Me recordaba recientemente el padre de dos adolescentes: “Cuando me dicen que van a Metrópoli, me quedo tranquilo”
Metrópoli ha cambiado el juego. Lo sé yo, lo saben ustedes, lo saben los hosteleros y comercios y, sobre todo, lo saben las más 400.000 personas, según datos oficiales, que han pasado por el festival. 10 días en los que la Feria de Muestras ha sido la capital de la diversión. Una organización que en este 2022 se ha marcado un éxito sin paliativos a todos los niveles: han brillado la programación, logística, seguridad y la comunicación con los asistentes. Un equipo humano que ha hecho posible que hablemos ya de un esencial del verano gijonés (y que dure). Al César lo que es del César y a Marino lo que es de Marino (González).
Pero para los reflexivos y otros meditadores playos, el éxito metropolitano nos da para pensar más allá. Es quizás Metrópoli el paradigma de lo que debe ser un evento de ciudad en los años 20 del siglo XXI, me pregunto. Un festival que combina el buen hacer de una empresa especializada en saraos del máximo nivel con el respaldo del Ayuntamiento, que contribuye con 41.322,31 euros (más IVA). Ese montante, sumado a entradas diarias de 5 euros y abonos de 30, colocan a Gijón como un referente festivalero en el norte de España. Loquillo, Calamaro, Bizarrap, Marlon o Rulo han formado parte de un cartel envidiable por cualquier localidad de nuestro porte.
Pero es que no solo de nombres vive el hombre. El espacio, el Recinto Ferial Luis Adaro, parece haber sido creado ad hoc para el evento. Las localizaciones de las distintas zonas temáticas, el fácil desplazamiento entre los diferentes escenarios y las facilidades a la hora de controlar un gentío multitudinario han sido parte del éxito. La seguridad, otro tema que no es menor, también. Me recordaba recientemente el padre de dos adolescentes: “Cuando me dicen que van a Metrópoli, me quedo tranquilo”. Muchos padres saben que dicha tranquilidad no tiene precio pero, por suerte para nuestra ciudad, es realmente un precio asequible para todos.
Metrópoli en su etimología habla de ‘ciudad madre’ o ‘gran ciudad’. Quiero pensar que el Gijón metropolitano es eso, un avance hacia la satisfacción de la mayoría, con costes accesibles para todos y un lugar seguro en el que todos se sienten a gusto. Un lugar sin prejuicios, en el que lo público y lo privado interactúan para hacer algo bueno para los vecinos, y en el que todos, sin importar las circunstancias, se sienten en casa. Tan fácil, tan difícil.