Ni siquiera la persistente lluvia que dominó la tarde del viernes ensombreció uno de los momentos más anhelados por los vecinos, verdadero pistoletazo de salida de las festividades del cambio de año
Ya es oficial, sabido por todos e, incluso, perfectamente visible: la Navidad se ha adueñado de Gijón. A las seis de la tarde de este viernes, cumpliendo a rajatabla con lo anunciado en los días previos, y manteniendo viva una tradición que ya ha sido perfectamente asimilada por sus habitantes, el Ayuntamiento ofició el encendido de la iluminación navideña, la misma que los técnicos de la veterana empresa Germán Vizcaíno se han esmerado en instalar durante las últimas semanas en las calles y plazas de la ciudad. Y puede que la lluvia fuese la nota dominante durante la jornada, pero ni siquiera las persistentes cortinas de agua restaron brillo a un acontecimiento que alimentó decenas de comentarios, selfies y buenos deseos, y que ha impregnado la urbe, ahora sí, de todo el espíritu propio de las celebraciones propias del cambio de año.
Si bien el grueso de los leales a esta costumbre se congregaron en la Plaza Mayor, auténtico epicentro del encendido, a la hora señalada pudo verse a curiosos en los principales espacios decorados de Gijón, expectantes y a la espera del ansiado ‘botonazo’. Por fin, cuando los relojes marcaban las seis, y con la penumbra aportando el telón de fondo más apropiado para el lucimiento del gesto, los arcos, los abetos, las estrellas y los restantes elementos colocados se encendieron al unísono, entre aplausos, abrazos y, sí, también algún que otro beso emocionado. No faltaron quienes, paraguas en mano, comenzaron su particular peregrinaje de unas piezas a otras. En ese sentido, la gigantesca estrella fugaz situada en los jardines del Náutico, las letras multicolores que decoran la plaza de Campo Valdés y el gran árbol lumínico que se yergue en la calle Francisco Tomás y Valiente convocaron las masas más nutridas, por no hablar del abeto que, por primera vez, preside la explanada frente al Consistorio. Allí fue donde más fotos se hicieron, y donde la sorpresa se hizo patente con mayor fuerza.
Ante la ciudad se extienden ahora semanas de actividades incesantes, pensadas tanto para los adultos como para los más pequeños. Para estos últimos, el gran reclamo será la pista de Hielo, la Montaña de Nieve y los Trineos Voladores que ya ofrecen sus servicios en el ‘Solarón’, además del mercadillo navideño de Begoña, conocido como Menax. Por supuesto, se rescatarán tanto la recepción a los Reyes Magos en el Ayuntamiento, como la fiesta de Nochevieja en la Plaza Mayor, con campanadas, música y uvas. Además, los niños podrán disfrutar el 31 de diciembre, entre 18.30 y las 20 horas, las ‘Peque Campanadas’ que se ofrecerán exclusivamente para ellos ante la Casa Consistorial. Toda la programación para estas fechas puede consultarse aquí.