No corren los mejores tiempos para el fútbol sala gijonés. Tras épocas en las que hasta 12 equipos convivían en Gijón, la actualidad deja al Gijón Playas La Carbayera F.S. como el único representante gijonés en categoría nacional. El equipo, fundado en 1985 por un grupo de amigos amantes de esta modalidad, compite en la Segunda División B del fútbol sala español con equipos de distintas comunidades. Unas regiones que, como pasa en otros deportes, superan a Asturias en cuanto a poderío económico.
Buena cuenta de ello da Manuel Nisen García Peón. Siendo uno de los fundadores del equipo, Nisen ocupa el cargo de vicepresidente y es el encargado de las relaciones institucionales del club. Aunque, en realidad, sus funciones no terminan ahí. Ni mucho menos «Hacemos todos un poco de todo. Somos un club en el que no cobra nadie, lo hacemos por pasión al deporte«, explica. La ausencia de sueldos junto al apoyo de los patrocinadores hace que el club pueda subsistir. «Para sobrevivir, toca pelear contra todo el mundo, recibimos pocas ayudas«, dice Nisen.
Ayudas que apenas cubren gastos municipales
El apoyo del consistorio y del Principado de Asturias hace que, a duras penas, el equipo pueda seguir compitiendo. El Gijón Playas recibe ayudas, aunque pequeñas en comparación con los gastos que deben afrontar. Por ejemplo, el alquiler del Pabellón del Llano Contrueces, lugar de entrenamiento y disputa de partidos. «Tenemos que pagar el pabellón todos los meses y, al cabo del año, son unos 10.000 euros. En otros equipos asturianos, no pagan. Aquí lo dices en el Ayuntamiento y te dicen «que hay que pagar”. Te dan una subvención pero es más pequeña que lo que pagas», lamenta Nisen.
Para compensar la falta de ingresos, el club echa mano de sus fieles patrocinadores que, según explica el vicepresidente, ayudan más que el propio Ayuntamiento. «Tememos mucho a esta crisis por nuestros anunciantes. No les apuramos para cobrar, que nos ayuden cuando puedan«. Es una de las pocas fuentes de ingreso que tiene el Gijón Playas. En otros equipos de Asturias, los clubes pueden disponer de su propia cantina dentro del pabellón, algo que no ocurre en Gijón. «En el 2000, pedimos poner unas máquinas de bebidas en el Pabellón del Llano. Lo expusimos al Ayuntamiento, nos dijeron que no y luego las pusieron ellos por su cuenta«, recuerda, entre risas, Nisen.
Problemas de infraestructuras aumentados por la pandemia
El equipo gijonés, dirigido por Jorge Vidal, disputa sus partidos como local en el Pabellón del Llano desde hace más de 20 años. Esta temporada se ha visto forzado a abandonar su casa en busca de mayor comodidad para sus socios. «Hemos jugado en el Palacio de los Deportes de la Guía por temas de aforo. Jugando en El Llano, estaban encima nuestro por el tema de las restricciones y nos llamaron la atención. Decidimos jugar en el Palacio, pero allí dependes de los horarios de los equipos de baloncesto (Círculo y Gijón Basket)», explica Nisen.
Su casa, al igual que ocurría en el Palacio de los Deportes, también muestra problemas de infraestructuras. Más allá de la capacidad limitada, las goteras también hacen su acto de presencia en el Llano, con las consecuencias que eso conlleva. «Llevamos más de 15 años con goteras. Ya se nos ‘mancaron‘ chavales por el agua, incluso suspendimos partidos», comenta Nisen. El vicepresidente, al menos, opta por tomárselo con humor. «El otro día se lo decía a Ramón Tuero (concejal de Deportes del Ayuntamiento de Gijón), ¿no tenéis para arreglar el techo del pabellón pero sí para pintar el Paseo del Muro entero?», bromea Nisen, uno de los responsables de que el fútbol sala perdure en nuestra ciudad.
Borja Fernández es colaborador en miGijón y periodista en Radio Marca Asturias
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