«Una fecha para preguntarnos por qué, pese a los millones de turistas que recibimos, decenas de miles de paisanos nuestros hoy no tienen festivo»
La celebración del día de Asturias, o de cualquier otra conmemoración regional de España, llena el territorio en cuestión de simbología y eventos conmemorativos, que reivindican el orgullo de pertenencia de sus ciudadanos. Un sentimiento nacionalista, ‘fervoroso’ como describe la RAE, que en el caso de la mayoría social del Principado, huye de cualquier sentido separatista. No es por casualidad. No suena muy coherente reivindicar la emancipación cuando tienes a gran parte de tus descendientes ganándose el cobre en Madrid, Barcelona o Londres. La pasión por nuestra tierrina, pero sin esa carga supremacista extendida en otras comunidades, realza el atractivo del asturiano allá donde va y le hace recibir, por el hecho de serlo -y en muchas ocasiones de forma injusta-, alabanzas al sur del Pajares.
Lo cierto es que el ‘carisma’ autonómico parece estar correlacionado a la riqueza de los territorios: cuanto más boyante es una región tiende a existir más animadversión hacia sus vecinos. No sé si eso habla bien de nuestra tierra. Los prejuicios regionales tienen estas cosas: es la generalización en esencia, tan básica y a la vez tan potente, que puede mover a las personas a decir y hacer muchas tonterías -la Historia dixit-.
Pero hoy es el día de Asturias y claro, nadie es de piedra. Es una fecha para celebrar y, sobre todo, para reflexionar sobre dónde estamos, también de puertas afuera. Para preguntarnos por qué, pese a los millones de turistas que recibimos, decenas de miles de paisanos nuestros hoy no tienen festivo; por qué, pese a la calidad de vida de la que hacemos gala, seguimos siendo tierra de emigrantes en 2023. Sobre esto último, solo hay que echar un vistazo al entorno, nacional e internacional, para saber que lo que realmente marca la grandeza de un territorio es precisamente la llegada de inmigrantes que quieran contribuir a ese futuro mejor que todos queremos.
Es 8 de septiembre y hoy toca echar un culín, pero también toca darle una pensada. Puxa Asturies.