Corverano de nacimiento y capitán de la Marina Mercante, empuñó el timón hace más de nueve años; su salida coincide con la pérdida de peso del Puerto en el tráfico de graneles, consecuencia de la menor productividad del sector industrial regional

La Autoridad Portuaria de Gijón se halla a las puertas de un cambio de ciclo. Y no de uno menos, precisamente. Tal como se conocía a última hora de este miércoles, Laureano Lourido Artime (Nubledo, 1959), quien ostentase la presidencia de dicho ente durante los últimos más de nueve años, abandonará el cargo en los próximos días. Su salida, dilatada en el tiempo a la espera de cerrar algunos de los acuerdos pendientes, como el de la cesión de los terrenos de Naval Gijón al Ayuntamiento, coincidirá con uno de los momentos de bonanza de El Musel a efectos de inversiones, pero también con su pérdida de peso en el ámbito específico del transporte de graneles, consecuencia directa de la merma de la productividad en la industria asturiana. Sea como sea, se espera que en cuestión de pocas jornadas se revele el nombre de quien será su sustituto.
Capitán de la Marina Mercante con años de mar y de experiencia administrativa a sus espaldas, Lourido empuñó el timón del Puerto de Gijón en tiempos de la segunda legislatura como alcaldesa de Carmen Moriyón, con Javier Fernández ostentando la presidencia del Principado y, en última instancia, reemplazando a Rosa Aza, quien fuese su predecesora en el cargo. A lo largo de estos su gestión se ha centrado en el blindaje y potenciación de las inversiones en El Musel, cuyo máximo exponente fue la estación regasificadora, que entró en funcionamiento en julio de 2023. Proyectos como los de la empresa Hymet, que pretende levantar una planta de metanol, o el de UMICORE, centrado en la manipulación de materias primas, ambos de próxima materialización, confirman la salud de su estrategia, aunque la misma no ha estado exenta de tensiones, especialmente con colectivos ecologistas.
En ese sentido, el debate medioambiental ha ocupado buena parte de las conversaciones en las que ha participado Lourido. Cuestiones como el arrastre de parvas de carbón por el viento hacia áreas urbanizadas de Gijón, la degradación de Aboño o el papel de la Autoridad Portuaria en el frustrado vial de Jove han cobrado peso en el imaginario popular; algo a lo que el mantenimiento del tráfico de camiones pesados por la avenida Príncipe de Asturias sigue contribuyendo. Finalmente, en su haber pesa el haber tenido que lidiar con uno de los peores accidentes de la historia reciente del Puerto: el desplome de dos grúas en el Muelle Moliner el pasado septiembre, que se cobró las vidas de dos operarios, dejando a otros cuatro heridos.