El recorrido por las 71 casetas se hizo en ocasiones difícil por la afluencia de un concurrido de todas las edades
Las extrañas ondas del terremoto consistorial de las últimas horas, que no voy a recordar aquí porque para esos están otros y otras, no llegaron ni al Paseo de Begoña ni a la calle Tomás y Valiente, que rebosó tanto de visitantes como de compradores de libros.
“La feria ya tiene un sello de calidad” afirmaba el presidente de la Asociación de Libreros de Asturias, Rafa Gutiérrez Testón. “El programa de esta edición está muy bien hecho” reiteraba desde el stand de su librería La buena letra con dos de los ejemplares más vendidos, “Yeguas exhaustas” de Bibiana Collado y “Niña con monstruo dentro” de Rosa Navarro.
Lo cierto es que el recorrido por las 71 casetas se hizo en ocasiones difícil por la afluencia de un concurrido de todas las edades que no quiso dejar de interesarse por algunos de los ejemplares de los noventa autores que se expusieron.
Ya en la primera jornada se formaron colas interminables. Los fans de las escritoras de novela romántica y juvenil Alice Kellen y Andrea Longarela, sabían que estarían presentes en Gijón. No defraudaron y su punto de firma se abarrotó de seguidoras y seguidores que demandaron incluso foto, seguramente para las redes sociales, además de rúbrica.
Volviendo al “disfrutón” recorrido para todos los gustos, se mostró desde una magnífica propuesta con imágenes del fotógrafo Alejandro Braña, titulada “160 Palacios para descubrir Asturias”, hasta un libro en formato fuelle de la pintora e ilustradora, Covadonga Valdés Moré, “Jardín de bolsillo” dedicado al Museo Evaristo Valle.
Esta última compartió espacio en Materia Editorial con otro conocido fotógrafo, Pablo Basagoiti que recopiló con imágenes, la historia de una de las salas de fiestas más emblemáticas de Gijón, el Oasis, hoy convertida en un McDonald’s.
Pero si alguien es fiel a sus ideas son los propietarios de la editorial “Satori”. Su sobrina Alba Grado, recordó que desde principios del 2000 sus familiares, fascinados por la cultura y literatura japonesa, decidieron poner en marcha el negocio situado en La Calzada. Una de sus autoras, María Rosa Servio, escritora de poesía breve japonesa, firmó ejemplares acompañada de César García Santiago de ediciones Bajamar.
En Toma 3, espacio dedicado a la literatura independiente, Tono Permuy confesaba que en esta edición “todo se conjugó” Hablaba Permuy, no solo del respeto que tuvo la lluvia con esta muestra, sino también del interés que se está percibiendo en el público joven. “Hay gente que incluso te pone en aprietos, porque te pide libros que tú no controlas, eso es muy esperanzador” Los títulos más demandados en su espacio fueron “Solo quería bailar” de Greta García y “Matrioskas” de Marta Carnicero.
Los más pequeños también tuvieron múltiples espacios y propuestas. En el espacio de Lara Meana, El bosque de la maga colibrí, pudieron comprar ejemplares firmados de la ilustradora y escritora Marta Comí. Meana, muy satisfecha con esta edición, no dudó en comentar: “La gente ya va entendiendo lo que es venir a la feria, y lo bueno es que lo hacen en familia” destacó.
Nos despedimos con la fantasía de las hermanas Martínez, Almudena y Rebeca, que desde su editorial Duermevela, pretenden que los lectores de sus títulos puedan evadirse de la realidad por un momento y explorar otras sensaciones. Esto último nos va a hacer mucha falta. Esperemos que la cultura, que tantos años lleva inculcando Gijón/Xixón, no se pierda.
La que suscribe, ahí lo deja.