«La nueva movilidad también tendrá que ver con la planificación urbanística y la comunicación con el resto de Asturias. Por todo ello, Moreda y El Humedal son estos momentos pilares fundamentales del Gijón de 2030«
”¿Será de esta?” La pregunta me la hizo este domingo un vecino que, al igual que otros muchos, esperan/esperamos como agua de mayo que Gijón disponga de un transporte público moderno, eficiente e intermodal que garantice de verdad eso que tanto enfatizan los políticos: movilidad urbana sostenible.
Coincidió la pregunta después de encontrarme en mi paseo con el consejero de Cohesión Territorial, Alejandro Calvo, -vecino que es de Gijón- responsable de que este reto se concrete en las licitaciones, los plazos y presupuestos necesarios para ese concepto de intermodalidad sobre el que Gijón quiere asentar parte de las bases de su futuro.
Porque ese necesario tener claro que no solo estamos hablando de reorganizar la movilidad interna. Estamos hablando de un nuevo concepto en el que la movilidad va a ser aún más determinante para el desarrollo económico, la atracción empresarial y para el asentamiento de población. La nueva movilidad también tendrá que ver con la planificación urbanística y la comunicación con el resto de Asturias. Por todo ello, Moreda y El Humedal son estos momentos pilares fundamentales del Gijón de 2030.
La publicación en el “Boletín Oficial del Estado” de la aprobación definitiva de la estación intermodal del plan de vías en y la presentación del intercambiador de autobuses de El Humedal, que recibirá dinero europeo del fondo Next Generation, son, sin duda, dos de las mejores noticias que Gijón ha recibido en los últimos años y, sin duda, la respuesta a la pregunta que me hizo mi vecino. Es la gran apuesta por favorecer el transporte público colectivo y que el debate social y político sea únicamente el de la intermodalidad.
A estas alturas de siglo y después de décadas de ideas inconexas, túneles a ninguna parte, viajes interminables y transbordos imposibles ha llegado el momento de ser realmente europeos. La intermodalidad tiene que favorecer el tránsito de un pasajero que se baje de un tren o de un autobús y que tenga la posibilidad de hacer un transbordo rápido, asequible y sencillo. La nueva movilidad debe garantizar que los impuestos que se pagan para sostener los servicios públicos reviertan en una prestación social de excelencia.
Las dudas sobre plazos y financiación aún existen, pero al menos sabemos que en el paseo de la Infancia y en el área de El Humedal se centralizará la parada de todas las líneas urbanas e interurbanas de autobús. Bajo tierra, el túnel del metrotren conectará la ciudad de oeste a este para, por fin, llegar a un destino lógico y de paso esperemos que sirva para potenciar la presencia en el Parque Tecnológico y vitalizar el Centro de Arte y Producción Industrial de Laboral.
Hay proyectos, hay dibujos, expedientes y promesa de dinero. Esperemos que también las voluntades políticas sean unánimes esta vez y tiren en la misma dirección para aprovechar esta oportunidad única y definitiva. Y sobre todo, que sean unánimes para que cuando un vecino como el mío pregunte si de esta irá, puedan contestar a una: ¡De esta, va!