Ayer arrancó una nueva edición de la Comic Con gijonesa con el lanzamiento de Marvel Exclusivo, talleres, el Rey Enigma y cientos de disfraces
Como cualquier evento, la Comic Con estaba loca por volver tras dejar atrás las restricciones pandémicas. Lo hizo con fuerza, con las ganas de quien necesita volver a su lugar, a sus rincones. Para los fans de la ciencia ficción, los comics y el anime, la ilusión era volver a verse en las aceras de la Feria de Muestras.
A las presencias más bizarras – aunque no menos dignas – como la del Rey Enigma, se unió ayer la presentación de Marvel Exclusivo. Un cómic editado por Panini y con tres portadas diferentes donde Gijón es, definitivamente, el protagonista. La Laboral, el mirador del cabo de San Lorenzo y el propio escenario de Metrópoli comparten portada con Thor en los diseños de Yildiray Cinar, Bernard Chang y Salva Espín.
En la zona de talleres, sin embargo, había otras estrellas. Menos conocidas, pero con una iniciativa de incalculable valor. La asociación Plena Inclusión Montijo había organizado un taller con personas de necesidades especiales. No es su primera experiencia en el mundo del comic. Juntos, Alex de la Fuente y sus chicos, han creado un súper héroe, Inclusion Man, un superhéroe que lucha por la inclusión de las personas con cualquier tipo de discapacidad intelectual, física o visual. Ya han conseguido publicar dos números y están trabajando en el tercero.
Pero no sería una Comic Con sin los cosplay. La Feria se llenó ayer de aficionados que demuestran que este tipo de disfraces rozan, en ocasiones, el arte. Pelucas, vestidos inspirados en personajes de ficción y espadas láser se mezclaban con el público que acudió a ver a Rulo y la Contrabanda en una amalgama que es un buen resumen de lo que es Metrópoli: un lugar donde, seguro, encuentras algo que te apasione.