Una batalla de gallos del hip hop toma el arenal de Poniente al son de Gazir, Chuty, Skone y Blon, cuatro de las mayores estrellas mundiales de la especialidad
Noche de improvisaciones sobre el escenario de Poniente. La explanada frente a la playa estaba abarrotada de un público entregado, en su mayor parte joven, a la causa de la poesía. Es la nueva lírica, un movimiento, el del hip hop, que ya acumula décadas en sus espaldas, pero que cada vez goza de mejor salud y fama en nuestro país. Buena parte de la culpa la tiene Red Bull, cuya apuesta por convertir en mainstream los mercados minoritarios, es ya marca de la casa.
Lideraba el cartel Gazir, el chico asturiano que estudia Física y parte a sus rivales sobre el escenario a base de ritmo y rimas. La camiseta rojiblanca del Sporting avisaba ya que el campeón Internacional FMS de la especialidad jugaba en casa. Cada guiño al club gijonés levantó el rugido del respetable. Era día de fiesta.
Frente a él no estaban pipiolos que acaben de empezar en esto de enlazar dardos y rimas. Chuty, al que muchos consideran el mejor freestyler de la historia compartía cartel con el asturiano. Lo mismo que Skone y Blon, otras dos estrellas de las batallas de gallos, forjados en competiciones patrocinadas por el gigante de las bebidas energéticas.
Pero el espectáculo de la Semana Grande era, al fin y al cabo, una exhibición. Tiraron de complicidad con el público al poco de empezar el concierto. Tres palabras para cada competidor, al azar, fue la petición de los raperos a los presentes en Poniente. Algunas combinaciones fueron tan random como quimioterapia, cachopo y Red Bull. De ellas salían las rimas, las puyas y el fervor de un público que rugió con cada improvisación. Corren buenos tiempos para la lírica.