Más de 1.600 personas participaron este pasado domingo en la carrera solidaria convocada en apoyo de la Asociación Española Contra el Cáncer; desde la organización enfatizan la «gran participación» y la «ilusión por colaborar» demostrada
Se ha convertido en una ley inamovible de la vida: justo cuando los acontecimientos negativos se acumulan, cuando parece que los buenos sentimientos de los que el ser humano es capaz van a quedar sepultados bajo capas y más capas de tragedia, un hecho concreto devuelve la confianza en la solidaridad colectiva. Ayer, en el último domingo de septiembre, le tocó a Gijón hacer gala de la veracidad de esa constante. Y lo hizo, además, desde sus calles más reconocibles. Un total de 1.628 personas, tanto residentes en la ciudad como procedentes de otros puntos de las geografías asturiana y española, se sumaron a la carrera ‘Gijón en Marcha contra el Cáncer‘, la gran cita anual que aúna deporte y altruismo en pos de apoyar la investigación de la que es una de las principales causas de muerte en este país. En fin, una auténtica ‘marea verde’, por el color de las camisetas de los corredores, que ha insuflado optimismo y energías a la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), su organizadora.
Los relojes señalaban las once de la mañana cuando los primeros corredores abandonaron los Jardines del Náutico y se lanzaron a cubrir los kilómetros de distancia hasta El Molinón, en un intenso recorrido de ida y vuelta en el que infinitamente más importante que ganar era contribuir a la causa. Y vaya si se contribuyó… «Ha sido emocionante… Lo más importante ha sido la gran participación, la ilusión que hemos visto en muchísima gente por colaborar», destacaba una emocionada Teresa Sánchez, presidenta de (AECC) en Gijón. Incluso la alcaldesa, Carmen Moriyón, y la concejala de Servicios Sociales, Ángeles Fernández-Ahúja, se ataviaron con sus respectivas camisetas verdes para aportar su grano de arena al esfuerzo colectivo. No obstante, no todo fue correr… Cumpliendo con el programa establecido, al término del recorrido el artista Robert Taboada coordinó una flash move final, y se sucedieron los sorteos de obsequios, por cortesía de la AECC. «Ha sido un ambiente muy bonito, de fiesta y de mucha solidaridad«, concluía Sánchez, quien ya tiene la mirada puesta en una edición, la de 2025, que esperan que supere el listo puesto este año.