POR BORJA PINO Y PABLO R. GUARDADO
Efectivos de Bomberos de Gijón, valiéndose de trajes y equipos especializados, retiran una colmena instalada bajo el balcón del portal número 40; a diferencia de lo ocurrido en la playa hace cuatro días, las operación se ha realizado de forma discreta
Cuatro días después de que un enjambre de abejas diese un buen susto a algunos de los bañistas de la playa de San Lorenzo, al tratar de acomodarse bajo la silla plegable de cierto bañista, y de que el Servicio de Bomberos de Gijón frustrase tal intento, podría decirse que, ahora, la atención de dichos insectos voladores se ha trasladado un poco más hacia el interior de la ciudad… Aunque tampoco demasiado, visto lo visto. Esta misma tarde efectivos del mencionado cuerpo municipal han intervenido para retirar una colmena que pendía del balcón construido sobre el portal número 40 de la calle Marqués de Casa Valdés. Afortunadamente, no ha habido que lamentar picadura alguna y, a diferencia de lo sucedido a pie de mar, aquí la discreción ha sido la norma.
Embutidos en trajes aislantes, muy similares a los empleados en el sector de la apicultura, y valiéndose de equipos especializados, los profesionales de rescate han procedido, en primer lugar y tras perimetrar la zona, a aislar a la reina. Acto seguido, y con extremo cuidado, se ha utilizado una suerte de aspirador para capturar a los ejemplares que volaban en el lugar, y la colmena en bloque ha sido retirada y almacenada dentro de un recipiente metálico, debidamente aireado, para su posterior traslado a dependencias adecuadas. Todo ello se ha llevado a cabo a plena luz del día y son sin expectación, aunque el buen tiempo y la hora, aproximadamente las cinco menos cuarto, han hecho que los testigos de la intervención fuesen, más bien, pocos.
Pese a lo espectacular que ambos sucesos puedan parecer, particularmente el acontecido en San Lorenzo, conviene matizar que se trata de un fenómeno absolutamente natural… Y que, de hecho, cuenta con su propio nombre científico: enjambrazón. En esencia, se trata de un proceso de migración a pequeña escala, por el cual una reina, ama y señora de la colmena, toma la decisión de abandonar esta, seguida de la totalidad de su enjambre, en busca de espacios más propicios. De hecho, desde que se produjese el hecho en el arenal gijonés, varias voces especializadas, en diversos medios, han apuntado a esta posibilidad. Así mismo, se recuerda que las abejas, a diferencia de las avispas, no son de naturaleza agresiva, salvo en caso de defensa propia o de protección de la reina. No obstante, se recomienda, en caso de localizar una colonia de ellas, avisar de inmediato a las autoridades.