Gijón tensionada

Para que los precios bajen, solo hay un instrumento y es más que evidente, y es que tiene que haber vivienda pública, construida bajo dirección pública y gestionada por organismos públicos

Esta semana he estado muy tentado de escribir sobre el tipo de relación que deben de tener los dos partidos que conforman el Gobierno de la ciudad, el Partido Popular y Foro, para que no encuentren mejor forma de comunicarse que mediante una carta del presidente de los primeros, Pablo González, al presidente de los segundos, Jesús Martínez Salvador, para juntarse y hablar de lo del vial de Jove y de las posibles propuestas y soluciones.

Y como “la única manera de librarse de la tentación es ceder ante ella”, pues nada, he decidido hacerlo, porque creo que no debemos pasarlo por alto.

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La verdad es que montar un pequeño circo para recabar la atención mediática suele ser un arma política que puede dar resultado, especialmente si se denuncia algo real y tangible; pero en el caso del vial de Jove, y sobre todo a estas alturas de la película, que el presidente del PP comunique públicamente a su homólogo de Foro que tienen que reunirse para presentarle su propuesta sobre el vial, solo da pie a dos interpretaciones: una, que es la más evidente, es que el presidente del PP necesita atención en la ciudad y siente la necesidad de sacar anuncios de este estilo (anda que no podía mandarle un WhatsApp o pegarle un telefonazo, si lo que quisiera es de verdad arreglar algo y no simplemente recabar atención pública). Como todos por desgracia ya sabemos, el problema del vial de Jove depende exclusivamente de la presión que se ejerza en quien tiene que poner la pasta – el Ministerio de Transportes – que es, como todos ya sabemos, cosa del PSOE. Y salvo que el PP maneje un arma secreta desconocida para todos, hasta para ellos, y que hubiera podido y debido haber utilizado para lograr que el vial soterrado de Jove no se fuera al garete, como ha sucedido, ya es tarde para todo este circo.

La segunda razón y sentido de esta misiva es también evidente, a mi entender, y es que las relaciones que se vislumbran entre las presidencias de ambos partidos no deben ser las mejores. Voy más allá aún, la buena relación que sí parece existir entre los ediles del PP y sus compañeros de Foro en el gobierno municipal parece ser directamente opuesta a la que se intuye entre la presidencia de ambos partidos. El caso sería saber si todo esto saltará por partes, primero en el PP y luego entre el PP y Foro, o a la vez. Habrá que estar atento porque saltar, saltará.

El otro motivo de la tensión que se da en la ciudad, muy distinto del anterior, y con más enjundia si me permiten, tiene que ver con la reciente declaración por parte del único Consejero de IU presente en el Gobierno del Principado de Asturias, en la cartera de Ordenación de Territorio, Urbanismo, Vivienda y Derechos Ciudadanos, Ovidio Zapico, como zona tensionada a los barrios de La Arena y de Cimavilla en Gijón. De manera muy resumida, se trata de una declaración, auspiciada por la nueva Ley de Vivienda, mediante la cual los distintos organismos públicos con competencias directas en vivienda pueden intervenir, a través de algunas herramientas, el mercado, para fijar unos precios máximos.

Esto que puede parecer una medida súper roja, y que suena a que van a incautar viviendas de cualquiera, esta lejísimos, pero muy lejos, de que acabe siendo algo útil. Los resultados obtenidos hasta ahora en las únicas zonas en las que se ha trabajado con estas herramientas, -en algunas localidades de Euskadi y Cataluña- son, en el mejor de los casos, mínimamente positivos. Eso siendo generosos, y obviando que, mientras la aplicación de estas medidas de contención del alquiler no afecte a los alquileres por temporada, las cuentas de ‘bajadas de alquileres’ son más bien cuentas de la lechera.

No quiero que se me malinterprete, que la Consejería de IU ponga el foco en este asunto es bien. Podríamos decir que es lo que se espera, cuanto menos. El problema, que el mismo Consejero señalaba es que, para meterle mano de verdad a esto, hace falta dinero. No tanto para buscar herramientas de limitaciones, que para eso está la necesaria reforma de esta nueva Ley, pero sí para entrar a saco en el problema real, y del que ya hemos hablado en otras ocasiones: no hay vivienda en Gijón. O, mejor dicho, no hay vivienda adaptada al año 2024 en Gijón. Y, para que los precios bajen, solo hay un instrumento y es más que evidente, y es que tiene que haber vivienda pública, construida bajo dirección pública y gestionada por organismos públicos. Y a miles, como dice el Banco de España. 5000 viviendas públicas a precios tipo para el salario mediano de la población. Y fin del problema en Gijón. Como si esto fuera fácil, diréis. Pues sí, tan fácil como que debe, junto a la sanidad y la educación, formar parte de los pilares del Estado. Porque el tema no puede centrarse en que los rentistas vayan a dejar de ingresar más o menos dinero por alquilar pisos (como son sus propiedades, ellos deciden las condiciones del negocio, claro), el problema es que hay gente joven, y no joven, que no tiene posibilidad de acceder a una vivienda (para vivir), no solo de comprar sino tampoco de alquilar. Y eso solo se soluciona con la construcción de pisos por los ayuntamientos y el Gobierno del Principado de Asturias, de ninguna otra manera. Porque, además, la gran ventaja es que tanto los ayuntamientos como el Principado de Asturias establecen las determinaciones del suelo. Y mas allá de los condicionantes sectoriales de las administraciones del estado, los municipios pueden y deben desarrollar vivienda pública en su suelo. Suelo que, en muchas ocasiones y para más inri, es directamente propiedad municipal o autonómica. No se entiende, o se entiende muy mal, que tengamos los índices de vivienda pública más bajos de Europa, y que tengamos gobiernos progresistas en España y en Asturias, que encaran ya dos mandatos sin construir una sola vivienda. Hacer, no solo decir, por favor.