
«¿Que hay libertad para decidir? Sí. ¿Que sigue habiendo clichés sobre cómo debe ser o comportarse una mujer? También«
Cuando me propusieron escribir algo para conmemorar el Día de la Mujer lo primero que me vino a la mente fue el movimiento sufragista, un montón de nombres de mujeres que vivieron a la sombra de sus padres y maridos, artistas, músicas, científicas…Sin todas ellas no estaríamos donde nos hallamos en este momento, no hay duda.
Sin embargo, recordé aquello de escribir sobre lo que mejor se conoce, la propia experiencia y de este modo poder reflejar mejor una ideología tan compleja y actualmente ramificada como es el feminismo.
¿Qué es para mi el feminismo? Responder a esta pregunta es simple: igualdad de derechos y oportunidades para todas las mujeres. Puede parecer que hemos alcanzado ya esta meta largamente soñada con leyes como la 3/2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombres (ojo, nombra específicamente a los hombres), en la que figuran, negro sobre blanco y de manera minuciosa comportamientos que pueden ser considerados discriminatorios de manera directa o indirecta, el acoso por razón de sexo, el acoso sexual y muchos más comportamientos que durante siglos han estado presentes en la sociedad pasando a ser costumbre.

Por suerte, hemos avanzado mucho en materia de igualdad y parece que va calando en la sociedad y sobre todo en la mentalidad masculina y femenina (no olvidemos que muchos comportamientos discriminatorios son heredados y están arraigados en nuestra forma de ser y actuar). Los niños y niñas cada vez son más conscientes de que mamá no está ahí para recogerles la ropa del suelo o hacerles el desayuno y los hombres de que no basta con “ayudar en casa”, que hay que compartir tareas y ser autónomo. Pero por desgracia, todavía nos queda mucho camino por recorrer: aún hay quien en una entrevista de trabajo pregunta a una mujer si tiene o piensa tener hijos (aunque esté prohibido hacerlo); los puestos de gran responsabilidad siguen copados por hombres y los micromachismos campan a sus anchas.
Cuántas veces hemos escuchado aquello de “mi pareja me ayuda mucho en casa” o “se queda con los niños para que yo pueda salir” (una vez al año) de boca de mujeres infinitamente agradecidas por ello sin ser conscientes de que para ellas es algo cotidiano. O aquello de “tienes que ser más femenina”, “queda muy mal que hables abiertamente de sexo”, “las mujeres no sois buenas para —- (rellenar con lo que uno quiera: deporte, humor, matemáticas)”.
Nosotras mismas nos imponemos el yugo del maquillaje, los tacones, la peluquería, las uñas… e incluso las hay que se autoengañan diciendo que lo hacen porque lo hacen por ellas mismas, para verse más guapas. Curiosamente, el porcentaje de hombres que acude a la peluquería semanalmente, se depila o afeita, se pone cremas o se viste de manera incómoda es infinitamente inferior al masculino.
¿Que hay libertad para decidir? Sí. ¿Que sigue habiendo clichés sobre cómo debe ser o comportarse una mujer? También.
Nos han vendido una historia que es más bien un trabajo de Hércules: la incorporación de la mujer al mundo laboral. Ahora no sólo trabajamos en casa sino también fuera. No nos engañemos: son las mujeres quienes llevan el peso de hogar, la intendencia, las compras cotidianas, las pequeñas tareas, los niños, la limpieza… y además, trabajan fuera de casa. Un auténtico chollo, vamos.
Por todo ello, permitidme ser pesimista: mientras sigamos boicoteándonos, criando a nuestros hijos como auténticos inútiles y transmitiendo comportamientos machistas caducos, no avanzaremos.
El feminismo empieza por uno mismo, hay que ejercerlo cada día, en todos los ámbitos y aplicarlo a todos los géneros, porque como dijo alguien una vez, todos deberíamos ser feministas.
Silvia Blanco es Licenciada en Historia del Arte y Museología
Muy bueno el artículo. Estoy totalmente de acuerdo sobre todo con las frases finales.
Sin lugar a dudas, vamos progresando adecuadamente. No hay que olvidar que venimos de una sociedad 200% machista, y no hay que irse muy atrás para ello (25/30 años bastan).
Los hábitos cuesta cambiarlos, y no se hace del día a la mañana. Aunque aún falta, sin duda creo que ¡vamos por buen camino!, y aunque en este proceso siempre aparece algún “personajillo” que con sus comentarios te hace replantearte si la evolución en materia de igualdad se estanca por momemtos, si lo miras todo en conjunto, visión global con la que se obtiene mejor perspectiva, se observa que la progresión es buena.
Somos muchos ya los que estamos concienciados de esto. Sigamos adelante en el día a día.
Poco a poco… y mirando al frente!
Gran artículo Silvia. Mejor explicado imposible.
saludos