El Ejecutivo gijonés revisa su plan y abre por primera vez la puerta a mantener el museo hasta el traslado a Tabacalera
El Ayuntamiento de Gijón comienza a dar señales de cambio respecto al controvertido cierre del Museo Nicanor Piñole. Tras semanas de críticas vecinales, protestas del ámbito cultural y divisiones dentro del propio Gobierno local, Foro Asturias ha suavizado su postura inicial y muestra por primera vez disposición a revisar su plan. La reunión mantenida este jueves en el Antiguo Instituto con la comisión que tutela el legado del pintor gijonés marcó el primer paso hacia un posible acuerdo, en un contexto en el que el Ejecutivo municipal parece haber entendido que la firmeza inicial le estaba generando más desgaste que respaldo.
El encuentro, que se desarrolló en un tono conciliador, permitió constatar un principio de entendimiento entre las partes. El Ayuntamiento y la comisión coinciden ya en que el nuevo Museo Piñole se ubicará definitivamente en Tabacalera, y en que el actual edificio del Asilo Pola necesita una profunda reforma de accesibilidad y climatización. Sin embargo, lo que antes se planteaba como un cierre inmediato y un traslado de las obras al Palacio Revillagigedo se revisa ahora con más prudencia: la opción de mantener la colección bajo custodia municipal y reabrir temporalmente el museo tras las obras empieza a ganar terreno.
Este cambio de postura se produce tras la contestación ciudadana y el creciente aislamiento político de Foro en este asunto. A pesar de haber lanzado una ronda de reuniones con asociaciones culturales para explicar su plan y tratar de recabar apoyos, la estrategia no logró frenar la desconfianza. La presión de la comisión del Piñole ha obligado al Ayuntamiento a abrir una vía de diálogo más realista.
El giro también tiene que ver con la oposición frontal del Consejo de Asociaciones de Mujeres de Gijón, que rechazó la idea de instalar en el Asilo Pola la Oficina de Igualdad y el Centro Asesor de la Mujer, como preveía el plan inicial del Consistorio. Las asociaciones feministas advirtieron de que el edificio carece de espacio suficiente y de las condiciones necesarias para albergar sus actividades, reclamando un proceso participativo antes de tomar decisiones definitivas.
Por primera vez desde el inicio del conflicto, el Ayuntamiento no habla de plazos cerrados ni de decisiones firmes, sino de “evaluar propuestas” y “buscar acuerdos”. Las obras de reforma del Asilo Pola, previstas para comenzar en 2026, se consideran inevitables, pero ya no hay prisa por vaciar el museo.
