El sacerdote había pasado once años en África y luego comandó la parroquia de San Nicolás de Bari, en El Coto, durante casi 40 años
Nos deja el padre Fueyo. Lo hace como el epílogo de una temporada negra para el Sporting en lo deportivo, como un punto final más amargo aún, si cabe, para la parroquia rojiblanca. Él, que era del Sporting «desde nueve meses antes que nacer», no pudo volver a disfruar el equipo en Primera, donde pasó alguno de sus mejores momentos como sportinguista. Ahora lo verá desde el cielo en el que él creía, sentado junto a Quini, Castro, Preciado y tantos otros históricos que hicieron grande la historia del club.
El padre Fueyo, sin embargo, era mucho más que el capellán rojiblanco. Se pasó años en África, del 70 al 81, y volvió entre lágrimasn tras dejar un hospital con el nombre de Asturias y un equipo de fútbol. Luego comandó la parroquia de El Coto, San Nicolás de Bari durante casi cuatro décadas. Se retiró del púlpito en 2019, pero nunca lo hizo del club de sus amores. Como un matrimonio bien avenido, «hasta que la muerte nos separe», solía comentar el gijonés.
Comentarios 1