
«Gijón necesita un socialismo audaz, arraigado en los barrios, que dialogue con sindicatos, empresarios y medios, y que teja alianzas con otras fuerzas de izquierda para frenar el auge reaccionario. Un socialismo con un proyecto de ciudad claro y comprensible, orientado ya hacia esa mitad del siglo XXI que está a la vuelta de la esquina, con sus nuevas realidades y necesidades, y en torno al cual se articule una mayoría ciudadana progresista que nos devuelva el Gijón brillante, el Gijón en color y de la sonrisa»
Gijón atraviesa un momento crítico. Tras varios años de gestión municipal en la oposición, el Partido Socialista afronta un desafío existencial: recuperar la confianza ciudadana perdida para desarrollar un proyecto de ciudad progresista que avance en derechos y nos devuelva esa urbe de vanguardia de la que tan orgullosos nos sentíamos como ciudadanía.
Los datos son elocuentes. En las pasadas elecciones municipales, más de 9.000 gijoneses respaldaron un proyecto liderado por Adrián Barbón y la FSA-PSOE, pero no el presentado por la dirección local. Peor aún: en las europeas, el triunfo socialista se logró por un margen irrisorio de 28 votos. Estos resultados no son casualidad; reflejan una desconexión entre el partido y las calles. La ciudadanía percibe un vacío de liderazgo y un proyecto político difuso, incapaz de ilusionar.
La extrema derecha, lejos de ser un espectro, ya tiene asiento en el Ayuntamiento. Su crecimiento se nutre de nuestra debilidad orgánica y de una oposición tibia. Mientras Moriyón consolida ese espacio ultraconservador, nuestro partido no puede permitirse el lujo de la irrelevancia. Gijón necesita un socialismo audaz, arraigado en los barrios, que dialogue con sindicatos, empresarios y medios, y que teja alianzas con otras fuerzas de izquierda para frenar el auge reaccionario. Un socialismo con un proyecto de ciudad claro y comprensible, orientado ya hacia esa mitad del siglo XXI que está a la vuelta de la esquina, con sus nuevas realidades y necesidades, y en torno al cual se articule una mayoría ciudadana progresista que nos devuelva el Gijón brillante, el Gijón en color y de la sonrisa.
La coordinación con el gobierno del Principado y el ejecutivo de Pedro Sánchez es una necesidad estratégica. Solo desde la cooperación nos enfrentaremos con garantías a los desafíos de este nuevo tiempo en que hasta las realidades geoestratégicas del mundo han cambiado. El PSOE ya gobierna en ambas instancias, y ello debe traducirse en sinergias para Gijón: más inversión en políticas sociales, vivienda digna y transición ecológica justa. No podemos desaprovechar esta oportunidad. La colaboración, y no el enfrentamiento, es la llave de la prosperidad y el desarrollo económico y social.
La renovación empieza en casa. Urge reabrir las Casas del Pueblo, llenarlas de militancia y debate, y recuperar el espíritu de luchadores como Maricuela o Tino Antuña, que enseñaron que la libertad y la igualdad se defienden cada día. A lo que tenemos que aspirar los socialistas que cogemos su testigo es a hacer cosas que consigan que estos socialistas históricos, que lucharon en circunstancias muy adversas, se sientan orgullosos de nosotros.
Un partido fracturado no ganará batallas; uno unido, que escuche y sume voluntades, sí. El PSOE se fundó para que la militancia, dueña de su partido, luchase de forma efectiva por los derechos de la mayoría, y eso no se nos puede olvidar. Cualquier otro camino o cualquier otra prioridad es un grave error. Y esos errores nos han costado caros como partido y como ciudadanos.
El camino no es fácil. Las elecciones de 2027 serán decisivas. Pero los socialistas gijoneses tenemos memoria histórica y la resiliencia que nos dan las convicciones y la esperanza: tras cada crisis, resurgimos. Hoy toca reconstruir puentes, liderar con humildad y demostrar que, frente al odio, ofrecemos futuro.
Gijón no se merece menos, y la militancia de nuestro partido tampoco. Por ello he dado el paso de presentar mi candidatura, junto con un equipo diverso y brillante de mujeres y hombres que han querido compartir esta andadura conmigo. Votado, sin imposiciones decididas en ninguna mesa camilla, por un amplio grupo de socialistas que se ha sentido representado en este proyecto, para el que ahora pido también la confianza y el voto del resto de nuestros afiliados y afiliadas. Es el momento de decidir democráticamente qué camino seguirá el PSOE gijonés.