«Después de 108 semanas, hoy escribo mis últimas líneas en esta columna a la que llegué hace algo más de dos años»
Después de 108 semanas, hoy escribo mis últimas líneas en esta columna a la que llegué hace algo más de dos años para compartir el arrojo y la valentía del director de este portal mediático y aportar en la medida de mis posibilidades una mirada más a la realidad cotidiana. Han pasado muchos días y muchas cosas y por esta columna han desfilado las preocupaciones que semanalmente he escuchado en estos paseos que comenzaron aplaudiendo lo local como uno de los argumentos informativos irrenunciables para un buen periodismo que se precie.
En estos paseos he escuchado la queja de quienes reivindicaron la mejora de puentes, paseos, caminos, farolas y calles. Unas demandas que en algunos casos encontraron respuesta como en lo que se refiere al arreglo de los pasos de la senda fluvial o la reapertura de un par de baños públicos.
No han faltado las demandas laborales de quienes en estos daños han visto como sus puestos de trabajo pendían de hilo o simplemente se fueron al garete por obra y gracia de empresarios desalmados o como producto de una crisis sanitaria que sin darnos cuenta derivó en una crisis económica en la que, como siempre, los menos fuertes son los que más sufren. Los mismos que a través de estas líneas pidieron a las instituciones medidas urgentes para, entre otras cosas, poder pagar el recibo de la luz o tener opciones para dar de comer a sus familias.
Han sido dos años muy intensos en los que el paseo del Muro ha generado muchos dolores de cabeza y ardores ciudadanos que no acabarán hasta que se haga lo que hace unos días afirmaba la alcaldesa: “el Muro tiene que ser peatonalizado”. Una alcaldesa que seguramente nunca pensó que encontraría en su casa política lo que suele ser una demanda propia de la oposición: que se vaya. Sus compañeros han movido la silla de Ana González y la militancia socialista ha decidido que una muestra clara de lo que es lo local, Floro, sea quien opte en mayo a una alcaldía para la que también se postula la que ya fuera alcaldesa de Gijón, Camen Moriyón. El Muro también ha sido, en parte, junto a la marcha de Ana González, que un veterano de la política regional como Aurelio Martín cuelgue también las botas y se aparte de la primera fila. En ciento ocho semanas también se han ido referentes de Gijón como los profesores Miguel Ángel Llana, Fernando Menéndez Viejo y Pilar Méndez, activos sociales como lo fue el músico y locutor radiofónico Miguel Escalada.
Estos paseos comenzaron animados por mi querido Agus y acompañados por mi hija Maya que a mi lado ha crecido hasta acercarse a los tres años y haberse convertido en el sólido proyecto de lo que será una mujer fuerte. Un crecimiento tan afianzado como el de este espacio informativo en cuyo nacimiento he tenido el placer de haber participado y al que le auguro un gran futuro porque su presente ya es firme. Lo dije hace ciento ocho semanas y lo repito hoy: lo local es la esencia de esta nuestra profesión, porque contar lo que pasa a nuestro alrededor es contar lo que les pasa a las personas. Y ahí, siempre me encontrarán.
Hoy escribo estas últimas líneas para además de desearles una feliz navidad y que 2023 sea mucho más propicio de lo que nos dicen volver a afirmar con firmeza: ¡Qué viva lo local!
Te echaremos de menos!!
Vaya contra !
Nos dejas huérfanos Nacho. Te decimos hasta luego. Gracias por tus artículos.