Foro juega con una baza esencial: ¿Acaso ahora Vox, pese a estar fuera del gobierno, va a votar con IU o con Podemos y en contra de un gobierno de derechas? La respuesta es: no. Evidentemente no
Foro ha echado a Vox del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Gijón.
Al calor de las declaraciones de la concejala de Vox, titular del Área de Festejos del ayuntamiento, sobre los condicionantes (aberrantes y paletos) que pretendía imponer al Festival Internacional de Cine de Xixón de este año y siguientes, Carmen Moriyón exhalaba públicamente: “Se acabó”.
Posteriormente, en una comparecencia de prensa bastante breve para el tema que se abordaba, señaló que echaban a Vox del gobierno por su incapacidad de trabajo y por su nula capacidad institucional.
Para la mayoría de nosotros esto es, de facto, una buena noticia por dos motivos:
El primero es que se elimina de la capacidad de gobernar a un partido de ideología claramente de ultraderecha y con un discurso que ataca directamente a las libertades y derechos de la mayor parte de la población. Este motivo ya es más que suficiente, pero hay otro, y es que, además de todo eso, han demostrado (quizá precisamente por irradiar esa nefasta ideología) allí donde han tenido o tienen oportunidad de gobernar, ser un conjunto de incapaces de tamaño descomunal, con una gran ignorancia sobre los asuntos a tratar y con una absoluta deslealtad a las instituciones que deben representar.
Pero esto es solo la punta del iceberg. ¿Qué hay debajo de todo esto?
Primero conviene recapitular.
Vox está en el gobierno porque Foro ha querido. Bajo la excusa de la necesidad metieron a este partido en el gobierno. Excusa frágil, porque no hubieran necesitado de sus votos para que la candidata Carmen Moriyón saliera alcaldesa. Como ya pasó en 2015. Pero, bajo el anuncio de tener un gobierno fuerte y sólido, se echaron a la ultraderecha al hombro, lo que supuso un fiasco para muchos de los votantes, no del todo de derechas, que tuvo Foro en las elecciones municipales de 2023.
Ahora, unos meses después, y tras comprobar que la marca Vox marcha cuesta abajo y sin frenos, la gente de Foro, con buen ojo, deciden apartar a Vox del gobierno con un discurso inteligente en el que señalan su incapacidad y su ataque a las libertades, pero pasan de manera taimada sobre otras cuestiones de carácter ideológico. Pretenden, con este hábil movimiento y con el paso del tiempo, que una parte de esos votantes de Vox acaben en 2027 por apoyar otras opciones de la derecha y también, con algo de suerte, recuperar algunos de los votos que perdieron al anunciar su pacto con Vox.
Bien jugado.
Y que nadie se “preocupe” respecto al día a día municipal. Foro lo tiene pensado. La suma de los concejales de Foro y del PP es de 13 concejales. La suma de concejales de la izquierda es de 12. El día a día está garantizado y para los grandes acuerdos, aprobación de planes de movilidad, modificaciones de planeamientos urbanísticos o presupuestos, Foro juega con una baza esencial: ¿Acaso ahora Vox, pese a estar fuera del gobierno, va a votar con IU o con Podemos y en contra de un gobierno de derechas? La respuesta es: no. Evidentemente no. Así que el futuro le sonríe al, ahora, bipartito.
Bueno, eso sin valorar que, por lo que sea, (poder, dinero y/o posición) algún edil de Vox decidiera salirse del partido que le dio el acta de concejal y quedarse como independiente, y de esa manera seguir apoyando al actual gobierno. Vamos un tránsfuga de toda la vida. Eso ya sería el descojone de la absoluta falta de principios y ética de algunas de las personas que deambulan por la política. Pero esto es solo un suponer un poco maquiavélico. Veremos.
Mientras eso sucede y Foro demuestra una vez más una elasticidad a prueba de bombas, el principal partido de la oposición, el PSOE de Gijón, languidece en una decadencia argumentativa y de caras visibles que hace inviable pensar en que de aquí a cuatro años puedan ser una mínima opción de gobierno. Lo cual es absolutamente preocupante y deja a Gijón a expensas de que la derecha cometa errores de bulto que lleguen a la ciudadanía y de esta manera condicionen su voto. Pero a la vista de la estrategia política que está demostrando Foro, esto parece difícil, pese a que lo único que ha traído a la ciudad hasta el momento es una vuelta a los 90, y no precisamente por su movida ni estética, sino por sus políticas del siglo pasado y sus grandiosos anuncios que acaban en infografías de trabajo de fin de Primaria.