Acoge la Fundación Alvargonzález (hasta el 29 de marzo) una exposición dedicada a la memoria y por ende a las fotos del añorado Fidi Fidalgo
Acoge la Fundación Alvargonzález (hasta el 29 de marzo) una exposición dedicada a la memoria y por ende a las fotos del añorado Fidi Fidalgo. Hace diez años ya contaron con su trabajo y bonhomía. Veremos estos días un tributo que lleva el cariñoso título de «Fidi, Compañeru». Organizado con denuedo por Laura Fidalgo, Félix Castañón, Glendor Díaz y Luis Santiago.
Se van a pasear por el parqué de la sala de arte muchas emociones, en Óscar Olavarría, en la que fue su querida Cimavilla, Esas emociones tendrán como vecinas, colgadas de las blancas paredes, tomas capturadas en el preciso y precioso instante por el buen ojo del inefable soñador gijonés-colungués. No faltarán a la cita del recuerdo: amigos, colegas, compañeros de fatigas y alegrías y su familia: Montse, Laura y Alba, Alicia y el Sabio del País Astur, José Antonio Fidalgo, regalando desde las redes sociales unas palabras que consiguen enmarcar esa encomiable labor del atrapador de instantes en espacios abiertos, pellizcando al reloj, definiendo al fotógrafo sensitivo: «Contemplar una estampa de estrellas nos lleva a admirar la grandeza del Universo y la esperanza de un cielo infinito».
O cielos (en plural) infinitos, dibujados por la Vía Láctea sobre un campo de girasoles, paseos perrunos, playas y muelles en calma, ofreciendo gamas de morados que se tornan en antorchas de encendidos naranja para la pupila dispuesta a disfrutar del detenido tiempo con paspartú. Calles, tránsitos y boquetes del barrio alto estrujando a la madrugada o noches de ilusiones y fuegos artificiales, culminando fiestas con broche inolvidable para los que esperan una prórroga en la dolce vita.
Era Fidi un estimado socio del club de la celebración y el brindis sincero, disfrutón del presente, despreocupado con el futuro. Se irán cayendo del calendario mañanas y tardes de primavera en este mes de marzo para evocar al amigo, hijo, padre y compañeru Fidi. De lunes a sábado de 12:00 a 13:30 y de 18:00 a 20:30 de lunes a viernes. No podremos olvidar antes, durante y después de este merecido homenaje el amor por esta tierra, los pixies, tu afilada colección, made in Taramundi, el abrazo de oso y esas carcajadas, marca de la casa, capaces de descarrilar profundas tristezas. En realidad no podemos, ni queremos olvidarlo nunca. Cualquier día de estos, hasta el 29 de marzo, cruzaremos el umbral de la sala de exposiciones de una fundacíón preocupada por la cultura y el fomento de diversos estudios e investigaciones, dejaremos la puerta abierta de una fundación enraizada en Gijón y a nuestra espalda escucharemos, entre risas, ese inconfundible: «Qué pasa chics, esto ye brutal».