La iniciativa, que se presentará oficialmente este viernes, recoge, a través de diecinueve vídeos, historias cercanas de los vecinos de Cimavilla y La Calzada, y pronto se extenderá a otros barrios; la meta es preservar y divulgar esa historia oral ‘menor’ de la urbe

La caída de Constantinopla ante los turcos en 1453, la derrota de Napoleón en Waterloo en 1815, la aprobación en España de la Constitución de 1978… Los tres anteriores son sólo tres de los miles de hitos que, en distintos momentos temporales, han contribuido, de forma capital, a cambiar el devenir de la historia. Sin embargo, pese a sus innegables trascendencias, por lo que se refiere a la construcción de sociedades, todos y cada uno de ellos han sido poco más que granos de arena en el desierto. Al fin y al cabo, lo que realmente da forma a un grupo humano no son esos grandes momentos, sino la miríada de sucesos cotidianos, a menudo pequeños y perdidos en las brumas del tiempo, y que, las más de las veces, protagonizan ciudadanos anónimos. Ese hecho es válido ya hablemos de imperios, de naciones, de regiones… O, incluso, de ciudades. Y, ahora, un grupo de gijoneses, apoyados por varias empresas y por el servicio municipal Gijón Impulsa, se han propuesto rescatar del olvido algunos de esos relatos del día a día que conforman la historia oral de la urbe, y ponerlos a disposición de las gentes del presente. El resultado es ‘Gijón Invisible‘, un proyecto colaborativo que ha arrancado en los barrios de Cimavilla y La Calzada, y que este viernes, a las 19.30 horas, será presentado en la Antigua Escuela de Comercio, en un acto de entrada libre.
«Lo que nos propusimos fue recopilar todas esas historias que solemos pasar por alto, que no se ven cuando paseas por las calles de esta ciudad«, explica Fernando Mora, arqueólogo de formación y principal artífice de esta idea. Una idea cuya gestación se produjo en el seno del Edificio Cristasa, desde el que desarrolla su labor, y que, durante los últimos meses, ha tomado forma en coordinación con la geógrafa Irene Muñiz, con el reputado diseñador Goyo Rodríguez y con la productora Menganos, SL. Con ese equipo ya constituido, el siguiente paso fue reunir las historias que han alimentado el proyecto, una fase en la que desempeñaron un papel crucial tanto la Asociación Vecinal ‘Gigia’ de Cimavilla, como la ‘Alfonso Camín’ de La Calzada. Horas y horas de conversaciones con sus presidentes, con miembros de las mismas y con vecinos de a pie de ambos barrios han cristalizado en un total de diecinueve vídeos, diez dedicados a Cimavilla y otros nueve, a La Calzada, en lo que el espectador puede aproximarse a esa píldoras de cotidianeidad pasada. «Hay un poco de todo: testimonios de algunas de las cigarreras de Tabacalera, de trabajadores de la desaparecida pellejería de La Calzada, de cercanos a Rambal… Incluso del deporte popular, con el Pelayo Club de Fútbol y el Club Calzada, antes de fusionarse en el Gijón Industrial«, ahonda Mora.
Tras este titánico trabajo, lo que se esconde es, pura y simplemente, un afán de preservación y transmisión. De plantar cara a ese enemigo inclemente que es el olvido, y legar a las generaciones de gijoneses presentes y futuras contenidos que les ayuden a entender por qué Gijón es lo que es… O lo que llegará a ser. Así lo resume Mora al detallar que «son saberes a los que la mayoría de nosotros, de otro modo, no podríamos llegar; no se trata de dar valor a esos relatos, pues ya lo tienen de por sí, sino de hacerlos visibles, públicos y accesibles en un formato con el que llegar a los más jóvenes«. De ahí que tanto él como sus compañeros aprecien en grado sumo la colaboración y apoyo obtenidos a pie de calle; incluso, de personajes tan conocidos como la familia de César Morán, antaño propietario en La Calzada de la desaparecida tienda Foto César, y que ha puesto a disposición de esta idea «muchísimas instantáneas que son la memoria gráfica de ese barrio, y de toda la ciudad«. Ahora bien, ni qué decir tiene que este proyecto no está, ni mucho menos, finiquitado. Con decenas de barrios y parroquias ante sí, este equipo multidisciplinar está preparado para dar el salto a otras áreas del municipio. Y es que, concluye Mora, «hay mucho por contar, y mucha gente que se sentirá identificada. Es una manera de que los gijoneses se sientan representados y traigan al presente esos recuerdos de su vida, quizá pequeños, pero siempre valiosos«.