Gijón estalla contra el ingreso en prisión de ‘Las 6 de La Suiza’: «¡Compañeres, nun tais soles!»

Horas después de que las sindicalistas accediesen voluntariamente al Centro de Inserción Social ‘El Urriellu’, más de medio millar de personas se manifestaron en el centro de la ciudad asturiana, exigiendo su indulto inmediato y un mayor blindaje de la labor sindical

El día llegó… ‘Las 6 de La Suiza’ debieron ingresar en prisión… Y Asturias, concentrada en Gijón, reaccionó en consecuencia. Pocas horas después de que, al mediodía de este miércoles, las seis sindicalistas de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) condenadas a tres años y medio de cárcel entrasen por propia voluntad en el Centro de Inserción Social (CIS) ‘El Urriellu’, anexo al Centro Penitenciario de Asturias, en cumplimiento de la condena impuesta por el Juzgado de lo Penal Número Uno de la ciudad, más de medio millar de personas tomaron la plaza Mayor y sus alrededores para clamar contra semejante hecho, y para exigir una mayor protección del derecho a ejercer la labor sindical. Representantes de estas últimas entidades, rostros de la política local y regional, y ciudadanos de a pie conformaron una masa que, bajo decenas de pancartas y envuelta en los colores naranja manados de los botes de humo y las bengalas, partió desde las inmediaciones del Ayuntamiento hacia la playa de Poniente, llamando a los transeúntes a unirse a la protesta e insistiendo, sobre todo, en una consigna concreta: «¡Compañeres, nun tais soles!«.

Herminia González, portavoz del grupo Sofitu de apoyo a las condenadas, fue la encargada de describir el estado anímico con el que afrontaron su acceso a dependencias penitenciarias. «Están fuertes y están tranquilas«, aseguró ante los medios, antes de confirmar que «se peleará» la concesión inmediata del tercer grado, una opción plausible toda vez que ninguna de las seis opuso resistencia al ingreso, y que permitirá a las afectadas limitar su estancia en el CIS a las noches, pudiendo, pues, retomar sus responsabilidades familiares y laborales. Claro, que esa medida, de concederse, sería solo un parche temporal… En el horizonte se halla el ansiado indulto, por el que están trabajando, incluso, desde el Gobierno de la nación, tal como confirmó hace una semana la ministra de Trabajo y vicepresidenta del Ejecutivo español, Yolanda Díaz. En ese sentido, González recordo ayer su exigencia de que las condenadas «no permanezcan ni un minuto más en la cárcel«, y advirtió de que, llegue cuando llegue, el indulto no será, en ningún caso, un ejercicio de arrepentimiento. «Lo único que hicieron fue defender a una trabajadora; ha sido una tremenda barbaridad«, concluyó la representante del Sofitu.

También el secretario general de la CNT de Asturias y León, Rafael Río, puso voz al malestar general que impera en su organización y entre la ciudadanía, si bien con una mayor dosis de prudencia. A su juicio, la condena ha sido «un poco un atropello», razón por la cual el sindicato de base anarquista luchará «hasta donde sea posible». Los primeros pasos ya se han dado, elevando el asunto al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, pero Río, realista, matizó que «los plazos son amplios». Más beligerante fue en sus declaraciones Javier Fernández Lanero, secretario general de UGT en Asturias, quien aseveró que «no se puede permitir que defender derechos esté penalizado», y alertó que, con la entrada en el CIS de las sindicalistas, «hoy hemos dado, sin ningún sentido, cien años para atrás en materia de justicia». Y en términos análogos se expresó el secretario general de Comisiones Obreras (CCOO) de Asturias, José Manuel Zapico, tremendamente expeditivo al advertir de que «lo que no se puede consentir en el siglo XXI es un retroceso democrático como el que hemos visto hoy», y tajante al calificar lo sucedido de «un pasteleo judicial que ha convertido un piquete informativo, que es un derecho fundamental, en un delito penal de coacciones; que ha convertido la negociación colectiva en un delito de obstrucción a la justicia».

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