Las autoridades piden calma después de que la presencia del sujeto cerca del colegio Gloria Fuertes crease inquietud, pero recuerdan que toda persona que haya cumplido su condena es libre de deambular por donde desee

Un mero error, el puro aburrimiento, la imaginación, el afán de protagonismo… Es difícil enumerar todas las razones por las que los seres humanos tienden a inventar rumores, a propagar bulos, a alterar la verdad. Y, desde hace días, El Llano está siendo escenario de uno de tales sucesos. Un habitante del barrio gijonés ha sido falsamente señalado en las redes sociales como el hombre que, en la tarde del 23 de julio de 2004, degolló a Borja Solar, de seis años, en el parque Isabel la Católica. Varios de sus vecinos no han tardado en alertar del error y en tratar de esclarecer el entuerto, confirmado por las autoridades, que han pedido calma, cordura y sentido común.
La inquietud se desató cuando, acertada o equivocadamente, algunas personas aseguraron haber visto en las inmediaciones del colegio Gloria Fuertes, de las piscinas y del centro de salud del lugar a R. D. B., quien salió en libertad en 2019, después de haber cumplido quince años de prisión por aquel crimen. Algunas de esas voces afirmaron que se llegó a dar aviso a la Policía Nacional, cuyos agentes identificaron al sujeto; sin embargo, el propio cuerpo policial ha desmentido cualquier intervención de esa índole en el barrio. Casi al mismo tiempo, comenzaron a circular por las redes fotografías de un hombre, residente en El Llano, del que se dice que es el tal R. D. B. Tampoco ese punto ha resultado ser cierto; es más, fuentes de la Policía Nacional han informado de que, en la actualidad, R. D. B. ni vive en Asturias, ni se parece físicamente al protagonista de la instantánea.
Así las cosas, las autoridades han pedido serenidad y, sobre todo, respeto. Y, por encima de todo, destacan un aspecto fundamental: toda persona que haya cumplido su condena, y sobre la que no pese orden de alejamiento alguna, es libre de circular por el espacio público que desee, sin que ello sea constitutivo de falta o delito alguno. Aun así, agradecen la preocupación y la respuesta ciudadanas, e invitan a que, ante cualquier hecho sospechoso, no se dude en llamar a las fuerzas del orden para que evalúen la situación.
Una leyenda de la ‘crónica negra’ local
El caso del niño Borja Solar forma parte, por derecho propio, de la ‘crónica negra’ de Gijón, y aún hoy, veinte años después, está en boca de muchos lugareños. Alrededor de las 19.30 horas del 23 de julio de 2004 R. D. B., nativo de Mieres y con domicilio en El Coto, accedió a la zona de juegos infantiles del parque Isabel la Católica, donde el pequeño jugaba, en compañía de su cuidadora y de unos niños. Una vez allí asaltó por sorpresa al menor y, con una navaja de 11,5 centímetros, le cortó el cuello, acabando con su vida; acto seguido arrojó el arma y se dio a la fuga, si bien no tardó en ser detenido por la Policía Nacional.
Durante el juicio, R. D. B. afirmó haber actuado «por mandato divino», y le fue diagnosticada esquizofrenia paranoide, con su capacidad de discernimiento y autogobierno gravemente mermada. Además, el Principado fue hallado responsable de desatención a una persona con problemas mentales. Por ello, la acusación particular, encarnada por los padres, redujeron progresivamente la pena solicita de los veinticuatro años de cárcel iniciales a veinte y, finalmente, quince. A primeros de junio de 2019 abandonó el Centro Penitenciario de Fontcalent, aunque obligado a permanecer a, al menos, 500 metros de la familia de Solar, a no comunicarse con ella, a mantenerse bajo vigilancia familiar y a someterse a atención psiquiátrica.
Este así sino no tenía que salir de la cárcel porque la va . Armar otra vez asesino desgraciado