Aunque el diluvio ha forzado a suspender el pasacalles, la compañía Higiénico Papel, ataviada como «los tres dromedarios de la Cabalgata», ha desafiado al mal tiempo ofreciendo un pregón cargado de humor y referencias a la actualidad
Espectacularidad, imaginación, magia, ilusión… ¿Qué más se le puede pedir a un Antroxu como el de Gijón? Tal vez un comienzo a la altura de su reputación y de su impacto, de ese prestigio que lo ha hecho merecedor del título de Fiesta de Interés Turístico Regional… Y eso es lo que esta tarde, desde el palco de la Casa Consistorial y a pesar del diluvio imperante, Higiénico Papel ha vuelto a conseguir. Porque si bien la persistente lluvia ha obligado a las charangas a suspender su tradicional pasacalles desde Begoña hasta la Plaza Mayor, la veterana compañía de artes escénicas ha repetido como encargada, más que de leer, de interpretar un pregón que ha sido, a partes iguales, despliegue de humor y repaso a los temas más candentes de las actualidades local, regional y nacional. Un pistoletazo de salida, pese a las circunstancias, plenamente digno de unas celebraciones marcadas por la irreverencia, el hermanamiento y el espíritu de libertad, y a las que aún les quedan por delante nada menos que cuatro días de vibrante actividad.
Dicen que la capacidad de adaptación es la clave de todo éxito, y la lluvia imperante obligó a los charangueros a improvisar para protegerse de ella hasta la hora prevista para el inicio del desfile. A refugio en los bares de Begoña, atechados bajo la entrada del Teatro Jovellanos o, sencillamente, tirando de chubasqueros y bolsas de basura, los integrantes de las once agrupaciones trataron de capear el temporal… Hasta que la realidad climatológica hizo innegable la evidencia: así no se podía salir. Tirando de resignación y de la esperanza de que el tiempo mejore en los siguientes días, las formaciones optaron por dar carpetazo a la marcha y reunirse directamente frente al Ayuntamiento. Y allí se desplegaron todas, convergiendo en la Plaza Mayor, interpretando sus fanfarrias entre los aplausos y vítores del incombustible público presente. En la plaza, ataviados de dromedarios, les esperaban Carlos Dávila, Ana Morán y Félix Corcuera, los tres artistas de Higiénico Papel encargados del pregón.
«¡Somos nosotros, los tres dromedarios de la Cabalgata, que tamos equí, nel Antroxu de Xixón, que en Navidaes quedamos en casa!», comenzaron los intérpretes, una vez apostados en el balcón del Consistorio, fielmente escoltados por la sardina ‘Turbu’ y por sus acólitos Mateo Sat y Alisiu ‘El Parrochu’. Fue sólo el entrante de un pregón cargado de ingenio, gracia y, como dicta la sana tradición, un poquito de mala baba, dominado por los temas más candentes de los últimos meses. No sólo esa mención a los exóticos animales que, finalmente, no pudieron sumarse al desfile de Reyes. El cambio climático fue el blanco de su siguiente andanada, precisamente a tenor de que «Xixón ye el nuevu Benidorm, con una temperatura ideal y un ambiente perprestosu; el refuxu climáticu d’España, que pal sur ya nun hai quien pare col calor que fai». También la reciente moratoria sobre las viviendas de uso turístico, fruto de inquietud para una Ana Morán convencida de que «tamos de overbooking«, a la que Félix Corcuera ha tranquilizado con un tajante «pues pedimos un chalé a los Reis Magos». Por no hablar de la posibilidad de «dir de compres a Naval Xixón, que van poner un centru comercial de restayu».
Por descontado, ¿qué pregón para el Antroxu de 2024 sería aquel que no hiciese mención a una alta velocidad ferroviaria a la que «na más-y falta parar en IKEA»? Un poco más oscura fue la mención a la recuperación de los espectáculos taurinos en El Bibio, «que nun mos presta tanto porque somos animales, y sabemos que los animales tamos meyor en prau que na plaza». Igualmente la referencia a esa contaminación que «sí que ta disparada, que cualquier día vamos afoganos; algo habrá que facer pa parala», acompañada del lógico deseo «a ver si sacamos más la bici y menos el coche». No obstante, la alegría volvió a recuperar toda su fuerza al mentar a ese Real Sporting por el que los tres están «naguando porque tean en primera, que ye ónde tienen que tar», y a un Telecable Hockey Club femenino al que han deseado «la meyor enerxía», ya que «van p’Arxentina la selmana que vien a dalo too». La despedida de Higiénico Papel, en todo caso, no se alejó de la mejor tradición de esta fiesta. «Nosotros tamién vamos vivir a tope l’Antroxu anque llueva, truene o rellampie», prometieron. Y, tras un sentido deseo de que «a ver si terminan ya les guerres, les inxusticies, la pobreza, les desigualdaes, y la violencia escontra les muyeres», zanjaron su papel, ya para la historia, con un clamoroso «¡Puxa l’Antroxu! ¡Puxa Xixón!».
Si los tres dromedarios pusieron el grueso de la nota cómica, también la guasa y la sorna estuvieron presentes en las coplas que el cantautor Jerónimo Granda interpretó desde el balcón, y que sirvieron de relevo a los anteriores. Los pisos turísticos clandestinos, el estado de la sanidad pública y el progresivo avance del sistema médico privado estuvieron presentes en unos versos que cosecharon abundantes elogios. Y, por fin, llegó el momento de despedir esta gran cita inaugural con otro de los grandes instantes de cada viernes antroxero: la hora de disfrazar a Pelayo. Todas las atenciones se desplazaron entonces a la plaza del Marqués, donde, grúa mediante, el personal de Festejos atavió al eterno caudillo de Asturias con un oportuno atuendo inspirado en las vestimentas de la emblemática cantante sevillana María Jiménez Gallego, tristemente fallecida el pasado 7 de septiembre. Sus plumas de pavo real al viento sirvieron de colofón a una presentación del Antroxu cerrada con la promesa de que, como cada año, lo mejor está aún por llegar.