Caras desencajadas, incredulidad y un dolor tan nítido que cambiaba por completo la atmósfera de un día que, sobre el papel, es de los más alegres del año
Un día de Reyes triste en Gijón. Este año, la tragedia, confirmada en la tarde de ayer miércoles, enmudecía a la ciudad, que se engalanaba para saludar a los Reyes Magos en la tradicional cabalgata. No fueron pocos los vecinos que, a través de las redes sociales, solicitaban la cancelación del desfile tras conocer el fallecimiento de los dos obreros que perdieron la vida en un derrumbe del forjado mientras trabajaban en la azotea del Colegio San Vicente de Paúl. La alcaldesa Ana González, que pronto se desplazó al lugar del suceso al confirmarse las peores noticias, explicó que para los accidentes laborales, como este, no se tiene previsto la declaración de ningún tipo de luto oficial. González dedicaba unas palabras a la familia, asegurando que toda la ciudad les arropaba en estos momentos tan difíciles.
El presidente del Principado, Adrián Barbón, al conocer la situación, transmitía también sus condolencias públicamente: «Dolor inmenso por los dos fallecidos mientras trabajaban en unas obras del colegio San Vicente de Paúl, en Gijón. Mi más sentido pésame y el del Gobierno de Asturias a su familia. No hay palabras. Terrible». El presidente se desplazó desde Oviedo a la calle de Caridad, que ya estaba precintada por la Policía. Con él, la consejera de Educación, Lydia Espina.
“Sobre las 11.30 h escuchamos un estruendo, pero tampoco le dimos más importancia hasta que empezamos a oír el ruido de ambulancias y policía” explicaba ayer a este diario Juan Carlos Gómez, que en ese momento se encontraba trabajando en la cercana pizzería Las Candelas. El equipo del establecimiento se puso a disposición de las unidades de emergencia y de las familias desde el primer momento.
Al poro de recibir la alarma, todo el personal del parque de bomberos de Gijón se desplegó en la zona para las labores de desescombro, al igual que los equipos sanitarios que atendieron en un primer momento a las víctimas. En un principio, se contabilizaban dos heridos leves, pero, poco a poco, la desaparición de otros dos operarios dejaba entrever la tragedia que iba a acontecer. El trabajo duro de los bomberos permitió encontrar al primer trabajador sepultado entre los escombros, a eso de las 14:30. Cerca de dos horas más tarde, se confirmaba que su compañero y primo carnal también había fallecido. Andrés Velasco y David Velasco trabajaban en una empresa familiar de Mieres y, desde ayer tarde, están en la mente de todos los gijoneses. Parte de su familia aún permanecía en el trágico lugar mientras los cuerpos viajaban al Instituto de Medicina Legal. Caras desencajadas, incredulidad y un dolor tan nítido que cambiaba por completo la atmósfera de un día que, sobre el papel, es de los más alegres del año.
Toda la ciudad se sumó al luto telemático por las víctimas. Particulares, empresas e instituciones colgaban en sus redes sociales y plataformas online crespones negros y mensajes de apoyo para la familia de Andrés y David. Dolor muy intenso el de la comunidad educativa del Colegio San Vicente de Paúl, que pronto se acercó al lugar del suceso al enterarse. Desde la consejería de Educación han anunciado que el colegio concertado comenzará las clases de manera telemática el próximo lunes día 10.
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