Autoridades y familiares coinciden en señalar la «eterna sonrisa» de la joven como el recuerdo que de ella debe perdurar, mientras los segundos claman porque el autor del suceso «pague por ello»
Se ha cumplido poco más de un mes desde que, el pasado 3 de enero, Inés Sánchez, de 23 años e integrante de la agrupación de Protección Civil de Gijón, perdiese la vida en un accidente de tráfico ocurrido en la localidad leonesa de Sariegos de Bernesga, presuntamente a causa de un conductor que transitaba bajo los efectos de las drogas y del alcohol. Y este miércoles el Ayuntamiento de la ciudad a la que prestó sus servicios como voluntaria, junto con compañeros de dicho cuerpo, familiares y allegados de la fallecida, han querido rendirle un homenaje póstumo a aquella joven de la «eterna sonrisa» cuya vida se truncó demasiado pronto. En un acto presidido por la alcaldesa, Carmen Moriyón, sus más cercanos han recibido de manos de la regidora una réplica en miniatura de las ‘letronas’, y la promesa de que el legado de Sánchez en la ciudad nunca será olvidado.
Durante su intervención Moriyón, que ha estado acompañada por la concejala de Seguridad Ciudadana, Nuria Bravo, ha expresado un agradecimiento «inmenso» a sus familiares por el esfuerzo de estar en el acto, convocado por los compañeros de la joven; los mismos que el 5 de enero, al estar de servicio, no pudieron brindarle el último adiós. La alcaldesa, que ha destacado lo cariñosa y positiva que era la difunta, ha incidido en que sabe que el nudo que la familia tiene en el corazón «todavía es muy fuerte», por lo que no ha querido alargar en el tiempo el evento. Su testigo lo ha recogido el coordinador jefe de Protección Civil, Valentín Cuesta, quien ha resaltado el «encanto» de la personalidad de Sánchez, así como su espíritu de compañerismo. Además, ha querido darle las gracias por haber formado parte «de esta familia» que es la agrupación que él mismo lidera.
Por su parte, en nombre de la familia ha hablado su abogada, Gema Rodríguez, quien ha agradecido el reconocimiento hecho por el Consistorio y sus compañeros, así como el cariño «constante» recibido desde que ocurriese el dramático hecho. La letrada ha enfatizado el «orgullo» que los padres sienten por su difunta hija, «una cría de la que todo el mundo hablaba muy positivo de ella», si bien no ha eludido trasladar su esperanza de que el presunto causante del accidente «pague por ello». Y se ha despedido animando, en nombre de sus progenitores, a que toda persona tome conciencia de la responsabilidad que entraña conducir para que nadie tenga que enfrentarse a «un daño irreparable» como el de su familia.