«Los grupos municipales tienen la obligación por mandato ciudadano de ponerse de acuerdo y sacar adelante unas cuentas que, más que nunca, deben ser una herramienta fundamental para lograr que la ciudad camine»

Se acabaron las prórrogas. Que la ciudad más populosa de Asturias sea incapaz de aprobar un presupuesto municipal ya no es de recibo y menos de cara a un año, el 2022, en el que los daños colaterales de la pandemia seguirán campando a su aire si desde las instituciones no se hace fuerza común para gestionar con sentido y claro destino los dineros públicos. Por estos y otros muchos motivos, desde hoy mismo y hasta que el 22 de diciembre se produzca el debate plenario, los grupos municipales tienen la obligación por mandato ciudadano de ponerse de acuerdo y sacar adelante un presupuesto municipal que, más que nunca, debe ser una herramienta fundamental para lograr que la ciudad camine, para la recuperación económica y social de Gijón.
De momento los mimbres están puestos. La Junta de Gobierno ha aprobado un proyecto presupuestario para 2022 de 247 millones, que supera los 336 con las estimaciones de las empresas municipales. Estos son los números del gobierno para la reactivación económica y social de Gijón tras la pandemia.
Las grandes cifras de las cuentas propuestas para el año que viene se mantienen respecto al borrador presentado en octubre, a pesar de que la sentencia del Tribunal Constitucional reduce los ingresos a través del impuesto de plusvalía en 900.000 euros. Este desfase se compensa con un aumento de la aportación del Estado de unos 800.000 euros. Respecto a los gastos, el proyecto del equipo de Gobierno eleva el fondo de contingencia, baja la aportación a Emtusa al no gestionar ya el servicio de bicicletas y sube la partida al plan de fachadas para atender nuevas anualidades.
Se consolida el proyecto presupuestario con los organismos autónomos municipales: la Fundación Municipal de Cultura, Educación y Universidad Popular, con algo más de trece millones; la Fundación Municipal de Servicios Sociales, cuyo presupuesto asciende a casi 25 millones, y el del Patronato Deportivo Municipal, que recibe algo más de catorce.
Las cifras son conocidas y las intenciones del equipo de gobierno suman los votos de PSOE e Izquierda Unida, insuficientes para sacar adelante un presupuesto que precisa un compromiso claro por parte de todos los grupos, más allá de ideologías. ¿Está dispuesta la oposición a comerse orgullos políticos y a pensar en que la mayor ciudad de Asturias no puede volver a gestionar otra prórroga presupuestaria?
Por si acaso les recordamos los grandes inconvenientes de vivir sin presupuesto. El primer efecto es que desaparece la posibilidad de realizar tanto nuevas inversiones, como transferir dinero, y son muchos millones, por ejemplo, para arreglos en los barrios. Luego están los convenios que sustentan a muchas entidades y que, salvo los plurianuales, no son prorrogables. También los gastos se ven afectados con una prórroga, al igual que se recortan las aportaciones a las empresas municipales. El único mecanismo de compensación de una prórroga son las modificaciones presupuestarias, una práctica que ralentiza las actuaciones y más en un ayuntamiento sin mayoría absoluta. Una complicación añadida para 2022 debido a la adecuación que necesitará el presupuesto inicial según se vayan recibiendo los fondos europeos de recuperación.
El próximo 22 de diciembre se producirá la votación. Queda un mes para que Ciudadanos, Partido Popular, Foro, Podemos y Vox decidan si trasladan a la votación presupuestaria su rechazo a la gestión del equipo de Gobierno manifestado en el reciente debate sobre el estado del municipio o, por el contrario, aceptan la petición de la concejala de Hacienda, Marina Pineda, que ha pedido a los grupos de la oposición que compartan la necesidad de que Gijón tenga en 2022 un presupuesto municipal que apoye y acompañe la recuperación económica y empleo de la ciudad.
Está claro dónde está la pelota. Una nueva prórroga, además de un fracaso político, sería retrotraernos a la época en la que algunos grupos políticos eran capaces de votar en contra de una cesión de viales solamente por no dar la razón al equipo de gobierno de turno. Señoras y señores, el tiempo del no porque no es inaceptable. Valen que no comulguen con ruedas de molino, pero voten en favor de la ciudad. Gijón exige un presupuesto en 2022.