, en el momento en que pierden ese dominio sobre ella, que creen que es suya, la matan»
Eva Lázaro Menéndez, es gijonesa. Nacida en la parroquia de La Guía, es abogada del Centro Asesor de la Mujer del Ayuntamiento de Gijón. El pasado 25N homenajearon a las mujeres asesinadas. Cuarenta y tres.
Empecemos con un tema amable para ir entrando luego en materia dura. Me ha dicho un “pajarín” que adora La Guía.
Viví hasta los treinta y seis años allí. Me gusta mucho y, de hecho, sigo siendo de la asociación de vecinos. Me siento muy de allí.
Entonces es la persona adecuada para contarnos los cambios que ha sufrido la zona.
Desde luego que sí. En aquella época era una “aldeina”, como un “pueblín”. Recuerdo que había dos tiendas que vendían de todo, es decir, eran panadería, lechería y librería porque tenían lápices y libretas para el colegio.
¿A qué colegio fue?
A la Asunción. Me quedaba relativamente cerca de casa. Iba y volvía caminando.
Volvamos de nuevo a La Guía. Su abuelo era el dueño de la finca donde estuvo la discoteca Tik.
Alquiló parte de esa finca a quienes explotaron luego la discoteca.
Oiga, ¿qué pudo cambiar tantísimo en esta sociedad para que ahora sepamos de tantos casos de maltrato, asesinatos de mujeres, de niños…?
De aquella, en nuestro entorno no había, o no se sabía. No lo conocíamos, pero seguramente existía, por eso nos resultaba ajeno. Cuando empecé a trabajar en ello, ya hace veintinueve años, el cambio fue radical porque en aquel momento todavía no existía la ley integral.
«Todavía ocurría que muchas mujeres que iban a denunciar daban la vuelta porque la policía les decía: “Bueno, vamos a ver, anda, vuelve pa tu casa”
No tenía nombre.
Todavía ocurría que muchas mujeres que iban a denunciar daban la vuelta porque la policía les decía: “Bueno, vamos a ver, anda, vuelve pa tu casa”.
Ya.
Incluso habiendo interpuesto la denuncia, regresaban a su casa con el maltratador que, además, sabía que lo habían denunciado.
¡Terrible!
Luego, con el tiempo, hubo mucha evolución y las denuncias se tomaban como faltas, es decir, una infracción penal menor, leve.
¿Y de eso cuánto hace?
En el año 1999 con Ana Orantes hubo un antes y un después.
Recordemos que Ana Orantes fue una mujer maltratada que denunció a su marido en un programa de televisión. Pocos días después de esa intervención él la ató a una silla y la quemó viva.
Hubo un clamor popular y las administraciones públicas estuvieron obligadas a actuar y a legislar. Es cuando se desarrolla la ley integral, que hará veinte años a finales de diciembre.
Cuéntenos de qué trata esa ley integral.
El mismo nombre lo dice: es Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. Trata ese tipo de violencia, le pone nombre, la define en el artículo 1, dice lo que es y lo que hace. Aborda el problema de la violencia de género de una manera multidisciplinar. Instaura medidas preventivas de sensibilización, medidas en el ámbito educativo, medidas de atención y asistencia a la víctima de violencia de género y, desde luego, persigue los delitos contundentemente y establece medidas de protección para la víctima.
¿Hasta cuándo la protege?
Hasta la completa recuperación de la misma. Además, esta ley incluye medidas de ámbito civil.
Porque en la mayoría de los casos obliga a la mujer a empezar con un proceso de divorcio.
Si está casada, y de custodia si no lo está pero tiene hijos en común con el maltratador.
Se crean entonces los juzgados de violencia contra la mujer.
Eso es. Casi nada.
¿Y qué podría hacerse para que esta sociedad no arroje tantísimos casos de violencia de género y vicaria, si asesinan a sus hijos? Porque sabemos que las noticias son las que son, pero no las que ocurren en realidad…
Acabamos de tener el acto la semana pasada (25N). Lo organizó el Ayuntamiento de Gijón en colaboración con el Consejo de Asociaciones de Mujeres. Este año fueron cuarenta y una las víctimas asesinadas. Estaba sin confirmar la niña de quince años asesinada por su exnovio de diecisiete, y además había otras cinco mujeres del año anterior. Todas ellas fueron homenajeadas, como le digo, el día 25.
«En Gijón tenemos cuatrocientas treinta y tres órdenes de protección vigentes»
¡Qué barbaridad!
Y ocho eran menores. Ya le digo que la televisión refleja lo que hay, lo que confirma la Delegación de Gobierno, pero puede haber suicidios donde la causa era precisamente el maltrato y desde luego lo mucho que vemos en el Centro Asesor de la Mujer.
¿Van muchas a asesorarse?
Y de todas las edades. Le doy una cifra. Aquí en Gijón tenemos cuatrocientas treinta y tres órdenes de protección vigentes.
¡Qué dice!
Es lo que hay, sí. Las abogadas de los centros asesores tenemos acceso al VioGén, que es el Sistema de Vigilancia en Violencia de Género.
Después de ir a ustedes, ¿se echan atrás y no denuncian?
Incluso denuncian y luego van a quitar esa denuncia que interpusieron el día antes. O se acogen al derecho a no declarar.
Usted, que es la que habla con ellas, ¿por qué hacen eso?
A ver, la violencia de género es un delito muy distinto a los demás. Aquí estás denunciando a una persona que es tu marido o exmarido, o tu compañero, el padre de tus hijos. Hay un vínculo. Por eso este es un delito especial. Añadido a esto, muchos de ellos, después de matarlas, se suicidan.
¿Pero primero habrá señales?
Nadie llega a la violencia física así, de sorpresa, un día. Mucho tiempo antes empiezan las faltas de respeto, que es la violencia verbal. Luego la violencia instrumental, que es cuando ya empiezan a romper cosas.
¿Cómo?
Dan puñetazos a las puertas, a la televisión… para no dárselo a ellas. Esto es muy habitual. Cuando la policía ya tiene que intervenir, lo que recogen o lo que ven está todo roto.
Eso no ocurre en ningún otro tipo de delito.
Exacto.
¿Por qué se suicidan ellos después de matarlas? ¿Por qué no se suicidan antes?
Porque primero matan a sus hijos para que ellas sufran, y que recordemos, son también hijos de ellos. Luego las matan a ellas y, por último, se suicidan.
Eso es curioso, que se suiciden.
Fíjese, eso hace que este delito sea especial, porque en cualquier otro tipo, el suicidio no se contempla. Voy a ponerle un ejemplo.
Cuente.
Una madre maltratada por su hijo. ¿A que no lo denuncia?
«En la violencia machista hay un dominio y, en el momento en que pierden ese dominio sobre ella, que creen que es suya, la matan»
Muy pocas.
Porque no hay nada más doloroso que denunciar a tu hijo al que ves que depende de ti y que, como encima se marche, lo vas a ver más hundido aún. Cuando lo denuncias o lo denuncian los vecinos, es entendible que ella le vuelva a abrir la puerta de su casa… ¿Por qué?
Porque hay un vínculo.
Pues por eso este tipo de violencia, la de género, la violencia vicaria, es tan especial y hay que tratarla diferente. Por cierto, el incluir a los ex fue otro triunfo de esta ley, porque hubo un momento en que las cifras de asesinadas eran insoportables.
En el momento que ellas denunciaban.
Las mataban porque en la violencia machista hay un dominio y, en el momento en que pierden ese dominio sobre ella, que creen que es suya, la matan.
Hay muchos que se acogen a que están mal, deprimidos, enajenados, a veces drogados…
No, no están bajo los efectos de nada. Las matan y, a veces, matan a sus hijos para hacerles el mayor daño posible. Acuérdese del caso Bretón. Ella se empezó a preocupar desde el principio porque ya la había amenazado. También hubo un antes y un después con este caso.
Oímos muchas veces que el maltratador es de fuera, quiero decir, no es español.
No, el ochenta por ciento de los asesinos de este año son de nacionalidad española.
Rotunda aclaración.
Es cierto que hay otras culturas en que el machismo está más instaurado en la familia, pero ya le digo, el ochenta por ciento, españoles.
Y aquí entra la educación.
Trabajar en el ámbito educativo es muy importante desde la infancia. Este año a nosotras nos bajaron las estadísticas de chicas adolescentes maltratadas. Hay que educar en valores, tanto en casa como en el centro educativo.
«El ochenta por ciento de los asesinos de este año son de nacionalidad española»
Díganos exactamente dónde puede ir a asesorarse una mujer que haya decidido dar ese paso.
El Centro Asesor de la Mujer, aquí en Gijón, está ubicado en el Centro Municipal de la Arena, en la calle Canga Argüelles. Se integra dentro del servicio de Políticas de Igualdad del Ayuntamiento de Gijón.
¿Desde cuándo lleva funcionando?
Desde noviembre de 1995 y está integrado por dos asesoras jurídicas y una psicóloga, además de una auxiliar.
Díganos el horario.
De 9.00 a 14.00 horas, de lunes a viernes.
Teléfono.
985 18 16 27 y 985 18 16 30.
Y ahora díganos qué tiene que hacer exactamente una mujer que sufre violencia de género.
Si vienen a nosotros antes es mucho mejor, porque va a estar asesorada si va a interponer una denuncia e iniciar un procedimiento judicial. Se coordinarán y pondrán en funcionamiento todas las medidas que hay.
¿Ustedes se ponen en contacto con abogados?
Llamamos al Turno de Oficio del Colegio de la Abogacía para saber qué profesional está de guardia para que la asista desde el minuto cero. Llamamos también a la UFAM, que es la Unidad Especializada de la Policía Nacional, donde van a poder formular la denuncia.
Después de todo eso…
La informamos de qué medidas de protección va a poder solicitar para su protección.
La orden de alejamiento, que es de ámbito penal.
Eso es. Con la prohibición de que él se acerque o se comunique con ella a ciertos metros. También las medidas de ámbito civil, si tiene hijos menores de edad, darle la guardia y custodia y, si él es el sustento de la unidad familiar, medidas económicas.
¡Uf, Eva! No quiero que se despida sin pedir un deseo para el próximo año y sin antes darle las gracias a usted y todas las personas implicadas, por todo lo que hacen día a día.
Que no haya ninguna mujer asesinada por violencia de género en el 2025 y, por supuesto, ningún menor asesinado por violencia vicaria. Que se acabe. Sé que es algo que no tiene una solución a corto plazo, pero puestos a pedir deseos, este es el mío.