Con la alegría de la permanencia en la máxima categoría del fútbol americano, y después de pasar unos días en Marrakech, el coordinador defensivo de ascendencia asturiana del equipo gijonés vuelve a su California natal sin cerrar la puerta a un regreso la temporada próxima; «hay que conseguir que los jóvenes, cuando lleguen a los 20 años, sigan jugando en el club», valora

Como un gijonés más regresa a su casa californiana George W. Contreras (Long Beach, 1947) después de su experiencia en los Gijón Mariners, donde se encargó de ayudar a Nacho Valdés en el trabajo de los aspectos defensivos. La amistad previa con el presidente y miembros del club, y el conocimiento de la comunidad al tener abuelos asturianos, hicieron fácil su llegada a una ciudad en la que, además de vivir una gran experiencia vital, consiguió celebrar el objetivo de la permanencia en un épico partido en Las Mestas contra su ex, Osos Rivas. Pase lo que pase en el futuro, afirma que va a seguir ayudando al equipo a crecer, para lo que ve necesario trabajar en los colegios con el flag football para que la base nutra a corto y medio plazo de jugadores al combinado de la Liga Nacional de Fútbol Americano (LNFA).
Usted cuenta con un largo recorrido como entrenador.
Sí, llevo 45 años de entrenador en los Estados Unidos en las escuelas secundarias de California y 13 años aquí en Europa en varios países: Italia, Francia, Suecia, Suiza y España. Y también otros 10 años de jugador.
¿Cómo acaba en Gijón, en Mariners?
Vine aquí hace 10 años. Hice amistad por Facebook con Daniel Castañón, uno de los dos fundadores del club, y al final de la temporada en la que estuvimos en Murcia alquilamos un coche y fuimos por toda España. Ahí le llamé y le dije que íbamos a estar cerca, para conocernos en persona. Mis abuelo nacieron aquí, en Infiesto y Alles, y nos gustó mucho Asturias.
Jesús Sánchez era el head coach y entablé relación con él. Cuando después fue a Osos Rivas me pidió venir por dos meses a ayudarle a principio de la temporada y lo hice. Después nos juntamos mucho cuando él y otro chico, Bart Iaccarino, hicieron un club, los Europe Warriors, que fue una selección de estrellas de toda Europa para jugar contra la Universidad de México, Pumas, en la Ciudad de México, en el Estadio Olímpico, un partido con 35.000 personas en la grada. Y ahí conocí a Quique Prado Alonso, presidente de Mariners ahora, uno de nuestros jugadores.
Él me llamó hace como ocho meses y me dijo que necesitaba un entrenador y si sabía de alguien que pudiera venir. Le dije que me dejara mirar, que iba a buscar, pero al final me dijo que por qué no venía yo. Y aquí estoy.
¿Qué tal la experiencia?
Me gustó mucho, en parte porque la temporada sólo fue de tres meses. Una de las cosas que es complicada aquí en Europa es que en muchos países la temporada es larguísima, cinco o seis meses. Es mucho tiempo: juegas una semana, dos semanas no juegas, juegas otra semana. Pero aquí fue casi semana por semana, y eso me gusto, que sea una temporada corta y difícil. Además pudimos ver cosas de Asturias, en tren y autobús, muy interesantes.
¿Cómo es el nivel de fútbol americano que encontró?
El nivel aquí en España es bueno. No es el mejor de Europa, pero es bueno. En lo que respecta a los Mariners, hay clubes que son mucho mejores que nosotros. El fútbol americano es un deporte de números y cuando otros clubes vienen con 40 jugadores y nosotros tenemos 25 por lesiones o lo que sea, es difícil competir.
Pero lo que me gustó, una cosa que yo siempre estoy notando cuando veo los videos del partido con mis jugadores, los que yo entreno, es que puedes decir que en esta jugada tú estás bien o estás mal, pero nunca nada del esfuerzo. Y lo que yo veo es que a lo mejor no lo hacemos bien, pero lo estamos haciendo a tope con todo lo que podemos. Y si están dando esfuerzo, no puedo pedir más.
Usted se dedica al aspecto defensivo. ¿Cómo es el trabajo en el día a día?
Entrenamos los básicos cada día. La cosa más importante es cómo tacklear, porque si no puedes tacklear no puedes jugar. Hacemos muchas cosas controladas para ayudar a eso. Después vamos a un periodo de 15 a 20 minutos de individual. Y entonces vamos con la defensa, los linieros estén con los linieros ofensivos, practicando cosas que ellos hacen; los linebackers y defensive backs van aquí con los receptores; y entonces nos juntamos para 11 contra 11 por un tiempo. Las prácticas son como dos horas, más o menos, martes y jueves, de las 8 a 10 de la noche aquí en la Laboral.
El viernes, porque nada más que nos dan el campo de fútbol por una hora, al principio fue de práctica, y cuando hacemos partidos el sábado nos reunimos para los últimos recuerdos de las cosas que debemos hacer al día siguiente. No hay mucho tiempo para preparar un partido.
No tenemos tantos jugadores y muchos jugadores que son jóvenes. Los hay de 17 años que están jugando contra un receptor que es americano de 25 años o con un español que ha jugado por 10 años mientras están en su primer so segundo año. Esas cosas son difíciles. Lo importante es saber que tenemos que hablar con ellos y decirles que no estamos ganando pero que tienen que jugar y ser positivos, decirles lo que hicieron bien, porque lo que hicieron mal ellos lo saben. Me gustan mucho los chicos que tenemos en el equipo.
-La temporada finalizó con la alegría de la permanencia después de ganar un decisivo partido con Osos Rivas.
Fue muy bonito, contra un equipo muy bueno. Jugamos lo mejor que pudimos, con muchos ánimos y mucho amor y pasión al juego. Gracias a ganar ese partido y a la derrota de Barcelona Pagesos con L’Hospitalet Pioners conseguimos estar en la Primera División el año que viene y eso es un gran éxito para nosotros. Estamos todos muy alegres.
¿Qué problemas encuentra el fútbol americano en Asturias?
El problema del fútbol americano en Asturias es que somos el único equipo en Asturias. Y no hay tanta población por aquí, por lo que no hay solución. Lo que tenemos que hacer nosotros como club es que los jugadores que tenemos este año que no son tan mayores regresen el año que viene junto a otro tres o cuatro o cinco más nuevos. Tenemos que llegar como podamos a 40 jugadores. Y eso es el reclutamiento, ir a buscar. Chico, ¿te parece? ¿Te gustaría jugar en fútbol? Hablar en los colegios, empezar con flag football, donde no hay golpes.
Ahora tenemos 11 o 12 juniors, otros 12 con los grumetes, unos 25. Y el año que viene tenemos que llegar a 35 y en dos años a 50. Es importante porque tenemos muchos jugadores que son mayores de 30 y menores de 20, no tenemos tantos en el medio y es lo que realmente necesitamos. Hay que conseguir que esos jóvenes, cuando lleguen a los 20, sigan jugando.
¿Cuál va a ser su futuro?
El domingo volvemos a casa después de unos días en Marrakech. En California ayudo a dos o tres equipos de high school con análisis. Me dan los vídeos de los partidos y con una aplicación que se llama Hudl puedo hacer un montón de cosas.
¿Volverá a los Mariners?
Me gustaría, pero tengo nietos y es difícil. Juegan baloncesto o fútbol europeo y me perdí sus temporadas. Eso es complicado para mí. Pero la colaboración con Mariners a la distancia va a seguir, voy a hacer el apoyo como pueda. Lo que puedo ayudar mucho es cuando estén buscando gente para jugar, puedo hablar con personas para ver si conocen a alguien para esta posición. Y para equipamiento: cascos, corazas, botas… Porque en muchos casos se hacen donaciones y se pueden aprovechar.
Dicho esto, quién sabe. Todo es posible y lo veremos un poquito más adelante.